jueves, 30 de junio de 2011

Motivos para seguir, aunque se llamen Ironman.


 Un IRONMAN en NIZA, y en 2011.

Acabo de terminar un ironman, una vez más.

Apenas hace unos minutos que he cruzado esa meta y un vacío físico que casi no me deja hablar, tampoco deja que exprese mi alegría. A veces, el cansancio es tal, que no deja que caigan las dos míseras lágrimas que tu corazón tenía preparadas para ése momento.

Me han visto mal durante la maratón, me han visto ir muy lento a la mitad y caminando al final, me han visto mala cara y lamentablemente para ellos, han pensado que no estoy contento.

El cansancio apenas me deja sonreír, y eso que sonreír… precisamente, es lo que más necesito ahora mismo.

Tres segundos de recuerdos.
He cerrado los ojos durante tres segundos exactos, y toda la cinta de mi película, de mí día esperado, se ha rebobinado a cámara rápida… empiezo a pensar, que tras tantos ironman, mi cabeza está fabricando un rincón dedicado a grabar imágenes de cada paso que doy, de cada momento sufrido, de cada jadeo o gota de sudor gastada.

He intentado levantar los brazos al cruzar meta, y el gesto, apenas habrá parecido más que un tímido saludo.

El abrazo de Jesús y Emilio, que me esperan, es lo primero bueno que siento en las últimas cuatro horas.

Por lo visto, ha hecho mucho calor durante la maratón, … pero yo, a veces tenía frío, un frío terrible que me erizaba el vello de la piel quemada.

Faltan 10 kms.

Durante la última vuelta, caminar ha sido mi tormento, y no tanto por el hecho de hacerlo, que para nada es una deshonra, sino porque yo… no me preparo para andar en un ironman.

He vuelto a pasar por una de las cabinas de aseos… creo que ya van cuatro veces… y cada una de ellas, ha empeorado mi estado físico y con él, mi moral.

Faltan 21 kms.

La tercera vuelta me ha dejado correr, muy lentamente. Sabiendo que la caida era ya irremediable. Sabiendo que no tendría ya, guinda mi pastel. Pero sabiendo también, que si me mantenía firme, el pastel, el gran pastel… ser finisher, me lo acabaría comiendo, una vez más… acaso la primera.

Mi mujer está, como siempre. Y como siempre, la sensación de soledad que todos tenemos ante el sufrimiento, se disipa con su presencia.

Jesús tiene a Carmen y a los críos animando y le deben llevar en volandas, porque cuando me animan a mí, parece que los males se me fuesen por unos segundos.

Faltan 30 kms.

Durante la segunda vuelta, he recibido el aviso de que esto no sería fácil. De que todo iba bien… hasta ahora, y a partir de aquí, el ironman decide… y no yo.

Ya he parado una vez en esas cabinas que veo al fondo… y tendré que volver a hacerlo… me pregunto si quedará papel…

Tras esa segunda parada “técnica”, entiendo al momento, que lo que buscaba yo hoy, el extra, sencillamente, no es para mí, y que otros lo van a merecer más.

Faltan 42 kms.

He salido a correr con ganas, con precaución, pero convencido de que puedo, de que estoy bien, de que he guardado en la bici y que 42 no son nada al lado de 101…

Un paseo por los Alpes mediterráneos.

Extraño ha sido el recorrido en bici. Lleno de subidas largas, cortas, tendidas y alguna que otra con su particular mala leche… y sin embargo, rápido… es lo que tiene, pues toda subida, lleva su bajada.

Increíblemente bello en su zona intermedia.

La tranquilidad que no tuve en otras pruebas, me ha dejado disfrutar por momentos del paisaje, y hasta me ha dado cierta rabia, no tener más tiempo para saborearlo… cita pendiente con Niza, desde luego.

Vuelvo a observar, por desgracia, lo mismo que en la natación… que aquí no cabe tanta gente.

Que una organización tenga los medios necesarios para montar unos boxes de medio kilómetro, o que tenga gorros de latex para más de dos mil quinientos participantes, no quiere decir que sea capaz de controlar semejante tren en marcha…

Demasiados grupos y demasiado numerosos, demasiado descarados y demasiada desidia por parte de los jueces… demasiada no, toda.

Por las notas que tome hace días, calculo que estoy empezando la parte más fácil del recorrido, la bajada… y lo tengo que calcular porque mi ya, descarada maldición con los cuentakilómetros se ha repetido como en todos y cada uno de los ironman que llevo hechos… se ha roto nada más salir y no tengo más referencias que mis resoplidos.

Los kilómetros se hacen cortos a veces, cuando algún paisano me adelanta y me saluda... David, Emilio...
Me noto bien, he comido, he bebido y nunca he forzado más de la cuenta… ha llegado mi momento, ahora me toca hablar a mí… pero en vez de hablar, grito… grito y maldigo mi suerte mientras aguanto el dolor que una maldita abeja de los Alpes me ha provocado en la barriga… ¡ay Dios mío… que soy alérgico!… que no me hinche!… que no me hinche!… le pido a quien quiera oirme….

Faltan 180 kms de "paseo".

Esta mañana, he salido bien en bici, con ganas, convencido y sin el más mínimo miedo a la distancia. El agua tampoco es que me haya ido genial, pero para el añico que llevo… no es consuelo sino mi “vaso medio lleno” lo que me hace aceptar con alegría ése tiempo.

Ya he salido del agua, voy corriendo hacia mi bolsa y todavía sigo recibiendo palos de otros participantes… esto es una locura, no cabemos.

Todavía en el agua y en la última boya, la guerra continua. Los puños, que son ametralladoras, no dejan de disparar ni un solo instante desde que dieron la salida… y yo, por lo visto, soy una apetecible y enorme diana…

Estoy en el cajón que hay junto a los profesionales antes de salir… porque me considero bueno… buenísimodelamuerte?, no. Porque estoy atontao… porque me he equivocado al situarme, ni más ni menos.

Jesús y yo estamos juntos en la salida y es emocionante esperar con un amigo de verdad, los minutos previos. Me dice que mejor así… que ya que le van a dar ostias, que mejor que se las dé un amigo… pues sí Jesús… menudo consuelo…

Empieza a amanecer. He preparado la bici y todo está en su sitio. Ruedas hinchadas, zapatillas, bidones y geles colocados… tengo la sensación de haber hecho ya este ritual por lo menos quince veces… estaré delirando?

Falta todo un día.
Pocas veces he desayunado tan bien y con tanta tranquilidad como hoy… hasta en esto las sensaciones son inmejorables.

La cena anoche, fue una mezcla divertida de ingesta de pizza y juegos varios con los críos de Jesús, y consigo evadirme por completo de cualquier presión pensando en mañana, si acaso la tenía.

Ayer nadamos por la mañana y hasta intuí que algo bueno me esperaba para hoy… tampoco me equivoqué demasiado....

Nadábamos Jesús y yo, codo con codo y mientras nadaba pensaba que ya había conseguido todo lo que deseo de cada ironman. El trabajo ya estaba hecho y yo satisfecho.

Me sentí feliz de mi suerte, de la compañía de un jovenzuelo como Jesús, ilusionado como pocos ante su aventura y sus sueños... que terminé haciendo míos.

Ayer, sábado por la mañana, y a un día de que me dieran la salida, ya todo había terminado. Lo que hoy aconteciera, fuese lo que fuese, sería poco más que una guinda, la guinda de ese pastel que de nuevo me he conseguido comer.

He vuelto.
He vuelto a abrir los ojos y me siento mareado, y es que… pensar todo esto en tres segundos… no es cosa cualquiera.

He vuelto a abrir los ojos, y sonrío por fin… hace unos minutos que apenas he levantado los brazos en meta… y siento que son los primeros minutos de otro camino a cualquier parte, de otro motivo para seguir.

lunes, 20 de junio de 2011

Hoy cierro los ojos... ya los abriré otro día.

-La sabiduría suprema, es tener los sueños lo suficientemente grandes, para no perderlos de vista mientras se consiguen-.

miércoles, 15 de junio de 2011

10 DIAS PARA QUE TODO COMIENCE DE NUEVO.

A los amigos quiero decirles, y que todos me oigan bien...


Que fiel a mi forma de pensar, si de “hacer ironman” hablamos, en diez días, cumpliré con dos asuntos, con un mero trámite y con otro infinitamente más importante.

Que en diez días, celebraré a mi manera, mi 15ª participación en una prueba ironman, y son quince, porque aquel que me dejó noqueado a pocos kilómetros de meta, fue meses antes planeado, soñado, preparado y combatido… aquel 15 de agosto de 2007. Lo hice, lo viví, y no pude con él.

Que todo esto, es lo menos importante, la celebración no será tal, porque intentaré que sea… “un día más en la oficina”.

Que lo que de verdad me llena, ilusiona y enriquece, es que en esos días, la persona que hace posible que mis sueños se cumplan, y termina hasta por hacerlos suyos también, y quien escribe esto, cumplirán diez años casados.

Que nunca me faltan motivos para darle sentido a cuanto hago, pero en ésta ocasión el motivo vale el doble.

Que cada meta es un comienzo, cada comienzo tiene un motivo, cada motivo nos marca el camino a seguir, y cada camino, nos da la vida.

Y que espero que nada remedie, éste bendito dolor que tengo, el del miedo a que algún día esto cambie, al de echarte de menos cada día, antes incluso de que salgas por la puerta.

martes, 7 de junio de 2011

Como una tortuga.



"Yo bien, gracias!....ni mejor ni peor, la verdad.

Las cosas están más o menos como siempre… ya te digo, no sé si eso es bueno o no.

Ya sabes que sigo con mis locuras. En menos de tres semanas pretendo participar, completar y disfrutar otro ironman más de esos míos. Ya voy teniendo ganas, no te lo niego.

Lo que no termino de entender muy bien es mi estado anímico… no es que sea malo, pero no es muy “normal” tratándose de mí.

Siento una calma extraña, como la del que sabe que lo que tenga que suceder ése día 26, ya está escrito, y nada puede hacer al respecto, por malo o bueno que sea.

Hay ocasiones, en las que me gusta compararme con las tortugas que cada tarde veía en el agua, entre las rocas, allí en Kona.
Se les veía infinítamente tranquilas, a pesar de que a veces, les costaba luchar contra las rocas y la marea, pero ahí seguían... sin prisa pero sin pausa... y luego... sabes? resulta que recorren miles de kilómetros atravesando océanos con una determinación... también infinita.

-Te cuento, que las cosas por aquí siguen igual. El calor empieza a apretar bastante, los dias son más largos y las noches… bueno, ya sabes que duermo poco… son cortas, pero a mí se me hacen eternas.

Sigo teniendo el mismo vicio de siempre, sigo fijándome en lo común, en lo cotidiano y en lo que no tiene importancia…, porque siempre... siempre termina teniéndola.

Me acuerdo cuando me decías aquello del cambio que sufriría uno tras hacer un ironman, de cómo lo verían los demás y cómo se vería a sí mismo a partir de entonces… pues mira, te lo puedo contestar, no tardo nada:

-Ésta mañana, he sacado la bici del coche y he entrado en el edificio donde trabajo, del que saldré ésta tarde "vestido de guerra" y dirección a la costa, subiendo todos los puertos que el tiempo me deje.

Como te decía, cuando iba a entrar al ascensor con mi flaquita, un-otro inquilino del edificio, me ha increpado que metiera la bici en el ascensor, (o en el edificio, no lo tengo claro…) alegando, o más bien insinuando, que las manchas y roces en las paredes… pues igual las había causado yo.

He pensado durante un par de segundos, si contestar o no, y cómo hacerlo… y tras esos dos escasos segundos le he dicho….-“jefe… mi bici vale demasiado para mancharse con una pared de (piiiiiiii) como esa, por eso, le aseguro que tengo todo el cuidado del mundo”-.

Valga esto como ejemplo, de que las cosas que no han de cambiar, no cambian. De que lo cotidiano se reduce precisamente a eso, a la monotonía del día a día, al lento goteo, siempre lo mismo.

Y después de esto, no me vas a creer cuando te diga, que todavía hay quien se extraña de mis aficiones, de mis carreras que ya no son carreras, sino ventanas, que abro para que me dé el aire y para que ese goteo lento cese, al menos por unos días.

Que el vecino se meta de vez en cuando conmigo y mi bici de triatlón, mi bici de ironman, igual es una buena forma, de darme cuenta de la diferencia, entre mi suerte y la suya.

Ya sabes que soy muy dado a prestar atención a la forma de expresarse que algunos tienen, utilizando frases hechas, a veces citas y otras en plan motivacional. Pero no me gusta leerlas sin más. Prefiero mascarlas, darles mil vueltas y grabarme bien el sentido último de lo que tengan, si acaso lo tienen; sólo así, consigo que sean parte de mi camino y de mi forma de hacerlo.

Hace unos días fue..

Si quieres lograr
lo que aún no has alcanzado,
necesitas hacer
lo que aún no has intentado.

¿Ves?, es simple y tajante... tajante y verdadero, como a mí me gusta.


Bueno, siento mucho lo reducido del texto, ya sabes que no me gusta hablar demasiado…

jueves, 2 de junio de 2011

Jesús Carrillo, la veteranía de un jovenzuelo en el Ironman de Niza.


Quien nos lo iba a decir... veintitántos años después, eh, Jesús?

...cuando soñábamos con ser ciclistas de profesión, cuando nos veíamos en las carreras y no había vida más allá del ciclismo, cuando éramos jóvenes... casi tan jóvenes como ahora.
Ya nos reiamos entonces, pero si nos dicen esto... nos habríamos descojonado.

Quien nos iba a decir, que más de dos décadas después, estaríamos a punto de embarcarnos en una aventura como esta...

Dicen que donde hubo…

…siempre queda. Y eso es lo que sucede con el deportista que aparte de mostrar y ofrecer su esfuerzo, tiene la ilusión y las ganas intactas, por muchos años que pasen.
Así es Jesús, un juvenil en categoría M 45-49.

Hace diez años ya, fue uno de los primeros murcianos en completar una prueba ironman, la única que tiene, hasta la fecha. Fue en Ibiza 2001, en la que consiguió bajar de las 10 horas, cosa que yo, por poner un ejemplo cercano, conseguí en mi noveno o décimo ironman.

Carmen y Jesús regentan la tienda de triatlón y ciclismo CICLOMANÍA CARRILLO http://www.cicloscarrillo.es/ , con más de 17 años de experiencia y que se encuentra en Cieza (Murcia), y con ellos comparto ilusiones desde hace dos temporadas ya… y amistad desde hace veinte…
Nada mejor que tener a tu lado, no solo a amigos, sino a gente que entiende y comparte éste deporte.

Cerveló P2C preparada para Niza 2011.

Como anécdota, contaré que tanto mi primer triatlón como mi primer ironman, los hice con el traje de neopreno de Jesús... recuerdo que tardaba más de diez minutos en ponérmelo, y le llamaba para decirle que aquello no era de mi talla... él, por supuesto, me aconsejaba como siempre, pero sin parar de reirse... (yo también fuí pollo...)

No es por casualidad...

Jesús, es de esas especies raras, que se ven poco, pero que cuando aparecen, sabes inmediatamente que están. Unos pocos años mayor que yo, siempre ha sido un referente de eso que yo a veces llamo: “¿... y por qué no?”.

La edad, es algo que, al menos por ahora, no me pesa. Pero yo creo que incluso cuando lo haga, con estar atento y enterarme de los pasos de Jesús, será suficiente para volver a sentirme joven.

En 2007, se proclamó Campeón de España de Duatlón en 40-44 y Medalla de Bronce en el Europeo de Duatlón en Edimburgo, en esa misma categoría.

Hasta ahora, no ha dejado de acumular buenos resultados allá por donde va, siempre entrenando poco... eso dice él, y siempre con la sonrisa en la cara.

Además, éste año, ya con las miras puestas al Ironman de Niza, consiguió vencer holgadamente en categoría absoluta, en los 101 kms de Ronda en Duatlón, donde ya hizo 3º hace dos años, chapándole la oreja al 4º… que mira por donde, era quien escribe…

En categoría de veteranas, su mujer Carmen, consiguió la 3ª posición, también en Duatlón. Vamos que en  CiclomaníaCarrillo de pescados y hortalizas igual no saben mucho (digo yo), pero de triatlón, ciclismo y todas sus variantes…

Ironman de Niza.

¿Dos vejetes… digo... Dos hombres y un destino?

Va a ser especial, de eso no cabe duda, Jesús vuelve a hacer ironman, y como yo, se enfrenta no solo a la prueba, si no al sueño, al objetivo ése que todos estáis pensando, diez años después…


Acabo de confesar, posiblemente la principal razón de elegir Niza, para mi participación anual en ironman… la compañía, aquí, allí y al otro lado.

Intentaremos todo lo humanamente posible, para no tener ninguna posibilidad de competir y hacer el gasto que eso supone, durante los siguientes tres meses post-Niza.

Y si la diosa fortuna, solo tiene para uno... que me deje competir éste veranico, en carreras varias, allá donde me dejen un dorsal y cuatro imperdibles, que a mí ya me tocó con su mano hace poco y servido quedé.