domingo, 30 de septiembre de 2012

Dia 2 después del desastre. Hoy no soy deportista, soy lumbrerense.


Hoy domingo, en Puerto Lumbreras luce el sol, hace un día precioso. Ayer tarde, Inma y yo paseamos y vimos parte de las consecuencias, aunque sabemos que es más abajo del pueblo donde todo está peor.
Hay zonas con capas de barro que tardarán en desaparecer, alguna carretera cortada y dudo que quede algún camino practicable.
La mayoría de los que leéis cuanto escribo, sois deportistas y me conocéis precisamente por eso, por el deporte. No es que dirija la entrada especialmente a vosotros, pero entiendo que al resto de amigos, los de aquí, los lumbrerenses poco he de decir, porque entienden perfectamente todo.
El viernes por la mañana "pasé a limpio" una entrada en mi blog sobre las próximas competiciones en las que me gustaría estar, en Antella el sábado próximo y en Cabo de Gata para el 21 de octubre. Dos pruebas de distancia medio ironman que estoy intentando preparar lo mejor posible desde hace semanas, ya que llevo mucho sin competir en esa distancia (desde mayo pasado). 
No pude enlazarla y todavía no lo haré, porque todavía me cuesta mucho pensar en términos "deportivos". Obviamente, no hubo entrenamiento alguno el viernes y ayer, en casa intenté hacer algo, más para quitarme la tensión acumulada que para otra cosa, porque la sangre todavía no me corre... como sangre por las venas. Por momentos, se me acelera el pulso sin necesidad de ningún ejercicio físico.
Voy a intentar rodar un poco hoy, rodar por rodar y no pensar que sea para nada más que para ir volviendo mentalmente a la normalidad. Tengo que dejar de pensar en qué podía haber pasado... porque por suerte, aunque estuvimos cerca, no paso nada.
Tuve la oportunidad de desplazarme al Titán el viernes y competir finalmente ayer, a esa prueba a la que tanto le debo, que en su momento colaboró con la asociación Adica de MI pueblo, PUERTO LUMBRERAS, y que más tarde fue la base de la realización de Correveidile, donde trabajamos todo lo posible por la Discapacidad, le debo mucho a ése lugar, lo siento así y mi agradecimiento ya no es pensar en términos competitivos, sino sencillamente estar allí, ser parte, como lo ha sido durante 7 años seguidos.
Tuve la oportunidad de salir el viernes para Cádiz y ahora, doy gracias cada segundo de no haber dado ni un paso para arriba, de haberme quedado en casa, con mi mujer, en mi pueblo, con los míos. Aunque no hubiese pasado nada, creo que no me lo habría perdonado en la vida.
Sinceramente, entiendo que cada persona tiene una forma de ser y de pensar, y que yo no he de tener toda la razón o incluso, ninguna razón. Pero es la mía, y ayer, no ya competir, sino sencillamente entrenar pensando en otra cosa que no fuese todo lo que me rodea estos días, es algo que me tocaría entender, pero no compartir.
Sin embargo, será el estado de nervios que aún tengo, la mala leche que me sale por tanta impotencia, por no quitarme de la cabeza lo que pasó, lo que pudo pasarle a los míos, familiares y amigos y la tragedia de la gente que ha muerto y sus familias. De esa niña de 9 años que compartía clase con mi sobrina, de su abuelo, de Juan Asensio, que se dejó la vida para salvar al hermano y cuando volvió a por la cría y su abuelo, murió, dejando viuda y dos huérfanos. Todo eso me merece un respeto, y desde luego, me dejó helada la sangre el viernes y ayer sábado.
Entiendo que las personas somos distintas y entiendo también que uno ha de ser de un lugar para vivirlo y sentirlo, sobre todo cuando las cosas van mal. Yo soy lumbrerense, nací en una casa pequeña con dos estancias divididas por un tabique, en el casco viejo. Supongo que será eso, llevar 42 años pisando este pueblo, conocer a sus gentes, sus calles.
Supongo que será eso, lo que hace que el respeto que me queda solo sea para Juan Asensio, un hombre de la edad de mi padre, albañil y HEROE, que ha dejado su vida y destrozada la de su familia, por salvar a dos críos y su abuelo. No tengo más respeto que ese, y es para él.
La mayorías sois deportistas, como yo, competimos y nos créemos importantes porque hacemos ironman, maratones, duatlones, o ganamos competiciones... no somos nada. Como mucho los mejores del barrio, los menos malos de la provincia. No hay valor en nuestros actos, ni son actos que nos lleven a nada, y mucho menos cuando queremos que se nos valore el esfuerzo... de algo que hacemos libremente y nadie nos obliga, algo que ni siquiera nos da el pan.
Mi respeto es para quien se gana la vida con lo que hace y se levanta cada día para hacerlo. Para el resto, para los no profesionales, que somos la inmensa mayoría, el respeto que siento hacia qué puestos o carreras gana este o aquel o cuanto a entrenado, no va más allá de mi admiración por hacer lo que le gusta, por disfrutar de su hobbie y de buscar con ello el encuentro y la relación con otras personas, sin estar ni creer nunca que uno está por encima de los demás.
Juan Asensio, no hizo nunca un ironman, ni ganó mil carreras, ni pediría jamás respeto por creerse más que nadie, era albañil y dejó a dos hijos sin padre, por salvar a otros.
No hay mucho más que decir. Nosotros, absolutamente todos, ante eso, no somos nada.
Ha salido el sol y con él, yo también voy a salir a buscar la normalidad, a trotar un rato. Hacerlo ayer o pensar siquiera en hacerlo el viernes, no solo no era posible ni se me pasaba por la cabeza, es que personalmente, me habría sentido sin sangre en las venas.
No es una cuestión de moralidad, ni siquiera de conciencia. No es una cuestión de pensar que debía quedarme sin hacer deporte por si hacía falta en otro lugar. Es una cuestión de prioridades, de qué cosas son las que ocupan mi cabeza, y estos días, por suerte para mí, esas cosas no son, ni yo ni mis carreras.

sábado, 29 de septiembre de 2012

No quiero ni puedo ver más imágenes de la riada


Esta mañana me he despertado con el ruido de los helicópteros. Ayer no hice ningún deporte, pero cuando me atacó el sueño lo hizo para desplomarme.

No quiero ver ningún vídeo ni imagen más sobre la riada. No se me quita de la cabeza lo que ví y viví durante casi dos horas a pocos metros de la misma. Olas que pasaban por encima de la pasarela peatonal... nunca imaginé que vería algo así. No era capaz de asimilar aquello. No tuve miedo, tuve pánico.

Cuando el agua golpeaba la pasarela y el muro de contención, el edificio donde nos encontrábamos vibraba como lo hace cada vez que hay algún pequeño terremoto. No queríamos seguir allí. Lo primero que piensa uno es en los suyos, en familiares, en amigos. Pero las líneas estaban bloqueadas y no había manera de comunicarse. Salimos de allí para casa sin importarnos cuanto nos mojáramos o no. Llegamos y empezó otra batalla, la de recoger agua del suelo, poner todas las toallas posibles en el suelo, cubos y alguna olla para recoger el agua de las goteras que hay, culpa quizás de las fisuras del edificio durante el terremoto del año pasado.

Mi hermana, que le toca trabajar en un pueblo a 25 kms de aquí, a estas horas sigue allí sin poder moverse por las carreteras cortadas, sin luz por momentos, ni medios para nada.

Pero todo esto no tiene importancia, una vez que sabemos que estamos bien, ni el miedo, ni el mal trago, ni la casa, ni el deporte, ni absolutamente nada. No me quito de la cabeza a esas familias que a dos pasos de aquí, perdieron ayer a un ser querido, a un muchacho y a una cría de nueve años... hasta me cuesta escribirlo, porque me cuesta imaginar que la mañana ayer empezara tan normal y todo cambiara en un momento.

Solo tengo un recuerdo de mis primeros años de infancia, solo uno. El recuerdo es una imagen de olas de agua pasando por la rambla, llevándose casas y matando a decenas de personas. Era el 73 y yo tenía apenas 3 años. Mi padre dice que es imposible que me acuerde de aquello. Pero lo cierto es que es el único recuerdo que tengo hasta bien pasados los 10 años. Quizás por eso ayer, quedé paralizado y el corazón se me encogió nada más ver la primera crecida.

Cuarenta años después, volví a tener ayer, la misma pesadilla.

No quiero ver más imágenes de la riada.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Antella y Cabo de Gata. Las pruebas en las que pienso hoy...

Las pruebas en las que pienso hoy...   cuando me lavo la cara.

Fiel a la cultura de la insensatez o por lo menos, de la sensatez escasa, en un año que tira más bien a flojo en cuanto a participaciones se refiere, ahora pretendo, comerme los panes a pares.
Foto: Cortesía de Festak.com. Ultima participación en una prueba de larga distancia. Bilbao Triatlón, hace ya, cuatro meses.

En quince días, si todo va bien y la salud así lo dice, estaré en la salida de dos pruebas de distancia medio ironman. 
Los días 6 y 21 de octubre competiré en las pruebas de Antella, perteneciente al circuito NDS y en San José (Cabo de Gata) en el que han denominado Camp. de Murcia de triatlón Larga Distancia... dejaré el calificativo que me merece esa denominación en "curioso"... un campeonato provincial que se celebra 65 kms en línea recta dentro de otra provincia, en fin. 

No sé si ciudadano, o simplemente habitante.
El caso es que, particularmente, no tengo ningún problema ni preocupación alguna sobre si es Campeonato o no, ya que a efectos de licencia, no tengo opción ni para la general ni en mi propia categoría, ya que mi club actual y licencia en vigor está expedida por la Federacion de Euskadi.

A mí ya no me extraña... lo extraño de estas cosas. Pienso realmente que no molesto a nadie y desde luego, a mí, no me molesta en absoluto mi condición de ciudadano de todos lados y ninguna parte. 

En un año sin apenas competiciones, he tenido la fortuna de entrar a meta un poco antes que otros de mi edad en un par de campeonatos, como fue el Valenciano en Sueca y el vasco en Arrigorriaga, pero no soy valenciano y no estoy empadronado en Vizcaya, y como tampoco tengo licencia por Murcia, el 2º lugar detrás de Juan Morcillo en el Camp.de mi provincia, tampoco me hace subcampeón de nada.

Siento no decir que lo siento, porque como digo, en estos temas, apenas siento nada.

El camino no ha cambiado, por mucho que lo haga el paisaje.
Son pruebas y sus gentes, y yo uno más, uno con cuarenta y algunos que aspira, como siempre, a ganarle un poco a los años cada vez que compite, a vencer aunque sea por un milímetro o un segundo al tío de la Cerveló roja y blanca, de las Sckechers en los pies o las Compressport en las pantorrillas, al que come barritas Keep Going, al viejuno que no para de entrenar, machacar y minar cada vez más las fuerzas de su viejuno cuerpo... mucho entrenar, para lo poco que anda... y es que, no me espero a que nadie me lo diga... que yo sé de eso un poco más que cualquiera.

Me gusta pensar hoy, que en Antella, en Cabo de Gata o tantos lugares como queden, podré llegar un poco antes o un poco mejor, que ese tío que veo cada mañana en el espejo, cuando me lavo la cara.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Ser un triatleta de larga distancia... legal, ¿es ser un pardillo?

Carta a Iván Tejero, triatleta, deportista y buena gente, además de amigo.

Con su consentimiento (que seguro me dará :-D) he reflexionado mientras le escribía y parte de esa reflexión es compartir con todos lo que pienso, sobre la última entrada de tu blog http://ivantejero.blogspot.com.es/
 

"Hola Iván, leyendo tu blog, se me ocurren varias cosas y si me permites, te las digo, aunque creo que en el fondo, de sobra las sabes.

Hablas de grupos de gente que van a rueda en una prueba sin drafting de larga distancia. Siempre que hay algo en juego, el tramposo sale de la madriguera como sale el olor del estiercol cuando se moja.

Cada año que pasa y este mundillo del triatlón largo y el no drafting aumenta su número de devotos, aumenta también mi miedo y preocupación cuando participo. 

No es tanto tu caso, ni mucho menos, pero yo que nado regular tirando a mal y a veces hasta prefiero no batir los pies por si hasta retrocedo... me toca aprovechar el sector de ciclismo donde, más que poder o no, disfruto de mi deporte de siempre. Las consecuencias llegan rápido, pues alcanzas a grupos que aun siendo legales, están en plena fase de adelantamiento con dos filas bien hechas en la carretera... ¿por donde pasas?... no pasas, te esperas a que aquello se diluya un poco... y a menudo, dada la disparatada cantidad de gente que poblamos ya las pruebas, en esa espera te llega otro grupito por detrás, te absorve, te adelantan y te ves en medio de una boñiga que no has buscado y no querías pisar. 
A quien saca tarjeta el juez que llega?, a todos? no, a alguno para escarmentar... puedes ser tú.

Insinúas en tu entrada, Iván, que igual eres un pardillo... (crees que eso pensarían aquellos "listos"; sé que tú no lo piensa así, pero aprovecho para opinar al respecto).

Bueno, lo de pardillo por no ir a rueda..., "listos" son... no cabe duda, listos que se creen más que otros que van legales. 

Sinverguenzas que apuran la primera tarjeta y ya, si eso, tienen cuidado con que no les venga la segunda (a mí, con una sola y el dorsal tachado se me caería la cara de verguenza... culpable o no). 
Sin escrúpulos porque lo hacen a cara descubierta y les importa una mierda que les digas eso mismo, la mierda de deportistas que son. 
Mentirosos, porque mienten a los demás diciendo que van a superar un reto o a sí mismos, mentirosos con todos y con ellos mismos. 

Ladrones, porque quitan a empujones e ilegalmente a otros del lugar que les corresponde, poniéndose ellos donde... siendo legales no llegarían. Hipócritas, porque llegado el caso, siguen declarándose limpios y al mismo tiempo aluden a esa recurrida frase de que "todo el mundo lo hace". 

Diferencias:
 Foto 1: drafting consentido, apetecido y puede que hasta buscado. Miles de euros en bici de crono, acoples de carbono y ruedas de perfil para luego no poder soltarse del manillar y los frenos. Ir en grupo y no ser ciclista, tiene eso...


 Foto 2: Drafting apenas evitable. Dentro de la aglomeración, se intenta ir separado. Tres filas es inadmitible, pero al menos (igual vieron al fotógrafo) intentan llevar cierta separación. Todos van acoplados. El excesivo número de participantes, tiene eso...


Pero también son más cosas. 

Son ilusos, porque piensan en el fin y no en los medios para conseguirlo... atontados, el fin así, vale la mitad menos y no tardarán en darse cuenta. Mediocres de voluntad tirando a patéticos, porque a la vista está que hacen descaradamente algo aprovechándose del esfuerzo ajeno, ya que solos serían incapaces de lograrlo.
Borrachos... si borrachos. Ebrios del alcohol de la fama pasajera, de la palmadita en la espalda, del reconocimiento general cuando ofrezcen al resto esas mentiras en forma de puestos y tiempazos... se les pasará la borrachera y tendrán que rodar solos alguna vez y no me cabe duda que, obligados a ser -legales- acabarán ahogándose en el montón de mentiras y boñigas varias que con tanto afán han acumulado yendo a rueda. Pardillos de todas todas.


Foto 3: Jamás he visto a estos dos ir a rueda de nadie... creo que mostrando esta foto no habría hecho falta decir nada a esos que han ido, van e irán a rueda donde cuando no se debe y donde no se puede. -Se os pasará la borrachera y recordaréis como juegan éste padre y su hijo-.



¿Pardillo tú por no ir a rueda, Iván? por hacer lo que debes hacer sin dañar a nadie, sin dañarte a ti mismo, a tu ilusión, a tu instinto, a tu amor propio y a tu dignidad? pardillo tú, Iván? ....amoss, no me jodas. 


Un abrazo y hasta pronto.

lunes, 17 de septiembre de 2012

JORNADA DE ENTRENAMIENTO EN GRUPO EN CALAR ALTO.

Entrenamiento DE altura, no tiene por que ser siempre... entrenamiento EN altura... aunque puede ser ambas cosas.

 Foto: Jose Angel, quien escribe y Emilio.

Desde hace años, fiel a costumbres que mi cabeza agradece y mis piernas aborrecen, incluyo un par de pequeños campos de entrenamiento personales y solitarios que suelo hacer en la Sierra de los Filabres (Almería).

Más de un lector se ubicará perfectamente en el momento que diga que es allí, donde la Vuelta a España ha acudido para hacer, al menos en tres ocasiones, una de las etapas más duras de cada edición.

Una zona preciosa, que está ahí para todo el que quiera descubrirla y si se va en bici, para todo el que quiera además, sufrirla.
  FOTO: Gentileza de Altimetrías.net.

Otra pequeña huella más en el camino.
 
No llevo la cuenta de las veces que he ido solo. Hace años, incluso lo hacía durante dos o tres dias en pleno verano. Prefería aquello casi a cualquier competición, y así sigue siendo.

Parecerá extraño, pero ir en busca del cansancio, a veces, de la extrema fatiga, conseguía descansarme y hacerme volver lleno de energía.

La soledad, el esfuerzo, el reto de subir puertos siempre por encima de la hora de escalada, el poco tráfico y un cielo limpio como pocos he visto, son cosas que quiero seguir incluyendo cada año mientras las canas me vayan saliendo o quede calvo del todo.

Cuando iba solo, eran la fatiga y el frío los que siempre terminaban por hacerme descender al pequeño hotel o al pueblo donde tuviese el coche... 
....sí, aquello era mejor que casi cualquier competición.

Pedaleando.
Muchos saben ya, cuanto me gusta la bicicleta. Son treinta años de amor incondicional. Me lleva a lugares donde sería imposible sentir lo mismo si llegara en coche. Me muestra mi propio interior y me hace ver la suma exacta de fuerzas y empeño. 
  FOTO: Gentileza de Altimetrías.net.

Subir, regular mi esfuerzo, probarme, buscar el final en cada curva, un descanso o quizás, otra rampa más empinada. Bajar, probar en cada curva la trazada perfecta. Sonreirme cuando sale y tragar saliva cuando rozo la otra cuneta. El sudor subiendo, el aire en la cara bajando. Es la bicicleta.

Cada uno entiende la subida y la bajada a su manera y no hay matemática exacta. Hay formas de regular el esfuerzo y de trazar líneas en cada curva. Hay, en definitiva, una forma personal de buscar la fluidez y ser parte del lugar donde te esfuerzas. 

 FOTO: Gentileza de Altimetrías.net.

Cómo fluir.
Hay ocasiones, en las que transmitir y mostrar estas cosas que digo, no pueden limitarse a decirlo por aquí, ni en un mail, ni siquiera a la cara.

He de mostrar que es cierto lo que digo, cambiando un poco de soledad por acompañar a esos pequeños campos de entrenamiento a quienes quieren buscar el deporte que llevan dentro, más allá de las prestaciones y del innegable beneficio deportivo que les pueda suponer la experiencia.

Intentando aprovechar hasta el último minuto, les animo a que se familiaricen con la respiración alterada, a que busquen el punto exacto donde se regulariza y les permite subir y subir sin altibajos; a que dibujen con la mirada cada curva mientras bajan, antes incluso de tomarla. 
A necesitar la comida sin que llegue el hambre y el agua mucho antes de sentir sed. A empaparse del aire limpio. A ser parte del entorno.

Esta vez subimos un poquito más cerca del cielo de lo que cotidianamente solemos hacer. Este es de esos lugares, donde las horas pasan rápido, y apenas te das cuenta, pues apenas miras el reloj para nada.

Estos días, he disfrutado compartiendo deporte, risas y mucho esfuerzo con buenos deportistas y mejores personas, comprobando además, que no encuentran más razón ni motivo en estos entrenamientos, que luchar por seguir caminando y aprender del propio camino.
 
Foto: Jose Angel, Juan Bastida y Emilio. 
No se puede decir que un día pedaleando y tocando cimas de 2000 mts sea, un entrenamiento en altura. Sin embargo, es indudable que compatir un día de bicicleta con tan güena gente como esta, lo convierte en un entrenamiento DE altura.

Vendrán otras ocasiones, previstas están, donde intentaremos que el grupo esté al completo y dejaré también, algún dia cada año, para ir a pedalear allí arriba y que sean la fatiga y el frío los que me hagan descender... a mí y a mi bicicleta.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Good bye, Titán.


Será que llegó septiembre y han vuelto a rondar por mi cabeza todo lo vivido, lo sufrido, lo sentido y lo aprendido en los siete años, seis para competir y uno para verlo sentir a otros, que acudí a ese rincón precioso de la sierra de Grazalema, a esa zona de pueblos blancos embutidos entre montañas, olivos y agua, a ese Titán... al que nunca consideré una prueba deportiva.

Será que siento añoranza y le echo de menos antes incluso de que llegue la fecha. 

Será, más bien, que no quiero hacerme a la idea de que, este año, no podré acudir a esa cita ineludible de cada año. Ese día que siempre marcaba uno como final de fiesta de la temporada, cuando en realidad siempre acababa siendo el principio de mucho.

Será que no es decisión mía, ni que no quiera o me encuentre mal para hacerlo, porque encontrarme bien estos años solo a significado desear estar allí, y ese deseo lo conservo desde siempre.

Será que en julio pasé el primer día del Correveidile por aquellas tierras y me paré junto a El Gastor para ver sus aguas color turquesa y mirar sobre ellas a Zahara de la Sierra reflejada y, por un momento, me empapé todo lo posible del aire, pues intuí que tardaría en volver.

Será... que no es tristeza, sino ganas que dejaré acumularse para cuando pueda y la riqueza me deje, por poca que sea.

Good bye, Titán.

martes, 4 de septiembre de 2012

Triatlón Olimpico de Carboneras. Juegos de niños y monos que cantan.


¿Me harías el favor de guardarme la llaves del coche mientras hago un triatlón? Le dije a la muchacha que trabajaba en aquel chiringuito de playa. Sin dudarlo, sonrió, dijo que sí y alargó la mano para recogerlas. 
¡Gracias! , espero volver a por ellas... le dije. Y apurado salí corriendo  hacia la cámara de llamadas en la que ya solo faltaba uno, el debutante en triatlón olímpico, el de las cuarenta y dos primaveras.

Las cosas... ¿son como son, o son como uno las cuenta?.

Finalmente, en Carboneras tomamos parte en el triatlón olímpico algo menos de cien triatletas... o dicho de otra manera: en Carboneras, tomamos parte casi cien triatletas¡¡¡

Quedé 9º de la general y 1º de mi categoría, Veterano I... o se podría decir: quedé en el Top Ten, sólo hubo 8 delante de mí y casi noventa detrás¡¡¡

Los puestos parciales fueron, 29º en natación, 6º en ciclismo y 4º en los 10 kms de carrera final. Bueno, pues los números ya están dichos y no me voy a extender por ahí que esto es lo de siempre y no considero que sea, ni mucho menos, lo más importante.

Lo importante:
Preparar el viaje a Carboneras con un tío tranquilo, Juan Bastida. Reirnos antes de salir y de vuelta para casa también.

Mirar el mar revuelto desde la arena y sentir otra vez el gusanillo de las carreras. Mi gorro puesto, mis gafas empañándose y viendo a malas penas, la primera boya a la que llegar.

Nadar sin tensión desde el principio, balancearme en un agua turbia como si de una montaña rusa de feria se tratase. Esperar que la ola me suba para mirar al frente y buscar al resto de triatletas o al menos, la siguiente boya. Divertido. Y eso, saliendo de un tronco de nadador como yo, no es decir poco.

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco en el mar.
 Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.
Correr dos minutos hasta boxes, coger la bici y hacer un triatlón con drafting… sin drafting.
Siempre solo y encontrándome con sensaciones de esfuerzo que creía olvidadas.
Buscar referencias con la gente que conozco y que siempre va delante de mí cuando el día a empezado en el mar, en el agua. Nada mejor que buscar a quien conoces para intentar encontrar tu sitio, tu ritmo, y por supuesto, para intentar darle caza. Esto es un juego y de jugar se trata. (y curiosamente, es algo que todo el mundo hace y nadie reconoce. Curioso).

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco sobre la bicicleta.
 Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.

Pasar miedo cuando ves al amigo en la cuneta. Juan Bastida bajado de la bici y esta sujeta con la mano. Piensas en lo peor hasta que él, te tranquiliza y te dice que ha sido una avería. Una rueda reventada mientras subía… (segundos antes bajaba por la misma cuesta y la rueda rota es la delantera… el no lo sabe aún, pero por segundos no ha tenido una caída… y no precisamente de las de "chapa y pintura").

Terminar el ciclismo, llegar a la transición con ganas de correr y hacerlo bien, me parece incluso fuera de lugar, hasta hace un año nunca sucedía esto, más bien lo contrario.

Correr rápido, muy rápido… teniendo en cuenta lo que para mí es rápido… y no bajar el ritmo en ningún momento, sintiéndome con energía, con ganas de tirar hacia delante, casi… casi llegué a sentir que tenía apenas... algo menos de cuarenta y dos años..

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco durante la carrera. 
                                                                    Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.
No me fue mal, ni bien tampoco toda la prueba. 

Básicamente, jugamos.
Pero volví a jugar, a compartir mi día de juegos con otros. Un juego de niños donde nos dejan participar a los mayores.
Un juego donde ganar no significa hacer primero… si no eres profesional. Ganar significa que has conseguido el mejor resultado que tu esfuerzo y tu entrenamiento podía darte y eso, hablando de amateurs siempre debería quedar para uno mismo.

Jugué todo lo bien que supe y conseguí el mejor resultado que siempre espero: disfrutar. 
Y es que lo demás, a veces, son tonterías.

Me ha gustado y espero que no sea la última prueba “corta” que haga. 
Se lo puede pasar uno bien… si no mira demasiado el reloj .

...y sí... pude volver al chiringuito a recoger mis llaves, a dar de nuevo las gracias, a relatar un poco cómo me había ido y a ver otra vez como sonreía la muchacha mientras me escuchaba. Iluso yo, supuse que le estarían haciendo gracia mis palabras cuando... seguramente... en su cabeza había un mono con platillos que cantaba: "pero que mal está la gente... que mal..que mal"...

sábado, 1 de septiembre de 2012

TRIWHITE CUP. CARBONERAS. Volver a empezar.

Volver a empezar... no tanto por mencionar aquella primera película española oscarizada, sino por poner título a mi enésima "vuelta al ruedo"... y las que quedan.
 
CARBONERAS TRIWHITE CUP.
Mañana, si todo va bien, competiré en la primera prueba "corta" de triatlón  de mi vida.
Se trata de un triatlón de distancia olímpica (algo corto el sector de ciclismo), primera prueba de la TriWhite Cup.
 
                            
 
Nunca he competido en un triatlón por debajo de la distancia Medio Ironman y aunque en mi corta trayectoria como triatleta (apenas 9 años de trideporte), esta circunstancia puede parecer extraña, empezaré diciendo que a las distancias cortas, les tengo muchísimo respeto.
 
Tanto es así, que he preferido durante años, emplear fines de semana en largos entrenamientos menos intensos que en ponerme un dorsal para un olímpico o un sprint que además, generalmente se hacen con drafting.
 
La intensidad, será cosa de la edad o más bien del tipo de trabajo "largo y tendío.. " que hago habitualmente, me tira para atrás, y eso que soy totalmente consciente del beneficio que me proporcionarían esas competiciones y esa intensidad.
 
Curiosamente, este fin de semana tengo aquí, en Aguilas y a dos pasos otro triatlón, un clasificatorio para el C.de España. Bueno, a pesar de que esa calificación de -clasificatorio- no me gusta, pues ni tengo ni he tenido hasta ahora la mínima intención de correr un C.de España de triatlón (todo se andará..), y tampoco me convence que todas las pruebas reconvertidas en -clasificatorios- aumenten la cuota de inscripción, como digo, a pesar de eso, no lo hago por una razón muy sencilla, es sprint, llano y con drafting, cosas en las que no pensaré cuando tenga unos añicos menos.
 
Si al olímpico le tengo respeto por lo corto e intenso... no quiero ni pensar en un sprint... que de tanto pensar me axfisio..
 
Quitando una carrera popular que hice hace pocas semanas, no me pongo la ropa de faena desde el mes de mayo pasado en el Medio Ironman de Bilbao... mucho tiempo y debut en algo muy diferente, pero con muchas ganas de probar nuevas sensaciones, ahora que me estoy haciendo joven y a punto de dar el estirón...
 
Mañana es día de estreno. A ver que tal y a ver también si no es el principio de una "bonita amistad".