jueves, 11 de diciembre de 2014

Ocho "ratos" de montaña en un año.

Y con ocho ratos de montaña este año, se terminan los dorsales de 2014.

Por orden de fecha, el kilometraje me resulta curioso ya que vengo de deportes con distancias más o menos fijas.
30, 27, 65, 45, 185, 101, 73 y los 42 kms del pasado domingo en la Ucam FalcoTrail Sky Marathon Tnf han sido las distancias de este año.
Como siempre digo, esto es mucho para unos y escaso para otros. Lo que importa es lo que supone para mí. Y para mí, es y ha sido más que suficiente.
En un año me he ido soltando a cada paso, no solo bajando sino también cogiéndole el truco a las subidas, a caminar y a elegir donde poner cada pie.
La montaña, toda la montaña, sea más o menos alta, más o menos arbolada, es hermosa y siempre diferente. Ahí está el placer de mezclarte con ella.

El pasado domingo, durante 5h02' sucedió de todo y un poco más, pero ni de todo me acuerdo ni voy a soltar cada detalle por aquí.
Una prueba bonita, muy dura. Para mí, quitando la CCC del Mont Blanc por desnivel y Trail Menorca Camí de Cavalls por distancia, ha sido lo más duro que he hecho (tampoco tengo mucho bagaje de "cabriteo" para comparar). 


Creo que decir que terminé contento, sin más, es quedarme corto. Ha sido la primera vez que no he sentido al tío del mazo subido a mi chepa, la primera vez que he bajado con dolor de piernas pero con buena dosis de diversión, y de esas en las que no quedo con duda alguna de si lo habría hecho mejor o peor. 

Lo que había esa mañana para dar, se dió. Y como buen diesel, gastando lo justo para no cruzar los ojillos y caer de boca como otras veces (eso sí, mis dos patadicas a piedras que no tenían culpa ninguna, sí que dí, y por ello... la enésima uña que se tinta morena este año). 

Quizás me quede, como siempre, un pequeño "pero".
Competir con Juanjo Mateos, no es mejor que entrenar con él, pero se parece. Para mí, es una garantía si hablo de tranquilidad y de aprendizaje mientras le sigo. Ya lo dije hace un año y me reafirmo en lo dicho, después de lo que llevo aprendido gracias a él, y sobre todo después de ver la peaso temporada que se ha marcado.

El pero es que elegí mal el momento de "independizarme" de él y su ritmo. Me dejé ir para adelante con la única idea de abrirle hueco suficiente y poder parar, aliviar una tripa que me da más problemas de los que me gustaría cada vez que compito en montaña, y volver a engancharme a su rebufo. Esa era la idea.

Una vez paraba y no tenía suerte con el asunto... seguía a mi marcha y lo cierto es que debí parar del todo hasta que él llegara. 
De todas todas, Juanjo no solo controla sino que además tira, y tira mucho. Habría sido imposible seguirle en el último tercio de la prueba, eso ya lo fuí viendo semanas antes, pero perdí la oportunidad de estar más tiempo con él antes de ese ultimo tercio y aprender como con pocos se puede hacer.
Mi prueba, buena. La suya, para mí genial. 

Las posiciones finales en la montaña, son de lo más fluctuante que uno pueda imaginar.
La gestión de la prueba, de las fuerzas, del conocimiento del terreno, del uso de la paciencia como pilar básico para asegurarse una buena prueba, son cosas que están por encima incluso de la condición física con la que se llega a la salida. 

El 14º final si me descuido en la toma de líquido o de comida a 10 kms de meta y bajando apenas nada mi rendimiento me podía haber costado diez puestos más... y en otras lo he comprobado.
Por eso, no mido la satisfacción por puesto conseguido, sino por desarrollo y trabajo hecho durante la prueba y sobre todo durante la preparación.
Obviamente, todo lo que sea mejorar es bienvenido. Pero al final, en los escasos treinta y tantos años que llevo  de dorsales, me he ido dando cuenta que no hay manera de encontrar la satisfacción o felicidad completa. Ni siquiera venciendo porque... siempre se puede vencer de una manera aun mejor, sufriendo menos, llegando en solitario... el caso es no estar contento nunca. Pero bueno, a eso le pongo un nombre: ser competidor, sin más.

Se termina el año, las carreras y sin embargo, sin pensar en el salto de nochevieja, ya estoy inmerso en la preparación de un nuevo ultra trail, el GR-20 Xtrem de 92 kms en Valencia para dentro de nada... 10 de enero.  
Tanto a la preparación, como al la prueba siempre parto de un poso de tranquilidad en cuanto a como equiparme. En la Falco, con un intenso frío durante toda la jornada, las prendas de Compressport me vinieron de lujo. El shirt on/off, increible. Orificios que se abren cuando respiras intensamente y se cierran cuando bajas y la respiración es pausada. La malla de compressión con inserciones de silicona para apoyar las manos en las subidas difíciles... y hubo muchas el otro día, hizo su trabajo de forma inmejorable. Seguiremos testando.

Y a partir de ahí, los neoprenos, gorros, ruedas y acoples pasarán a escena, si nada lo remedia. (ahora viene el emoticono que guiña el ojo).