PREVIO.
Me gusta tocar la guitarra y espero que, en un futuro no muy lejano, sea música lo que salga de ella y no solo el tintineo éste, lento y casi sordo, con el que intento relajarme casi cada día antes de dormir.
No..., no sé tocar la guitarra, pero de la misma forma que vuelvo contento de un entrenamiento de cinco horas, solo por un par de kilómetros en los que he sentido una pizca de mejora..., sigo intentando entrelazar notas a ver si, un día, sale música de ellas.
Intenté dormir las dos horas que teníamos antes de salir para el aeropuerto, no lo conseguía y otra vez, esas seis cuerdas me ayudaron. Ese fue mi último entrenamiento.
APUNTES DIARIOS DEL VIAJE A ALEMANIA. TRAZOS
JUEVES.
Ya estamos en Alemania. Llevamos casi toda la noche sin dormir, doscientos kilómetros en coche desde Memmingen hasta Regensburg y, encima, llueve y hace frío. Paso de entrenar, solo quiero comer y dormir sin mirar el reloj. Mañana hablaremos de ironman y esas cosas.
VIERNES.
Vamos a coger el dorsal, bolsas y visita por las carpas de material y ropa. Comemos y nos vamos para el lago donde se celebrará la natación y estarán los primeros boxes. Está a unos 15 kilómetros. Mientras conduzco, empiezo a tomar nota del terreno..., estamos a un lado del Danubio, todo son llanuras y campos de cereales..., hará viento, seguro. Al otro lado del río están las montañas, tapizadas de bosques, allí no tendremos viento, pero intuyo que alguna "emboscada" sí, (a ver si hay suerte y es larga y dura..., que puertos no me han faltado en la preparación...).
Llegamos al lago y salgo a rodar en bici, voy mal, demasiado mal. Pruebo el casco aero por si, como pronostican, el domingo llueve y hace fresco, pero no disfruto demasiado con él y decido que no, que he entrenado con el normal y con ese correré. Con la bici tampoco voy cómodo, he montado el sillín un pelín alto y voy fatal. Mañana volveré a probarla.
Corro 30' por las sendas alrededor del lago, esto va mejor, me encuentro bien y me voy soltando. Sin pensarlo mucho, me coloco el Orca y nado 20' con buenas sensaciones. El agua no está muy clara que digamos, pero la profundidad es poca y esto hace que esté caliente, demasiado caliente.
SABADO.
Mañana competimos más de 2300 triatletas y será en salida única, por lo que hoy tenemos diferentes horarios para dejar bicis y bolsas en boxes. A mí me toca por la mañana.
Cuando llegamos al lago, vuelvo a coger la bici para rodar durante 40' y comprobar que los cambios hechos han sido los correctos, ya voy cómodo, ya voy como siempre. Un trote cochinero de 20' tras la bici, termina por convencerme..., nada más llegar al coche, le digo a mi mujer: "mañana... que se prepare Faris!..." :-)
Tras dejar todo en boxes, la agenda para hoy se reduce ya a dos cosas, comer y descansar. A mediodía, estamos ya en la pizzería de turno, y vaya!... solo les queda pizza hawaii... qué remedio, habrá que pedirla...
Tras una "minisiesta" y estiramientos, la tarde ya se acaba y hay que ir pensando en cenar temprano, así que nos vamos a otro italiano (hay muchos, y buenos)... increible!! sólo les queda pizza hawaii!!!, ¿otra vez?... "bueno, vale, póngame una..." (lo curioso de éste comentario, radica en que, realmente fue así, tal cual).
DOMINGO 1 DE AGOSTO. IRONMAN.
3h 30' am. Suena el despertador inútil... pues no he dormido casi. Desayunamos normal, he traído como siempre mis cereales de casa, me los hago con té y como algo más de lo que el hotel ofrece. Recuerdo aún los primeros ironman, cuando no me entraba ni un mísero dátil.
Ya en boxes, preparo bici, bidones, comida, zapatillas y me pongo el neopreno, y todo con una extraña tranquilidad, tengo la sensación de haber hecho esto casi a diario. Sé que estar así es lo mejor que me podía pasar, es lo que yo buscaba, estar en la salida con la seguridad de que he hecho todo lo que podía para estar aquí. Ya tengo mi premio.
El agua del lago casi no se ve. Un manto de bruma la tapa y, la verdad..., es precioso..., me parece ver todo a cámara lenta, repetiría esto cada semana... El ambiente es más frío que el agua. Nado unos 10' tranquilo y nos llaman "a filas".
Esto es extraño, sigo tranquilo, "aquí pasa algo...", pienso. Ni siquiera nadando es como otras veces, excepto por el tiempo final, claro. Por primera vez no me ha preocupado en absoluto meterme en el "hervidero". Nado sin chispa, pero mantengo bien el ritmo. Es normal, hace dos meses que dejé el entreno en piscina y sus series. Todo ha sido mar y más mar.
Ya estoy hecho totalmente al Orca, he entrenado mucho con él y lo noto saliendo mucho más descansado que otras veces. 1h06' es el tiempo.
Ciclismo entre maíz cervecero
...Como siempre, mi mala natación me coloca detrás de montones de triatletas, toca remontar y pasar mucho miedo cada vez que llego a alguna aglomeración. La táctica es sencilla, a la vez que arriesgada, llegar al "grupo" y pasar rápido, muy rápido, para que a ningún juez le quede la más mínima duda de nada. Primeros 80 kilómetros y llevo 2h11', lo que supone que voy en el tiempo previsto para bajar de 5h, pero la forma de hacerlo no me ha gustado, demasiados cambios de ritmo que seguro pagaré, así que, antes de que me hagan pasar por caja, levanto el pie lo necesario. En la segunda mitad, pierdo hasta 12' respecto a la primera, para llegar en 5h03'.
Sé que éste tiempo me obligará a arriesgar en la maratón, no me queda otra. En la bici no tengo nunca la sensación de ir pasado, ni al 100%, pero no tengo ni un solo instante de bajón ni duda. Vacío varios bidones de agua sobre la cabeza, he vuelto a acertar con el casco.
Una maratón para no olvidar.
La maratón es preciosa... y dura. Cuatro vueltas recorriendo parte del casco antiguo de Regensburg, sobre adoquines, y zonas de parque, sobre tierra y asfalto. Mucha sombra y un ambiente comparable al Solarberg en el ciclismo de Roth. Te ensordece el griterío de la gente en cada una de las vueltas, ven tu nombre en el dorsal y te lo gritan..., pronuncian fatal..., pero da igual, te llevan en volandas.
Primera vuelta de 10 km. Voy rápido, a ritmo de 3h, sé que o arriesgo todo o no consigo nada, esta vez es lo que toca y, aunque lo hago acojonado, lo tengo claro. Porque sé que con el paso de los kilómetros, a esa marca le caerán minutos irremediablemente, toca aguantar.
La euforia termina pronto, en la segunda vuelta, sobre el km 15... me hundo en la miseria, no consigo levantar los pies del suelo, corro por encima de 5'/km y las cuestas no son excusa... otros van más rápido. Es el peor momento, ése en el que nunca queremos pensar, pero que siempre, repito, siempre llega, antes o después, tanto si eres pro como si no, siempre hay un momento malo... o dos.
Entonces entiendo que todo el ironman se ha reducido y concentrado en ése momento, donde destrozado, te dejas rematar sin defenderte, sin patalear siquiera, te sientes hundido y vacío, y ves inútil seguir luchando cuando piensas en lo que queda... de 25 a 27 km... todo un mundo... pero pienso una y otra vez, que ya he pasado por esto muchas veces y que solo si continuo, tendré una posibilidad, una sola, de recuperarme, y no la veré si me quedo en el fango.
Prácticamente me paro, me hidrato con tranquilidad, como dos barritas y un gel de una tacada y vuelta a empezar..
Tercera vuelta, falta media maratón, y un profesional que me saca vuelta, me pasa rápido, a mí y a todos, luego terminaría 7º.
Tengo la sensación de tener ya mucho que ganar y poco que perder, así que sin saber muy bien por qué, me pego a su estela y le aguanto casi toda una vuelta de 10 km... (me lo dicen antes y me da la risa, yo a esta velocidad por donde antes iba casi andando...).
Imagino que al máquina éste, le molestará llevar una mosca cojonera tanto tiempo pegado a la espalda, pero intento no molestarle lo más mínimo, me está haciendo un favor que ni imagina... (ni yo tampoco en ese momento).
En la cuarta y última aprieto todo lo que puedo, ya me he acostumbrado al dolor de cuádriceps que llevo casi desde el primer metro, algo que no esperaba, la verdad, normalmente esto pasa cuando ya llevas un par de horas, pero hoy ha tocado aguantarlo desde el principio, supongo que por culpa de la humedad... (o porque estoy haciendo un ironman, que también puede ser...)
12ª meta ironman.
Entro a meta con buena zancada y sin aflojar lo más mínimo... veo entrar a uno delante mío, 10'' nos separan... luego resultó ser de mi grupo... otros dos entraron en los tres minutos anteriores... las plazas para Hawaii, a veces son solo eso, casi humo que se esfuma "fácilmente". 3h25' es el tiempo.
Termino eufórico, lo he dado todo, y eso me provoca una alegría enorme. El ambiente no te deja pensar mucho... otra vez finisher... otra vez feliz. Ya ha pasado todo. Todo está bien.
Querer que tu sueño te quiera.
Aún estoy jadeando, cuando me dan el certificado con los tiempos parciales y el final, 9h41'11', lo que supone mi mejor marca en la distancia. También leo algo, que no me gusta demasiado... soy el 16º de mi grupo... en ese momento hubiese preferido ser el 40º, y es que no quiero pasar otra vez por lo de Lanzarote.
Por la noche, no pensamos demasiado en el tema, la cosa está más difícil aún que en mayo por puestos. Hacer media hora menos no ha sido suficiente, ya lo imaginaba antes de salir.
Hago alguna cábala que otra, y pienso que siempre hay una posibilidad... que esto es igual que esa segunda vuelta de la maratón... que si no lo intento, si no tengo esperanza... nunca lo sabré. Tengo que ir mañana a dejarme querer por ése sueño esquivo.
LUNES 2 DE AGOSTO.
Es lunes, estamos en la carpa donde se celebra la ceremonia de entrega de premios y slots para Hawaii.
La entrega de premios es muy emotiva cuando llegan a los mayores, ya empiezan las lágrimas, y pienso que sea como sea, ya ha valido la pena venir. Tras ella, empiezan otros nervios, entrega de los slots.
...llegan a mi grupo y empieza el baile, ya no estoy tranquilo, ni mucho menos, ni siquiera miro hacia el escenario donde te nombran hasta 3 veces y sentencian con un "nein" y un tachón al que no está, no quiere ir o ya lo tiene.
Eso no va conmigo, porque yo estoy, aún no lo tengo, y desde luego que quiero ir.
Oigo gritos de alguno, y silencios intercalados mientras siguen nombrando, en un momento dado, y a malas penas oigo a Inma decir: "van quince... ahora vas tú.." y pienso que no, que no puede ser..., pero sí, lo oigo, ésta vez sí, esta vez sí escucho mi nombre, no como en Lanzarote. Se supone que tengo que levantar la mano y decir sí, pero me levanto de un salto, grito un siiiiiiiiiiiiiiii, si si y siiiii¡¡¡¡¡¡ toma¡¡¡
Ya no me duelen las piernas, no ando... corro hacia el escenario. Un sobre blanco cerrado y un apretón de manos me deja frío y temblando... no me lo puedo creer... yo, un tío de casi 40 años, de un pueblo de Murcia, yo, Ramón el ciclista, como me llaman en Puerto Lumbreras, ese que está vivo de milagro... en el Ironman de Hawaii... cuesta, cuesta mucho pensarlo.
Acabo de firmar un par de hojas, de pagar la inscripción y de recibir la oferta del organizador oficial de viajes al Ironman, le doy la mano a todo kisque, todo lo hago riéndome, encantado y nervioso... ya está... se acabó... me doy la vuelta y miro a mi mujer que ha vivido todo a unos metros de mí, como escondida, como si no tuviera nada que ver... como si eso fuese posible..., la miro, dejo de reírme, dejo de hablar, no sé qué decir, el gesto de mi cara le pregunta... ¿qué ha pasado?... lo hemos conseguido, lo hemos conseguido y si podemos con esto, podremos con todo... ¿lo ves? los sueños se cumplen, solo tenemos que desearlos con todo el corazón.
Acabamos de llegar de Alemania, estamos agotados otra vez, aún me cuesta andar. Entramos en casa, dejo la mochila en el suelo y agarro la guitarra que no sé tocar y me siento, vuelvo a tantear las cuerdas y un par de notas... entre tanto ruido... me suenan a música.