...AL QUE SIEMPRE QUIERO VOLVER.
Hace unos ocho años Jorge, un amigo y además, compañero por entonces, me habló de una prueba de larga distancia en el norte, en Euskadi.
Solo mencionar “larga distancia” ya era motivador, pero cuando dijo que era dura-dura de verdad… ya no necesitamos mucho más para programar el viaje a tierras vascas. Y allí que nos fuimos los tres "Trianchos", Alberto, Jorge y un servidor, con.. por supuesto, nuestras respectivas.
Desde entonces, ya son seis mis participaciones en Arrigorriaga, aunque una se saldó con una retirada “más o menos” temprana… corrí 50 mts y paré con las piernas bloqueadas por estas contracturas “graciosas” en ambos muslos, que… por ahora, nadie sabe quitarme.
No sé cómo lo hago, o mejor dicho, no sé como hacer para estar tranquilo la mañana de la prueba.
Soy yo, quien proclama a los cuatro vientos que a las pruebas se va a disfrutar, y en eso no engaño, porque siempre lo hago, pero allí, en Arrigorriaga, me pongo nervioso, muy nervioso, estoy delante de mi gente, de mi club, de mis amigos y aunque ellos no quieren que lo piense así, ni que lo diga siquiera, ése día, me debo a ellos y quiero con todas mis fuerzas, ser consecuente con su esfuerzo.
Cuando dieron la salida el sábado pasado, llevaba ya, mes y medio sin cruzar una línea de meta, y entre medias, una retirada (Oñati) y un no-presentado (Sueca), y ambas incidencias, aunque no tenían tanto de dolor como de desencanto, sí que le daban “un punto” extra de incertidumbre al resultado final en Arrigorriaga.
Más o menos por la fecha de Sueca, decidí desconectar casi por completo y parar, no el entrenamiento (esto fue todo lo contrario), sino la hormigonera que tengo sobre los hombros.
Cogí un bloque de esos de 10 días a los que me agarro cuando quiero y necesito “volver”. Y volví.
El primer sector lo hice como nunca, en puestos cabeceros y con la sensación de estar muy descansado.
La bici, la cual había entrenado mucho, muchísimo, me dio la mayor alegría y al tiempo, la peor consecuencia… tanta alegría pedaleando me noqueó de pleno para la última carrera, donde… literalmente, me arrastré como pude hasta meta.
Lo bueno de conocerse es que intuía que esto sería así… pero uno siempre sueña… aunque esté despierto y lleve el pulso a 190… a ver si van peor que yo los demás… a ver si se descuidan y no me pillan… a ver… a ver si llego, por favor… finalmente, el 12º, pero una vez más, la alegría no vino por ahí, sino por algo tan “simple” como cruzar la meta, como “volver”.
Este año, hemos competido cuatro del equipo, Andoni, Raúl, Josi y yo, buscando una buena clasificación en un Campeonato de Euskadi, muy valorado por todos.
Finalmente quedamos segundos y el orgullo nos salía por las orejas.
Eso fue lo principal, aunque también tenemos que añadir el 10º lugar de Josi y mi tercer lugar en la categoría veteranos, detrás de “un tal” Apilluelo (qué manera de darle a las piernas…) y del vencedor, el mayor de los hermanos Urizar.
En realidad, la carrera fue lo de menos, porque del recorrido, si no he hablado ya suficiente en otras ocasiones, poco más puedo decir, solo que quien quiera competir en un lugar de ensueño, tiene que estar atento a las inscripciones, pues al llegar a 200, se terminan, y lo hacen rápido.
Las distancias son 12-75-12, y estos últimos 12 son lo único que te vas a encontrar llano.
El viernes, dia anterior a la prueba, tuve la grandísima suerte de compartir un rato de trabajo con la mayoría de los compañeros, preparando bolsas, alfombras, avituallamientos… de todo. Luego, tras cruzar meta y cambiarme, otro ratillo de echar una mano, poca cosa, pues ya estaba casi todo recogido.
Y es ahí, cuando te das cuenta de lo que supone montar un evento como este, es ahí cuando te das cuenta las toneladas de ilusión que se necesitan para trabajar y trabajar sin descanso, con el único fin, el único pensamiento, y la única esperanza de que quien decida ir a Arrigorriaga ese día, y no a otro lugar, se vaya feliz, y deseando volver.
120 voluntarios repartidos por todo el recorrido, frente a 200 participantes, es algo que habla por si solo de lo que es el Duatlón de Larga Distancia de Arrigorriaga, el duatlón del pueblo, el duatlón del Urbiko Triatloi Taldea, el duatlón de mi club, mi duatlón.
Ellos ya lo saben, pero yo quiero que lo sepa el resto del mundo. Soy murciano, tengo licencia de triatlón con la federación vasca, y para nada necesito, ni creo que haga falta, estar empadronado en otro lugar que no sea Puerto Lumbreras, para sentirme orgulloso, feliz, y hasta emocionado, cuando siento el cariño que me dispensa la gente de Arrigorriaga, la gente del Urbiko.
Vosotros compañeros… vosotros sois muy grandes, y yo… yo tengo mucha suerte.
5 comentarios:
A ver si hablamos...
A ver... suprimio.. no suprimas ostias...:-D
Nieves, has vuelto. Yo ya te creía en el Tibet de año sabático, como la Wellington.
Dime fecha del Desafío de éste año... es para un amigo :-)))
Un abrazo
Ramón... el día que yo decida tener un año sabático... será que cosas peores andaré haciendo.
Que va hijo... he intentado hacer algo este año, un par de duatlones... pero la rodilla. Sigue ahí. Estoy a la espera de un par de pruebas y una resonancia, aunque lo último fue menisco??aunque bueno ya se sabe que para que en la resonancia salga algo de menisco he de reventar antes jaja... así que me he prometido a partir de mañana entrenar!y la primera prueba que me estrenaré será el clasificatorio de Águilas, me queda un mes, pero creo que decentemente podré llegar. A ver si estás para verme! :) Este año toca distancia olímpica Ramón, la rodilla no me deja más de 2h estar en la bici.
Desafío??? 17 de septiembre... aunque aun no estoy en la organización. Pero bueno, todo lo que sea ayudar a que esta prueba siga su curso lo haré, así que lo que necesite tu colega.. adelante. Pregúntame.
Un abrazo!
Enhorabuena Boss!! Ya tengo yo ganas de poder volver y de poder correr, que sigo sin poder, en fin......espero que nos veamos pronto y a rodar con la bici.
Un saludo, makina.
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