"Yo bien, gracias!....ni mejor ni peor, la verdad.
Las cosas están más o menos como siempre… ya te digo, no sé si eso es bueno o no.
Ya sabes que sigo con mis locuras. En menos de tres semanas pretendo participar, completar y disfrutar otro ironman más de esos míos. Ya voy teniendo ganas, no te lo niego.
Lo que no termino de entender muy bien es mi estado anímico… no es que sea malo, pero no es muy “normal” tratándose de mí.
Siento una calma extraña, como la del que sabe que lo que tenga que suceder ése día 26, ya está escrito, y nada puede hacer al respecto, por malo o bueno que sea.
Hay ocasiones, en las que me gusta compararme con las tortugas que cada tarde veía en el agua, entre las rocas, allí en Kona.
Se les veía infinítamente tranquilas, a pesar de que a veces, les costaba luchar contra las rocas y la marea, pero ahí seguían... sin prisa pero sin pausa... y luego... sabes? resulta que recorren miles de kilómetros atravesando océanos con una determinación... también infinita.
-Te cuento, que las cosas por aquí siguen igual. El calor empieza a apretar bastante, los dias son más largos y las noches… bueno, ya sabes que duermo poco… son cortas, pero a mí se me hacen eternas.
Sigo teniendo el mismo vicio de siempre, sigo fijándome en lo común, en lo cotidiano y en lo que no tiene importancia…, porque siempre... siempre termina teniéndola.
Me acuerdo cuando me decías aquello del cambio que sufriría uno tras hacer un ironman, de cómo lo verían los demás y cómo se vería a sí mismo a partir de entonces… pues mira, te lo puedo contestar, no tardo nada:
-Ésta mañana, he sacado la bici del coche y he entrado en el edificio donde trabajo, del que saldré ésta tarde "vestido de guerra" y dirección a la costa, subiendo todos los puertos que el tiempo me deje.
Como te decía, cuando iba a entrar al ascensor con mi flaquita, un-otro inquilino del edificio, me ha increpado que metiera la bici en el ascensor, (o en el edificio, no lo tengo claro…) alegando, o más bien insinuando, que las manchas y roces en las paredes… pues igual las había causado yo.
He pensado durante un par de segundos, si contestar o no, y cómo hacerlo… y tras esos dos escasos segundos le he dicho….-“jefe… mi bici vale demasiado para mancharse con una pared de (piiiiiiii) como esa, por eso, le aseguro que tengo todo el cuidado del mundo”-.
Valga esto como ejemplo, de que las cosas que no han de cambiar, no cambian. De que lo cotidiano se reduce precisamente a eso, a la monotonía del día a día, al lento goteo, siempre lo mismo.
Y después de esto, no me vas a creer cuando te diga, que todavía hay quien se extraña de mis aficiones, de mis carreras que ya no son carreras, sino ventanas, que abro para que me dé el aire y para que ese goteo lento cese, al menos por unos días.
Que el vecino se meta de vez en cuando conmigo y mi bici de triatlón, mi bici de ironman, igual es una buena forma, de darme cuenta de la diferencia, entre mi suerte y la suya.
Ya sabes que soy muy dado a prestar atención a la forma de expresarse que algunos tienen, utilizando frases hechas, a veces citas y otras en plan motivacional. Pero no me gusta leerlas sin más. Prefiero mascarlas, darles mil vueltas y grabarme bien el sentido último de lo que tengan, si acaso lo tienen; sólo así, consigo que sean parte de mi camino y de mi forma de hacerlo.
Hace unos días fue..
Si quieres lograr
lo que aún no has alcanzado,
necesitas hacer
lo que aún no has intentado.
¿Ves?, es simple y tajante... tajante y verdadero, como a mí me gusta.
Bueno, siento mucho lo reducido del texto, ya sabes que no me gusta hablar demasiado…
5 comentarios:
Menuda toruga estas hecho.....ya esta en sacristia¡¡
Que grande, jejeej me apunto tu frase para decirsela al del segundo cuando me ve con la bici jejejee. Animo krak
Que grande eres!
La liebre y la tortuga!! Saludos.
Hola ramon, me ha gustado mucho este texto que has escrito, precisamente de la tortuga, mi animal preferido, la proxima vez que nos veamos te enseñare mi tatto de tortuga maori, seguro que te trae algun recuerdo de Kona tambien.
Un saludo, fue un placer conocerte y una suerte oirte, sigue escribiendo que yo seguire leyendo.
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