10 horas, 44 segundos y una semana después...
Aquello que quería narrar sobre mi última participación en una prueba de distancia ironman, escrito está. Pero nada más terminar, he visto que su lectura es algo que puede encajar en cualquier otro momento y que quizás ahora, prime más una crónica de la que se puedan sacar datos más o menos útiles para otros que están en plena temporada de tifones... digo de ironmanes...
Aquello que quería narrar sobre mi última participación en una prueba de distancia ironman, escrito está. Pero nada más terminar, he visto que su lectura es algo que puede encajar en cualquier otro momento y que quizás ahora, prime más una crónica de la que se puedan sacar datos más o menos útiles para otros que están en plena temporada de tifones... digo de ironmanes...
MARCANDO EL CAMINO HACIA EL IRONMAN DE NIZA.
Tras un año sin ironman (2012) y cambiando este por el reto
Correveidile, me inscribí en Franckfurt
apenas unos dias antes de saber que en casa "estábamos embarazados" y
la verdad... a un ironman, una ciudad que no conozcamos y a la que no podamos
ir y descubrir juntos, sencillamente no me apetece ir.
Pude cambiar la inscripción para Niza, prueba a la cual ya
fuimos en 2011 y a la que podría acudir con otros triatletas. Siempre con la
duda de no saber si con una niña de menos de tres meses me apetecería alejarme
de casa (no me apeteció en absoluto), pero con la tranquilidad de que si no era
capaz de superar las contadas semanas de entrenamiento, no iría, sin más.
LOS COMIENZOS NO SUELEN SER FÁCILES.
La primera de las diez semanas, partiendo de tres previas de
abril, sin absolutamente nada de entrenamiento y un mes de marzo sin apenas
nada, se saldó con 0 metros nadando, 67 de ciclismo y 30 de carrera totales. La
cosa empezaba bien...
El primer día de carrera no por esperado dejó de ser
nefasto, apenas unos trotes leves de 3' mezclados entre muchos otros de
caminata... este cuerpo no daba para más.
La pérdida más importante que noté, fue la de la fuerza.
Conforme uno cumple años, la pérdida de esta es paulatina y el mantenimiento ha
de ser parte ineludible del entrenamiento.
Trabajar la fuerza general se convirtió en algo prioritario
y no pensar demasiado en el tiempo que me quedaba para no caer en el
nerviosismo, las prisas y por supuesto, los errores que se derivan de ello.
Una vez cogí el tono suficiente para entrenar con
normalidad, descarté casi por completo hacer trabajos de alta calidad para
restarle segundos a algún parcial y me esforcé en trabajar los ritmos crucero,
ritmos de competición ironman mantenidos, para lo cual debía seguir trabajando
la fuerza, esta vez específica y manteniendo alguna sesión de gimnasio. Palas
en natación... toboganes, puertos, desarrollos duros en bici ... ramblas,
caminos, arena, toboganes, cuestas en la carrera.
En definitiva, me plantee no pretender mejorar nada sino
asegurar bien lo que tenía.
VALORACIÓN FINAL DEL ENTRENAMIENTO.
El entrenamiento ha sido escaso, y la muestra más evidente
es que dias después de la disputa del ironman, me encuentro no solo bien, sino
con síntomas de supercompensación, o lo que es igual, en plena subida de forma.
Aún así, lo considero casi perfecto para el tiempo y
pretensiones que tenía antes de acudir a la cita. Apenas tuve que parar más que
cuando realmente el cuerpo me lo pedía.
VIAJE A NIZA. Amistad a raudales.
A Niza, finalmente fuimos Juan Bastida, deportista al que llevo,
entre otros, la preparación desde
finales de 2011, fecha en la cual empezamos a marcar el camino para intentar
lograr el objetivo que en estos momentos más le motiva, participar en Hawaii.
Niza era la primera intentona seria de conseguirlo y apenas un suspiro ha
evitado que así sea. En 2012 ya hicimos un "acercamiento" a las
pretensiones, en Franckfurt, bajando de las 9h30' y palpando ya, que la
posibilidad es real. Difícil, esquiva, pero real.
Al paso por Gerona, recogíamos al que considero mi hermano
desde el año pasado, mi hermano de espíritu, Emilio Molina. Un año después de
atravesar el país en bicicleta junto a él, volvíamos a vernos.
Se nos unió para formar caravana Jose Antonio Marqués
Vilaplana, ("Vila" para los amigos). Deportista, ironman de los pies
a la cabeza. Deporte y sobre todo larga distancia es lo que le sale por cada
poro de la piel al bueno de "Vila".
LA PRUEBA
Sobre la prueba en cuestión, no sé, me aburre pensar en
narrar cada kilómetro o cada pormenor cuando hace unos días lo primero que
comenté y la única cosa que ocupaba mi cabeza era la muerte de un competidor,
un compañero de fatigas, alguien que disfrutaba haciendo lo mismo que yo y que
como yo, se presentó esa mañana en la salida.
Creo que me centraré en lo que ví, más que en lo que sentí.
Hace dos años, escupí más de una maldición sobre este
ironman, y sin embargo, he vuelto.
La memoria de lo malo, es a veces tan corta como el tiempo
que tardas en darte cuenta de que has vuelto a tropezar en la misma piedra.
Aquello de cuanto me quejé, no solo no ha cambiado, sino que
ha empeorado.
La masificación ha llegado a tal extremo que culpar a los
triatletas de ir a rueda o a los jueces de no sacar más tarjetas, es o son más
ganas de perder el tiempo que otra cosa. Aunque ovejas negras hay en ambos
casos, la mayoría de las veces ni uno ni otro tenían posibilidades de hacer
correctamente su labor, sencillamente no había espacio.
Los únicos culpables de meter tres mil donde apenas caben
mil son los organizadores y sus ansias de reventar las arcas.
Los mismos que no ponen aseos durante la maratón (hace dos
años había 4 en el mismo lugar... 4 para dos mil y pico corredores) este año no
he visto ninguno, aparte de los que había dentro de boxes.
Así, el paso junto al aeropuerto de Niza durante la carrera,
no solo se hace en fatiga, sino incluso en apnea... eso, o te mareas del hedor
de lo que ya se entiende...
Tratado el tema del chico inglés que se dejó la vida en un
lugar por el que yo mismo pasé, ese mismo día, no seguiré por ahí. Lo que está
claro es que si te enteras es por el boca a boca o por otros medios, y no
por la propia organización. Se entiende
que la mala publicidad en cuanto a seguridad que tiene anunciar la muerte de un participante en el tramo
ciclista, no es plato que guste a nadie. Por eso, a día de hoy, no es que no
sepamos su nombre, porque eso igual está sujeto a derechos de intimidad, pero y
la causa de la caida? se supone que lo que hacemos son 180 kilómetros de contrareloj,
o lo que es lo mismo, lucha en solitario..
ahí lo dejo.
Jose Antonio "Vila" y Juan Bastida, 5:00 a.m, de camino a la salida.
NATACIÓN
El mismo sábado por la tarde no quisimos dejar pasar la
oportunidad de "probar el agua", para notar temperatura, flotabilidad
y sobre todo para dejar una buena dosis de tensión en el agua de cara al día
siguiente.
La natacíón se hace incómoda tirando a incomodísima, por
supuesto por la masificación. La temperatura del agua es buena y suele estar en
calma (este año no).
6:00 a.m. 30' antes de comenzar el que sería mi 15º ironman.
La salida a la australiana y la salida final de este sector
te deja la planta de los pies doloridos durante un buen tiempo, ya que la playa
no tiene arena sino cantos rodados. Se hace muy muy difícil caminar siquiera
sobre ellos.
Durante los días posteriores me ha ido llegando información
sobre la distancia que recorrimos. Son demasiados ya los que me comentan que
con ayuda de gps, les marcó una distancia de 4100 a 4200 mts. Si es así, lo
único que cambia es el tiempo total de todos y cada uno, pero no la posición,
aunque a los malos nadadores como yo, cuanto más tiempo nadamos, más pérdida
por fatiga acumulamos. Aun así, pude mejorar en un par de minutos el tiempo de
2011, saliendo en 1h08'.
EL CACHONDEO DE LOS BOXES.
Mi mejor paso por boxes fue el sábado, cuando de todas las personas que me podían marcar el número, me tocó un niña con una sonrisa enorme en la cara. Sentí aquella casualidad como un trago enorme de tranquilidad.
Los boxes y sus correspondientes transiciones no solo son
interminables (recuerdo que son casi tres mil bicicletas), sino que además este
año han sido totalmente injustos en el tema de compensaciones de uso por parte
de los participantes.
Me explico. Junto a la salida de boxes estaba el dorsal 1.
Van Lierde sale del agua, coge su bolsa, se pone el casco y corre hasta la
bici, la coge y dos segundos después se sube en ella. Una vez termina su
sector, en el mismo punto, se baja, dos segundos y la deja en el mismo lugar.
El dorsal 1672, pagó la misma inscripción que todos
y... mira por donde, era yo... resulta
que salgo del agua, cojo la bolsa, me pongo el casco, cojo la bici y corro por
un pasillo estrecho con tropecientos más que llevan sus bicis de la mano
mezclados con otros que aún no la tienen. Un buen rato después, llego al final, salgo de
boxes y subo en la bici. Tras terminar este sector, en el mismo punto bajo,
entro a boxes y vuelvo a correr con la bici en la mano todo lo anterior hasta
mi box. ... Van Lierde hijo mío... me sacaste
casi dos horas al final, pero ten claro que un minutico por lo menos te lo
regalaron los organizadores a mi costa.
SECTOR DE CICLISMO, BELLO Y PELIGROSO A PARTES IGUALES.
16ª inscripción para completar el 15º ironman, la -niña bonita-.
El recorrido ciclista sigue siendo junto al Embrunman,
posiblemente, el más bello de cuantos ironman he hecho, y es también peligroso.
No hay control ni jueces suficientes para tres mil almas bajando a mil. La
media que se consigue hasta el km 110 suele ser desmoralizante, aunque luego,
en los 60 kms sube mucho, pues tienes 40 de tendencia a bajar y 20 llanos al
final.
La maratón, pues para gustos colores. A mí, personalmente no
me gusta. Un recorrido de 5250 mts a cuatro vueltas, o sea, ocho veces esa
distancia. Aburrido.
Este año no ha hecho el calor de 2011, pero aún así, como se
suele decir, se "pegó".
Siendo ciclista como soy, para considerar que sobre la bici
voy bien o no, lejos de mirar tiempos finales, lo que valoro y sobre todo, lo
que me exijo cuando entreno es hacerla con cierta suficiencia, con control
sobre el esfuerzo. Sin incomodidad. Esto no sucedió, aunque el tiempo final lo
mejoré respecto a la vez anterior, con 5h16' para los 175 kms finales.
MARATÓN. A TÍ TE QUERÍA VER...
Tenía ritmo para intentar jugármela y descubrir hasta donde
puedo llegar. El tiempo final, a pesar de ser mi mejor tiempo en
maratón-ironman 3h24' no refleja todo lo que saqué en claro y que desde luego
fue muy positivo.
Primera vuelta en tiempo de para 3h, media maratón en tiempo
de para 3h10'. Tercera vuelta ya cayendo y la cuarta con crisis incluida al
paso de los 32 kms. Todo dentro de lo habitual.
Del material y la alimentación, puedo decir que por fin encontré mi Santo Grial, sin nada que objetar y sumamente satisfecho. Alimentación a base de Triforza y geles de Keep Going, ropa de Zerod, medias de Compressport y zapatillas Skechers GoRun 2, de apenas 200 gr. Más cómodo imposible.
Del material y la alimentación, puedo decir que por fin encontré mi Santo Grial, sin nada que objetar y sumamente satisfecho. Alimentación a base de Triforza y geles de Keep Going, ropa de Zerod, medias de Compressport y zapatillas Skechers GoRun 2, de apenas 200 gr. Más cómodo imposible.
VALORACIÓN FINAL.
En lo deportivo, me vengo con la sensación de estar
contento, pero no satisfecho y tranquilo porque esa insatisfacción es algo que
ya preveía semanas antes. No puedo pedir más y lo que está, bien está.
Traigo también la certeza de que a éste ironman no volveré
más. No creo que lo cambien para bien y tropezar tres veces ya me parecería
demasiado.
En lo personal vengo "engordado", de buenos ratos,
de ilusiones compartidas y de risas. De volver a disfrutar de la compañía de
Emilio, de su tranquilidad, su sensatez y su amor por el deporte, en especial
de la bicicleta, de conocer un poco más a Jose Antonio Marqués Vilaplana,
humilde, sencillo y a la vez grande, enorme. Vila es deporte en estado puro.
Nada más terminar la prueba, con Juan. Contentos, emocionados y por supuesto, ilusionados.
Y cómo no, soñar como si fuese mía, la posibilidad que Juan
Bastida acarició de conseguir su anhelado slot, el mismo que le fue esquivo por
dos puestos. Cada vez más cerca. El camino es correcto. Seguiremos en él. Al
fin y al cabo, la búsqueda y el caminar son los que le dan sentido al logro que
se pretende.
También yo la busqué y terminé más o menos cerca, el 30º de
mi categoría donde éramos 500 y pico.
Me habría gustado conseguir esa plaza, para decirle que no, que allí, al Pacífico no. A ver cada día los atardeceres más increíbles que nadie pueda imaginar, no. A nadar entre tortugas gigantes, y delfines juguetones, no. A sentir la tierra viva bajo tus pies, no.
No, porque yo, si alguna vez vuelvo, allí no viajo solo. Si lo hago mi equipo viene conmigo, y mi equipo ahora somos tres. Mis dos niñas y yo, y sin ellas, sencillamente... sencillamente no.
No, porque yo, si alguna vez vuelvo, allí no viajo solo. Si lo hago mi equipo viene conmigo, y mi equipo ahora somos tres. Mis dos niñas y yo, y sin ellas, sencillamente... sencillamente no.
2 comentarios:
Gran post. Muy de acuerdo en lo que comentas. Menudo negocio que es la franquicia Ironman...
Dani J.
Muy buenas Ramón,
Felicidades una vez más campeón, bonita crónica, "siempre" pasa uno un buen rato en tu blog. Cuidate y hasta la próxima. Muxus para la peke.
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