sábado, 13 de septiembre de 2014

Para ir solo...nada mejor que la buena compañía.

En los deportes solitarios, no hay nada mejor que la compañía...

Y quizás por eso, por estar tantas horas solo, los amigos, los compañeros de fatigas suponen aquello que dije en la entrada anterior: "Cuando la mente afloja, cada palabra de ánimo se la guarda uno en la mano y aprieta el puño con todas sus fuerzas para que no se escape..." 


La mente puede aflojar cuando menos lo esperas. El día de la prueba, el anterior o tres meses antes. Ellos al final, acaban siendo sin saberlo, los que te hacen seguir y superar los malos ratos, los de dudas, los de frustración e incluso aquellos en los que te dan ganas de dejarlo todo, porque no le ves salida ni solución a esa lesión que no te deja, a ese malestar o simplemente al mal trago de la desmotivación.

En mi "año raro", por razones que no vienen ahora a cuento, me aparté casi por obligación del triatlón a finales del año pasado. 
Como no creo en las casualidades, sé que por la razón que sea, Alberto Plazas y Bárbara aparecieron entonces y me animaron a salir un día por Sierra Espuña. No pararon de contarme cosas sobre este deporte y me fue gustando todo. Pero lo que más... compartir con tranquilidad aquella montaña con ellos. Las competiciones no me importaban tanto.


Tras eso, y en menos que canta un gallo, estaba saliendo por los montes de mi zona con los amigos de siempre, metidos en esto del trail desde hacía tiempo, con la gente del club La Sima y me hicieron hueco entre ellos, como si fuese uno más.


 Alberto, con un año de competiciones fuerte, no ha competido en los Alpes, pero estuvo allí y seguro que tomó buena nota de todo. Su presencia acompañando a Bárbara, me vino de rebote como agua de mayo cuando las  cosas para mí iban de mal en peor.


Bárbara, como el buen vino, cada vez da más y mejores pasos en el deporte. Creo sin duda, que ha encontrado el lugar donde se siente cómoda y deja salir todo lo que lleva dentro. La montaña. Como me decía hace años, "fluir" es lo importante y ella lo está consiguiendo. 
Carrera de quitarse el sombrero la suya, en la CCC, quedando entre los 200 primeros absolutos de 1900 participantes y 5ª de su categoría. Simplemente, alucinante.



Simeros. Un montón de buena gente.

Juanjo
En marzo empezó mi particular calvario de preocupación. El corazón parecía estar mal y debía pasar unos meses controlandolo para no cometer errores que me costaran caro. 
Casi nadie supo de aquello, y uno de los pocos fue Juanjo Mateos. 


Su forma de entrenar, su constancia y tranquilidad, ese "reloj suizo" que lleva dentro, eran el mejor rebufo al que podía y puedo acoplarme y sobre todo, por esa forma de entender el deporte y la superación que tiene, con bastante más sosiego del que yo me he gastado durante años. 
Sin prisa Ramón, se llega más lejos y a menudo, antes que con ella. Me decía.
Durante la CCC, reconozco que durante demasiado tiempo no fui fiel a esas palabras.

Juanjo, sin prisa... hizo entre los diez primeros en el Ultra Trail Alharabe de Moratalla, venció en la prueba de 54 kms del Camí de Cavalls en mayo y se metió nada menos que 5º en la prueba de casi 100 kms del Trail de Peñalara en pleno verano.

Solo un día donde el cuerpo no le acompañó y un poco sorprendido también, como yo, con la dureza y grandiosidad del Mont Blanc, impidió que hiciese mejor carrera en la  CCC, y aún así... también entre los 200 primeros.


Y sin embargo, igual que él mismo hace, no valoro tanto esos resultados, como la forma que tiene de sentir el deporte. 
Le debo mucho, y no me refiero solo a la parte deportiva. El lo sabe. 

Juan Miguel Cuenca.
Al Cuenca, le conocí cuando era un crío y en las escuelas de ciclismo, los nervios precarrera le perdían y se ponía enfermo antes de salir y yo, metido ya en categorías superiores, intentaba alguna vez que otra animarle.


Pasaron los años y era yo entonces, el que le buscaba para salir en bici juntos.
  Cuando fue profesional de ciclismo, un profesionalismo del que tuvo que salir por lesión mucho antes de demostrar de todo lo que era capaz, aprovechaba yo mis vacaciones navideñas para salir con él en bicicleta e intentar seguirle, como quien sigue a una moto cuando abría gas... 
Y solía decirme que me no imaginaba como a mi edad, tenía todavía ganas de entrenarme y sufrir haciendo deporte... (por entonces pasaba yo apenas de los 30 años...).
Ahora se lo recuerdo de vez en cuando... cuando subimos algún monte medio axfisiados...



Y por todo esto quizás, los pasos que da, sean buenos consiguiendo resultados o malos con lesiones, como la que le ha tenido toda la primavera preocupado, los siento de forma especial. Sigo viendo al crío aquel al que su padre me decía que le animara para que no se pusiese nervioso.


Nada menos que el 25º en la CCC. Impresionante resultado para quien no le conozca como yo. Para mí, justo premio a la medida de la ilusión de esta segunda oportunidad que el deporte le está dando.



Paco Sola, con el que tengo menos tiempo de amistad, aunque nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, llegó a Mont Blanc con muchas dudas y problemas físicos.


Las ganas, la ilusión de un deporte que como a mí, ademas del triatlón, le apasiona y la compañía en toda la carrera de Juanjo, hicieron que consiguiera terminar una prueba a la que sin duda volverá. El Kupricka de Lorca... dará mucho que hablar.



Una alegría especial también la que nos dió a los murcianos que estábamos a punto de empezar nuestra CCC, cuando supimos que Tere Nimes había vencido en la TDS.


Hablar de esa prueba de 120 kms, del nivel que se ha de tener para terminarla, y en definitiva, hablar de Tere... es algo que sin mayúsculas cuesta explicarlo. Con decir que nos hizo felices, creo que es suficiente.



La prueba "corta", la OCC.

Y por último, la carrera que me tuvo en vilo, aunque no preocupado, fue la de quien, quienes, más me importaban si de dorsales hablamos. Mi hermana Dori y Diego. 
La OCC, la "menor" de todas las del Mont Blanc, sería una de las más duras que se pueden encontrar por el territorio español. Más de 50 kms y los tres dos miles que me tocó hacer a mí al final. Más de 3000 mts de desnivel positivo y todo eso aliñado con la sonrisa que les ví pasar cuando ya llevaban 8  de las 10 horas de prueba.

Si envidio el placer de la participación de alguien en este Ultra du Mont Blanc 2014 de alguien, es de ellos.
A , le dedicaré más adelante otra entrada.

Para otro capítulo dejaré estas últimas personas y su carrera la OCC, y sobre todo,  lo que supera a la prueba, al dorsal, al tiempo, al puesto, a todo lo escrito.


Los días previos y posteriores. Todo resumido en ver las risas y la felicidad de mi sobrina Nerea jugando con su prima Inma. 


Igual el capítulo acabo de zanjarlo con lo que acabo de decir.... y es que, al final siempre sucede que no hace falta decir mucho para lo que importa realmente.

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