domingo, 24 de noviembre de 2013

Lo más hermoso que el deporte puede dar.

Al contrario de lo que suelo hacer, o sea, enlazar entradas del blog a Facebook, en esta ocasión, enlazo fotografías y texto al blog. Yo soy más de blog, la verdad. Pero en este caso, la inmediatez de la red caralibro, primaba sobre otras. Aún así, no quiero que nadie que lo desee, se quede sin ver, leer y quien sabe, si sentir algo.
 
Me dice el caralibro este, que haga un comentario sobre este álbum...
Han pasado unas horas ya y si pienso cualquier instante de esos 12,5 kms se me vuelven a poner los pelos de punta. Creo que soy una persona enormemente afortunada por encontrarme en la vida con personas increíbles. Andrés es una de ellas, su madre María Maria Dolores Chumillas Martinez, es otra. Y tanto Juan Carlos Anonimo Fernandez como Antonio Muñoz también, los compañeros de la que ha sido posiblemente la experiencia deportiva más grande que he tenido nunca. Y no, no exagero. Pensaréis que este o aquel ironman, que si Hawaii, que si esto o lo otro... las cosas que uno hace en la vida, carecen de mérito si no tienen sentido. Gracias Chumi, por dejarme ser parte de un ratito de vuestra vida.
 
Salida de los 12,5 kms Saludables. Hemos salido atrás y para no desmoralizar al personal, hasta le hemos dado un poco de ventaja. La silla Joëlete toma parte en su primera prueba deportiva con Andrés a bordo y su madre Maria Dolores Chumillas Martinez al timón.
 
Sinceramente, creo que hemos sido envidiados por la mayoría de los participantes . No ha sido fácil, sobre todo al principio hasta que le hemos cogido el truco a la silla y a guardar el equilibrio mientras corríamos, pero el cachondeo ha sido completo.
 
Lorca se ha volcado con el paso de los "amarillos". Emociones a flor de piel del primer al último metro.
 
Para cruzar la meta, Andrés ha prescindido de la Joëlete, y si ha cogido las manos ha sido porque quería que entráramos todos juntos (Antonio y Juan Carlos llevaban la silla). A entrado así, por dos cosas: porque el zagalico los tiene bien puestos (viniendo de quien viene no podía ser de otra manera) y porque a este sí que se le puede decir lo de campeón, crack, máquina... lo que queráis y aun así os quedaréis cortos. Hoy he podido comprobar otra vez, que el sabor de las lágrimas al cruzar algunas metas no siempre es por la alegría de haber terminado algo, sino por la de sentir que algo comienza en ese instante.
 
El protagonista de esta entrada no ha de tener un nombre propio, aunque el de Andrés brille por encima de todo lo que yo diga. El protagonista es el afán de seguir, de luchar y de sentir lo que cualquiera de nosotros buscamos sentir haciendo deporte.
Mi presencia no ha de servir para nada más que para hacer ver, que cualquier deportista que tenga la más mínima inquietud por hacer algo más dentro de su deporte, puede. Y puede hacerlo, no ya sin tener que renunciar a su afán competitivo o a su búsqueda de retos, ilusiones o sueños, si no que a eso, le puede sumar la indescriptible fuerza y paz que recibe uno a cambio de arrimar un poco el hombro. Siempre, absolutamente siempre, recibes infinitamente más de lo que entregas.
 
 
 

viernes, 15 de noviembre de 2013

El trail running lo inventé yo.



Por entonces se le llamaba correr por el monte, pero ahora es mucho mejor decir que que hice una horica de run o me fui a la mountain con la bike, lo cual me reportó un training day de lo más motivational

Y repito que así es mejor, porque no solo queda mucho mas chic, cool y modern sino que además amplía, y no poco, ése inglés Botellero que tenemos la mayoría de los españolitos.


Pero volvamos a lo importante.
Sí, a eso de que el trail for the monte lo inventé yo. 
Esto dicho así, obviamente no es del todo cierto, bueno... ni siquiera es un poco cierto, pero a que no me negará nadie que el enunciado de la entrada habrá animado a más de uno a leer el contenido. Disculpen ustedes la "mentirijilla"… pero es que está comprobado que crear algo de interés utilizando medias verdades o incluso mentiras completas, mientras resulte sensacionalista atrae mucho al personal (esto es made in Pedro Piqueras...). 
Es como si la próxima entrada la titulo: "Tener sexo cuatro veces a la semana aumenta el rendimiento en Ironman". seguro que muchos (y digo ..os) dedicados o no a la larga distancia, abrirían sin pensarlo el post  y más de uno lo haría con la parienta al lado, para hacerle saber…

Vaya, i returned to deviate from the topic…o lo que es lo mismo… me volví a desviar del tema…  (seguimos practicando… aunque en realidad, estas son la secuelas que me está dejando la jartá de Dora la Exploradora de los… niños).

Cuando era un pequeñajo, y la escuela era de mañana y tarde, a las cinco de los días largos salía corriendo de clase. 
Llegaba a casa, me comía el bocata de turno, cogía el pequeño rebaño de ovejas que mi padre tenia, le pegaba un grito a Boby, (mi perro) y tiraba para Los coloraos (montes que estaban a unos pocos centenares de metros de casa y que como su nombre indica, eran montes de tierra roja (no solo en Australia la gastan)).

Los montes coloraos no eran muy altos ni estaban lejos (por eso no se me ocurre decir que también inventara el ultra trail… tampoco es cuestión de ser excesivamente pretencioso…).

En las últimas tardes del curso, lo que en otros sitios llaman aún primavera, aquí puede llegar a ser crudo verano. 
Subir al monte, por bajo y cerca que estuviese, no era cosa cualquiera para un ñajo como yo.
Por eso, cuando ya había subido bastante, elegía un buen lugar para pacer y allí que me paraba, me sentaba, me ponía en la boca mi ramita de esparto y veía pasar los pájaros. 

Boby no era un perro grande, ni pastor, ni creo que le gustara mucho aquello del trail obligatorio. Boby era, sencillamente, mi perro pirata. El pelo que le rodeaba un ojo era negro como el del parche de un bucanero. 

Boby el pirata, tardaba menos que yo en sentarse y recostarse una vez elegíamos la zona de pacer ovejas y juraría que también tardaba menos que yo en dormirse.

Y es en esta parte del relato donde aclaro lo de mi supuesta invención del trail running. Ruego presten antención:

A veces, (no diré ni siempre ni a menudo siquiera), alguna pavica me echaba. Pavica es la siesta de los de mi tierra. No es que intentara dormirme, ¡¡¡faltaría más!!!, pero sucedía.

Aquello igual duraba unos pocos minutos o no…., pero las ovejas… yo creo que de repente veían todo el monte para ellas solas y ningún guardian segurity que las controlara, ni perro que avisara…

Comenzaban entonces su aventura en solitario y cuando el menda abría los ojos, levantaba un poco la cabeza y miraba ladera abajo, era fácil ver una… o ninguna.
Normalmente no se perdían, es más, solía suceder que les daba sed o quien sabe si morriña gallega de su cuadra y salían como almas que lleva el diablo monte abajo hasta la parte trasera de mi casa. 
Y era ahí, nada más entender la situación e imaginar la cara de mi padre un rato después, cuando a quien escribe se le abrían los ojos como platos y de un salto me levantaba y ponía los pies en polvorosa corriendo, unas veces de monte en monte y otras directamente hacia casa. 

No recuerdo bien, si me daba tiempo a despertar al pirata de mi perro Boby, pero vamos, que si alguna vez lo hice y me siguió a la carrera, fue por no quedarse solo en los montes coloraos, y no por regalarse su sesión de trail running que algunos días terminaba casi entrada la night.


Soy un tío muy positivo, aunque no lo parezca algunas veces, y oye, si Marco Olmo, il corridore ganó con casi 60 años el Ultra Trail del Mont Blanc… qué no haré yo que solo tengo 43 y oficiosamente inventé este deporte…
Solo necesito, para que me precedan, inscribir conmigo a ocho o diez ovejas que estén en buena forma.

Dices tú la mili… y el trail running.

martes, 5 de noviembre de 2013

TODO SUMA. TODOS SUMAMOS.

¿Se puede hacer algo más que deporte?

Resulta curioso comprobar que en los últimos años, cada vez que las cosas parecen complicarse más de la cuenta, a cualquier nivel, emocional, social o deportivo y uno ve como se acercan esos nubarrones negros de los que a veces hablo, surge entonces algo y casi de un plumazo lo cambia todo. No es que los nubarrones desaparezcan, pero si la forma de verlos y de afrontarlos.


Dentro de lo que llamamos "temporada" en el deporte, desde hace varios años ya, me veo en la necesidad, más que responsabilidad, de enfocar mi gusto por el deporte y la competición hacia algo que entiendo como inseparable y parte de mí, la DISCAPACIDAD. 

Todos los valores que he descubierto, palpado y conocido de primera mano desde que me acerco un poco más a personas y asociaciones vinculadas con este tema, son idénticos a los que veo en el deporte. Son la sangre que nos mueve y el impulso que nos empuja. Determinación, superación, fe, empeño... es todo igual tanto en el deporte y la competición como en la Discapacidad.

Por eso, cada año surge (y digo surge porque en realidad no lo busco) la posibilidad de hacer algo más concreto, más directo y quiero pensar que más útil.
Adica en Hawai y Correveidile han sido quizás las cosas que más resaltan, pero espero que sean más que eso, espero que sean una punta de lanza para lo que venga en el futuro y sobre todo mientras yo esté con ganas de ponerme cuatro imperdibles y un dorsal. 

Casi como agua fresca para el sediento, me llega ahora la oportunidad de aportar un mínimo, un diminuto grano de arena que se sume a muchísimos más para que llegue el día que todos entendamos que la Discapacidad es parte de nosotros.


El próximo viernes a las 20:30 h. estaré también en la casa de las ONG's (junto al colegio Ana Caicedo en Lorca) para la presentación de la Joëlette, silla adaptada para personas con discapacidad. 

Al día siguiente, sábado,  a las 10 de la mañana participaré en las I Charlas sobre Deporte y Discapacidad en el Hotel Jardines de Lorca a la cual  he tenido el enorme honor de ser invitado como ponente en calidad de deportista. Espero estar a la altura de la confianza que han depositado en mí (especialmente Chumi) y que mi aportación pueda serles útil. 

Tanto a la presentación del viernes como a la charla del sábado, están invitadas todas aquellas personas que lo deseen y yo desde aquí animo a que os acerquéis. Os aseguro que abrir los ojos un poco más, no es solo útil para quienes más problemas tienen para moverse por este mundo, sino para nosotros mismos.

Y el domingo, como colofón a un intensísimo fin de semana, participaré en la II Media Maratón de Mojácar Gran Premio Skechers.  
Organizada por el club de atletismo de mi pueblo el C.A Nogalte-Skechers GoRun y patrocinada por uno de mis sponsors: Skechers.

Nada que ver mi presencia este año con la del año pasado, donde a nivel deportivo tuve la suerte de encontrarme con un nivel de forma que, aunque  muy trabajado, no esperaba. Hice mi mejor marca en la distancia, cosa que cuando aún no llegaba a los 30 años me habría parecido imposible y que mira por donde, con 42... 

Este año, ni hay búsqueda de resultados, ni me preocupa en absoluto tal cosa. 
El objetivo es y está siendo mucho más reconfortante pues solo con participar, en los 21 o en los 7 kms ese día, un euro de mi inscripción irá destinado a colaborar con Sergio Borrego, un niño almeriense que tiene paralisis cerebral y que necesita la ayuda de todos.

Para esto también, se recogerán tapones de plástico en una zona habilitada para ello. Desde hace una semana y media estoy recogiendo todos los que puedo, propios y pidiéndoselos a familiares, amigos y numerosos locales y centros de mi pueblo. La respuesta está siendo muy buena.

Hasta el próximo viernes estaré disponible para que todo aquel que quiera entregarme tapones (que a nadie le preocupe si tiene pocos, todos son utiles, todo suma) y no puede acudir a Mojacar a donarlos. Mi coche está disponible para llevarlos y desde luego, no me importaría tener que alquilar un buen camión :-).

Vamos a ello. Vamos entre todos a hacer algo que en realidad, apenas nos cuesta nada. 
Participar, abrir los ojos, tratar de entender... no son cosas que tengan como fin tocarnos la conciencia, sino hacernos ver la fortuna de estar vivos y las enormes posibilidades de hacer mucho por otros.