viernes, 22 de octubre de 2010

Línea de meta.

Aquí es donde todo acaba y todo comienza.

miércoles, 20 de octubre de 2010

CRÓNICA DE UN SUEÑO, DE ESOS QUE SE CUMPLEN.

DIA 6. SABADO 9 DE OCTUBRE DE 2010. DIAS DE IRONMAN. HOY TOCA HAWAII.
 Escribo en presente, pero ya es domingo, ayer competí y grabé todo en la mente y más abajo, hoy toca grabarlo en papel.

"Ha llegado el día, ése gran día que tantas veces ha resonado en mi interior y cuyo nombre no se gasta a pesar de usarlo hasta la saciedad. Ha llegado el día de hacer, el Ironman de todos los Ironman.
No voy a dejar de hacer esto como siempre lo soñé, a mi manera, extraña para muchos, posiblemente hasta tonta e inverosímil, pero es la mía, es como yo quiero vivirlo y sentirlo... no llevaré más que un pantalón-culotte para nadar, gafas y gorro; no llevaré casco aerodinámico en la bici; no llevaré pulsómetro; no llevaré cuentakilómetros... no quiero que nada de eso aparte ni un segundo mi atención del momento, porque algo me dice que cada momento aquí será el último y debo vivirlo con toda la "desnudez" física que sea capaz.
Dejaré que la prueba me guíe y me diga donde estoy y por qué estoy aquí.
No me preocupa equivocarme y hacer menos de lo esperado, porque hacer menos de lo esperado será no llegar a meta y eso no va a pasar.
Me he despertado a las 3 y al segundo me he dado cuenta de que esto ya está aquí, de que ya no hay marcha atrás y mucho menos ganas de darla.
Desayuno normal, como siempre, y el estado de nervios es aceptable, ni demasiado ni demasiado poco.
En el móvil de Inma, hay un mensaje de mi tío Jero que dice: Felicidades por tu carrera...¿?... y es que, aparte de no tener muy claro el desfase horario..., mi tío lo que tiene es una fe ciega en mí... Al rato, de camino a la salida, le llamo y le digo que gracias, pero que primero tengo que hacerlo...:-). Te quiero mucho Jero.

Al llegar al Pier, el ambiente es increible. A Inma y a mí nos cuesta encontrar la zona de marcaje. Nos despedimos pensando que no nos veremos más hasta la carrera; me marcan uno a uno los números en los brazos... el 1085 (el dorsal más bonito que me han dado nunca).

Desde ahí, vas caminando hacia boxes como si de un desfile se tratara. Vuelvo a encontrarme a Inma y, ésta vez sí, tras la foto de rigor nos despedimos.
Al segundo, me quedo solo y ésta vez sí que lo noto; dejar a Inma al otro lado de la valla, en ésta ocasión, se me ha hecho más dificil que en otras. Ella es el 50% de mí y de todo lo que hago... a menudo mucho más. El equipo somos dos y, a esa otra mitad, le toca ahora sufrir su particular ironman, a veces tan duro o más que el mío.
Esta experiencia no borrará las penas que compartimos, pero nos hará mucho más fuertes y saldremos adelante, y lo haremos como siempre porque así tiene que ser.

Esta vez no ha sido solo compartir la ilusión de la prueba y del viaje, sino también la del proyecto Adica; de hecho, fue Inma quien propuso la idea de los nombres en la ropa.

La veo ilusionada y parece tranquila, pero esto último no me lo creo demasiado.

Al llegar a la bici, prepararla es cosa de dos minutos, ayer olvidé quitarle el aire a los tubulares, están bien y una cosa menos que hacer. Dejé gomas preparadas para la comida y solo debo poner los bidones.

Antes de alejarme de allí, hago un repaso mental de su situación, la de las bolsas y el recorrido a realizar dentro del Pier, está todo muy amontonado, pero el recorrido es largo y enrevesado de una cosa a otra.

Un punto de motivación, y tranquilidad extra, lo obtengo justo en el momento en el que veo y me acerco a Jordi Reig. Nos deseamos suerte y me aconseja que disfrute, solo eso. El conoce y ama ésta prueba mucho antes que yo y, al menos ahora que la estoy viviendo, soy capaz de entender y de reconocer que, hace años, entendí por ceguera lo que era ilusión. No puedo pretender que la gente entienda mis sueños y mi manera de soñarlos, si no hago yo lo mismo con los demás. "Disfruta, dijo; descuida, lo haré... contesté".

Son las 6:30 de la mañana, oigo el cañonazo de salida de los pros cuando estoy bajando los escalones hasta el agua.

NATACIÓN:
La salida está a unos 100 mts de la playa. Tengo el agua hasta la cintura y dejo pasar todo el tiempo posible antes de nadar, para no congelarme. Ni siquiera llevo top, así que el pecho se me enfriará rápido.
Caliento los brazos y la gente, que sigue entrando en oleadas de decenas, acaba presionando y me empuja más hacia dentro, termino nadando hacia la salida unos 15' antes del cañonazo. Nada más llegar, los dientes empiezan a chascarrear... los míos y los de todos.

Al momento, tengo la sensación de estar metido en medio de la película Titanic, en la escena donde, una vez hundido el barco, solo asoman cabezas asustadas y gente tiritando. Nos amontonamos y es dificil mantenerse a flote, todo son patadas bajo el agua.

Cantan en directo el himno estadounidense y, al momento..., el cañonazo de salida.

Comienza mi ironman. Comienza el sueño.
Se acabó tiritar de frío, ahora toca sudar de verdad. La salida es un completo desastre, la línea no la delimita una cinta, sino montones de voluntarios sobre tablas de surf, contra los que chocas sí o sí... ya hay montonera y llevo media brazada.

No me da tiempo a poner el crono en marcha, pero, da igual, salgo todo lo rápido que mis brazos pueden.

El agua está, como toda la semana, con mar de fondo, se mueve y no paras de subir y bajar. Las boyas solo se ven cuando subes.
La natación es simple, casi 2 kms hasta un barco y una boya, dos ángulos de 90 grados y la vuelta idéntica.

Cuando llegamos al catamarán, miro el reloj y son las 7:33', esto me anima, pues sabiendo que la vuelta será más lenta, solo haré entre 3' y 5' más que con el neopreno.

Pero entonces, empieza la fiesta. El gemelo izquierdo intenta subirse una y otra vez... ya me ha despertado alguna noche últimamente y, a pesar de estirar cada día e hidratarme todo lo posible, parece que no quiere. Supongo que esto ya es cuestión de fatiga acumulada durante el año.
Tengo que ir apartándome y parando cada pocos metros para estirar y relajarlo... no quiero que se contracture porque, entonces, arrastraré el dolor todo el día. Las primeras veces me pongo nervioso, mucho; pero, luego, consigo sosegarme repitiéndome continuamente donde estoy y a qué he venido. No pasa nada si pierdo tiempo, hoy no es día de concentración únicamente deportiva, hoy es mucho más.

Este "largo" se ha hecho eterno, me siento agotado... el Pier no llegaba nunca. Al salir, la mezcla de griterío de la gente, la megafonía y helicóptero, te hace olvidar pronto lo pasado y seguir hacia delante. No sé el tiempo, pero debe haberse disparado hasta el infinito y más allá...
Salgo rápido del agua, cansado pero no mareado, corro hacia las bolsas y, una vez en la carpa, hago buen uso de los aseos... llevo una atragantada de agua del diez que, sumada a todo el líquido ingerido por la mañana, hace que la vejiga quiera explotar, soluciono el problema, pero solo momentáneamente.

El camino hacia la bici es largo y enrevesado, pero la encuentro sin problemas.
Me subo y es la locura... no sé cuanta gente animando habrá... pero eso, es la locura.

CICLISMO
Ya en las dos primeras pedaladas noto dos cosas: la primera, que el estómago me acabará reventando por culpa del agua salada, y la segunda, que las piernas no van como otras veces... era de esperar...será el cansancio, los nervios o el poco pedaleo de las últimas semanas... ahora da igual la razón, hay que hacerlo y ya está.
Salimos de Kona y ya rodamos por las interminables rectas y toboganes de la Queen K.

Aparte de al acople, me agarro a las dos o tres ideas fijas y básicas para estos 180 kms de Hawaii que no conozco: llevar soltura siempre, no tengo la energía de otras veces y toca abusar de desarrollos fáciles, perder unos minutos por ello, no me parece mala apuesta, lo que quiero es correr bien.
Coger agua siempre en cada avituallamiento, tanto para beber como para darme continuas duchas para que la temperatura corporal no suba.
Y disfrutar, disfrutar lo máximo posible. No empecinarme en mantener un ritmo o un desarrollo fuerte.

Sobre la milla 25, al poco de salir, el estómago no puede más y decido que así no debo seguir, vomito absolutamente todo lo que llevo dentro, pero sin dejar de pedalear. Al momento estoy como nuevo. Ya puedo comer y beber con normalidad. Ya no habrá más problemas estomacales durante el ironman.

Mucho plato pequeño y fina lluvia antes del giro en Hawi. El viento de costado arrecia y mantener la verticalidad es tarea casi imposible.
Hay que soltar el acople y agarrarse fuerte al manillar, bajas toboganes a mil con todo metido y el viento quiere sacarte de la carretera. Tengo claro que, por más que sople, yo no me voy a caer, pero dudo que los que dejan de pedalear o pretenden llevar cadencia, mientras los adelanto, no caigan (al final, fueron muchos) y me arrastren. En esta situación, la cadencia alta o dejar de pedalear son cosas que jamás se deben hacer.
Foto realizada por Inma en la Queen K, dias después.

Otra vez, en las rectas eternas de toboganes inmensos, en los que pedaleas y cuando miras al frente, allá a lo lejos, la carretera se vuelve un espejismo... está ardiendo y las figuras de los que te preceden, se pierden, se doblan y hasta desaparecen en ése fuego.

El calor es fuerte, pero el viento, que ahora viene del mar, refresca un poco la piel.
La vuelta a Kona se hace dura y tediosa. Con urgencia, la mente se pone a trabajar buscando puntos de apoyo para seguir atento, para no bajar el ritmo, para aguantar; y me aparece la gente de mi casa del norte, Juankar dándome consejos de tranquilidad, su hermano Alberto y Gabi diciéndome que disfrute, y el Urbiko ilusionado por un Urbiko que no es vasco.

Si el ambiente en la T1 era la leche... en la T2 ya no tiene nombre... me siento como si fuese yo el primero en aparecer.

No sé qué tiempo llevo ni a cuantos puedo haber adelantado... desde luego, me da a mí, que a menos que otras veces.
Me cogen la bici e intento correr descalzo rápido, pero tengo las plantas de los pies machacadas del pedaleo... espero que una vez calzado esto cambie.
Me cambio y vuelvo a pasar otra vez por el aseo... esto es así, lo que no sudas lo has de mear...

MARATÓN.

Se compone de dos bucles, uno de unos 15 kms que se hace en Alii Drive, ida y vuelta, y otro que se hace por la Queen K, también de ida y vuelta; y entre los dos está Palani, una calle en subida que se hace trotando, pero que te preguntas muchas veces si andando no llegarías antes arriba. Luego también se baja, a unos dos kms de meta. A Macca, ésta bajada, le ha valido su segundo mundial.

Ahora sí que pongo el crono, salgo corriendo y al poco estoy ya en Alii Drive... madre mía... decenas y decenas de personas animando como locos.

Durante la maratón voy controlando el calor y las sensaciones, no quiero volver a caer, en la segunda hora, como en otras ocasiones. Salgo más rápido aún que otras veces, pero voy cómodo.
Tras los primeros 15 kms, miro por una vez el reloj y veo que llevo 1h08', pero sigo sin notar decaimiento, cada vez voy más cómodo…. si me viera ahora Alfonso, si viera lo que ha conseguido después de tantos años…
Por primera vez desde que hago ironman, no siento la necesidad de pararme ni un segundo en ningún avituallamiento, me lo voy echando todo encima, pero no me molesta.

Una vez en la Queen K, vuelvo a mirar el reloj pensando que voy a hacer la maratón de mi vida, me veo pletórico y sin síntomas de caer... y, curiosamente, el tiempo va a peor... la dureza del recorrido y en especial Palani me están dando lo que merezco, ni más, ni menos.

Todavía queda media maratón, cuando Moisés, otro español, me pasa y me pregunta que tal voy, a lo que le respondo que "genial¡¡¡, voy a ser finisher en Hawaii, con dos... eso.."

A mí, poco a poco, se me va erizando el pelo de la piel, y, desde luego, alcanzo a entender que  de frío no es, precisamente.
Empiezo otra vez, como durante muchas fases de la prueba, a pensar y sentir... estoy pisando y corriendo por donde lo hizo el Team Hoyt... (quien me lo iba a decir, cuando mi amigo Jorge Gisbert me mostró aquellas imágenes en su casa... aquel padre y su hijo... aquella prueba de vida...) El día que deje de emocionarme, cuando vuelva a ver algo así, habré dejado de ser persona.
Siento como el sol me abrasa los hombros, los brazos, el cuerpo y pienso que así se sentiría Marc Herremans en su debut, cuando hizo top ten, y, años más tarde..., en silla de ruedas, cuando fue, sin duda, el mejor absoluto, al menos para mí.
Noto la fatiga e imagino la agonía de los Allen, Scott, Fraser, Reid, Hellriegel y tantos otros... veo que es de día e imagino correr por aquí de noche, como muchos cientos lo hacen cada año buscando la gloria, su propia gloria interior... y, curiosamente, por un momento, pienso que pensamientos parecidos, Pablo Cabeza, seguro que los tuvo. Y es que, al igual que él, creo más en el espíritu de las personas y de las cosas, que en las propias personas o cosas.
Foto: Último kilómetro de un sueño... o quizás el primero.

Soy incapaz de describir los últimos kms, no recuerdo sentir ningún dolor ni cansancio, ni tampoco ansias de ir más rápido.
Solo hay un último kilómetro mejor que el de tu primer ironman y es el de tu último ironman... y, el último, está aquí, en Hawaii.

A partir de ahora, ni sé ni me preocupa mucho lo que venga. Me conformaría con mantener la felicidad que me toque, que no es poca cosa.
Podría repetir estos últimos siete años, de pelea, lucha y sufrimientos consentidos frente a un ironman tras otro... quién sabe.

Pero hay algo que sí tengo claro… no voy a sentir ningún vacío tras esto, no voy a preguntarme eso de "y ahora qué?.. cuál es el reto?... cuál es el objetivo?.
Mañana seré el mismo, pero con un día más o menos de vida, y ese día puede ser el primero de cualquier cosa que me proponga, solo tengo que seguir preguntándome: ...y por qué no?

Ahora mismo, estoy cansado, mucho más de lo que nadie imagina; ...pero feliz, porque al menos, ahora ya si puedo asegurar que éste círculo se ha cerrado.

Los sueños solo se alcanzan soñando, solo así se entiende que uno de los recuerdos más intensos y bellos que tengo, sea el de aquella mañana, en la que, mientras corría por última vez antes de partir, la sonrisa se convirtió en leve risa sonora, y ésta pasó a ser una gran carcajada, una risa fuerte, inconsciente e incontrolada que me salía de dentro.


Ramón García.


A mis padres, que ya pueden estar tranquilos... su hijo está sano.




martes, 19 de octubre de 2010

La cuenta atrás: dias 3,2 y 1 antes del gran día.

DIA 4. MIERCOLES. La cuenta atrás empieza. Primer día con bici.
Foto: Excalibur preprarada para la lucha.

Llevo tres días seguidos nadando y volvería a correr un poco, pero ya que tengo la bici por fin, lo que toca es montarla e irme a entrenar y probarla. Esta semana y casi toda la pasada no he pedaleado, así que sé que va a ser complicado ir cómodo.
Entre la natación y la bici, voy a recoger el dorsal... qué cosa más sencilla no?... recoger el dorsal...; para recoger el dorsal, primero haces cola, como siempre y para todo; llegas a una mesa, te hablan en inglés americanado (inglés con la boca llena de chicle)... a mí me da igual, porque del otro tampoco sé.
"Ay am ispanis... no inglis..." le digo a todos antes de darles tiempo a nada... pero da igual, ellos te sueltan la retaila a la velocidad y gangoseo normal... si lo entiendes bien, y si no, pues también...

 De esa mesa, te sellan la mano y pasas a otra cola, para entrar a una sala. En la sala te pesan...166 libras pesa el nene con ropa incluida... ¿cuanto es eso?... ni idea. 

Te llevan a una mesa donde te sientas frente a un voluntario que te explica mil y una historias... en inglis claro, y tu vas rellenando y firmando más que cuando sacas un coche nuevo.

Tras esto, ya pasas a otra mesa, donde te dan dorsal, te ponen pulsera y pasas a otro lugar donde te dan la "maravillosa" mochila del ironman de Hawaii (la del duatlón de montaña de Jumilla, le da veinte vueltas a esta), pero bueno, esto es un regalo y como todos, el valor está en el detalle y en lo que significa.
La salida en bici por la Queen K (carretera por donde discurre tanto la bici como los últimos 25 kms de la maratón), ha sido un completo desastre, no solo no voy bien de piernas, y cuando digo no voy bien, me refiero que hasta me cuesta llevar plato grande), sino que encima me duele la cabeza una barbaridad, cuatro días aquí y el jet lag no me suelta ni me deja descansar.
Foto: Urbiko en Hawaii.

En fin, lo bueno es conocerse, y saber que mañana, inevitablemente, iré mejor, seguro. La pena es que ya solo quedarán dos días para la prueba y no habrá tiempo de mucho.
El día termina bien, viendo la puesta de sol, algo que la gente aquí, valora y respeta como si mañana ya no hubiese otra. No me extraña, a mí me sucedería lo mismo.
Foto: esto no es una postal, es la mejor forma de terminar cualquier día.

DIA 5. JUEVES. Día de ponerse a punto, o es hoy, o nunca.
TriatlonChannel está presente en Hawaii cubriendo la prueba y la evolución de los españoles. Hoy, por lo visto ha tocado entrevista a los presentes en el Pier.
Me habría gustado estar presente, y lo digo sin tapujos, tanto por lo de la entrevista (me habría encantado dar a conocer más aún a Adica), como por relacionarme más con los demás, pero la historia de la bici, hace que vaya toda la semana a "contrapelo"... quién sabe, igual hasta esto es así porque así tiene que ser...
Aparte de un par de salidas que he hecho con Roberto (de Burgos) y con Jose (de Las Palmas, éste ironman se hará en soledad, y en realidad, así lo prefiero, mis pensamientos, mis cosas, el Ironman de Hawaii y yo.
Me voy a entrenar con la bici, dos horas y media de bici a 48 horas del ironman, y pueden parecerle a alguien muchos kms, y más si son con viento y éste calor y humedad, pero es esto o plantearme un ironman a plato pequeño...
Foto: en la Queen K... mi bici, el viento... y el móvil...

Hoy ya voy mucho mejor. Voy solo, y a mi ritmo. Me voy empapando del terreno, rectas y toboganes, lava a los lados y montones de nombre escritos con piedras de coral (un día de estos dejaré el mío también... pero solo si termino la prueba).

DIA 6. VIERNES. Día previo al gran día. Preparar todo y dejar bici en boxes.
Foto: Un dia cualquiera en el Pier durante la semana pre-ironman.

Hoy hemos nadado en el Pier Inma y yo, a ella le ha hecho ilusión, pero mucho menos que a mí verla tirarse al agua y nadando entre tanto triatleta, ya cuesta moverse pues nadamos en las dos direcciones.
El agua estaba hoy más movida de otros días, pero yo me veo mejor que otras veces. Ir a una boya que está supuestamente a 1 km, y venir, me ha supuesto hoy 3' menos que otros días.
Foto: Con Jose y Roberto, tras dejar las bicis en boxes. No estoy tan fino como ellos... pero mi ropa es mucho más chula...:-)

Al salir del agua, he vuelto a rodar a pie hasta el hotel, otros 25', se me ha pegado Michelle Jones, ganadora aquí en el 2006 (no me ha aguantado ni dos kms... y eso que no me he puesto a hablar con ella, que si no...), y al poco nos ha pasado en bici como un obús Norman Stadler entre otros muchos.

La bici la probaré por última vez, cuando vaya a dejarla en boxes, serán otros 6 kms suaves. Llevaré bici y bolsas, esas donde metes todo lo necesario para cada deporte, y es curioso, pero al prepararlas era como si no lo hubiese hecho antes.
Mañana no escribiré, es día de ironman. Levantarme a las 3 a.m, por una vez no se me antoja duro, es lo que hago aquí cada día. La cabeza me sigue doliendo, el jet lag la tiene tomada conmigo...
¿Cómo veo las cosas para mañana?... pues con cierta intranquilidad y con mucha ilusión.
La natación será dura, seguro. Es la primera vez que voy a nadar sin neopreno y el esfuerzo no será poco. El mar se mueve mucho para lo que estoy acostumbrado y orientarse con tanta movida no será fácil. Habrá batalla desde salida, y no esperaría menos tratándose del mundial.
Lo más extraño, es que lo que más pienso ahora, es en qué pensaré cuando esté ahí... seguro que no tendré que pellizcarme para ver si es cierto o no, los palos, agarrones y arañazos me despertarán... pero tengo ganas, muchas.

El tema este año pinta chungo antes de salir, los pros salen 30' antes, y durante ese tiempo tienes que coger posición en el agua, por lo que toca mantenerse a flote inmovil mucho tiempo y el peligro de pasar frío es alto, ya que todo esto sucederá antes de las 7 de la mañana.
Siguen comentando la dureza de los jueces en el sector ciclista, solo debe haber una línea recta de corredores y 20'' hábiles para adelantar, por lo que ellos entienden que esto solo da tiempo a pasar a dos máximo y quitarse. Creo que son dos tarjetas rojas y descalificación.

Me preocupa este tema, pues sé que aquí, más que en ningún otro, saldré del agua con muuuucha gente delante y al que pase, posiblemente no me lleve poco tiempo hacerlo... en fin, a esperar y a lidiar.

La maratón... parece mentira, pero la espero con ganas, será que lo otro no me da tanta seguridad y a pie me veo cada vez mejor (ya me arrepentiré, ya).
Y la meta... qué decir de la meta... que quiero entrar feliz y cogido de la mano de todos los que no están aquí ahora. Vamos a por ello. Lo voy a hacer y lo voy a hacer bien.
Foto: Mañana toca empujar todos a la vez.

Antes de llegar al hotel, Inma y yo hemos parado junto a las rocas y el mar. Hay tortugas marinas "pastando" en el agua. Otro atardecer más, y ya van tres... esto se acabará convirtiendo en una costumbre y en uno de los mejores recuerdos que me llevaré, seguro.

lunes, 18 de octubre de 2010

Unos días por Hawaii.

DIA 1. DOMINGO. VIAJE A KONA.
Llegamos a Kona tras casi 24 horas de viaje desde Madrid. Tres vuelos interminables, que nos hacen tocar tierra británica y poner pies en Los Angeles, experiencia que vivo con cierta amargura, pues ya aquí, me encuentro que la maleta de la bici no viene con nosotros.

Foto: Paco... el más contento de todos al llegar. Mono y en una isla selvática... qué más se puede pedir..

Al salir del avión, lo primero que notas es que esto va a ser duro desde ya, es de noche, pero hace calor y el aire es húmedo y pesado. Tocas suelo y lo primero que piensas es una gran tontería, pero hasta comprensible.... "ostias¡¡¡, estoy en Hawaii¡¡¡¡"...

La gente de Ocean and Sports, nos espera para desde ahora, hacernos la vida lo más agradable y fácil posible hasta nuestra vuelta (doy fe de que lo han conseguido, y aunque ya lo saben, Inma y yo les estamos agradecidos, no solo por el trato profesional sino por el humano, gracias).

Tras la reclamación por lo de la bici, nos dicen que la tienen localizada... se ha quedado en Londres¡¡¡. Ah¡ ... pues allí está bien...pienso, y me dicen que no me preocupe, que mañana lunes llega. Se lo comento a Marcel Zamora que venía en el mismo vuelo y me comenta que a él ya le ha pasado alguna vez, pero que no me preocupe, que siempre llega (sí, pero cuando?).

DIA 2. LUNES. Primer dia en la isla.

Foto: Vista desde la terraza del apartamento.

El grupo de españoles que están con Oceans, van a hacer la ruta Hawi-Kona, o sea, el recorrido de vuelta de la bici, 90 kms; para reconocerlo unos y para repetir otros.


Me pierdo el entreno pues no tengo a mi "niña", luego me dicen que hoy llegó a Honolulu...¿?¿? (y qué leches hace mi bici en Honolulu?, bueno, al menos ya está en el archipiélago no?)

Inma y yo nos vamos al Pier, el lugar donde se nada, estarán los boxes y todo el montaje de meta.

Nuestro hotel está en Alii Drive, a unos 6 kms del Pier. Alii Drive es una carretera costera con mucha vegetación, casas, hoteles y... toboganes, que sale justo desde el Pier y tiene unos 8 kms. Por ahí, desde antes de amanecer y llegada ya la noche, a cualquier hora, entrenan cientos de triatletas corriendo y montando en bici, por los arcenes. Hay tráfico abierto, pero las velocidades para los conductores están limitadas entre 15 y 25 millas por hora, y lo más impactante es que a diferencia que aquí...las respetan¡¡¡.

Durante la semana previa, la organización pone un par de avituallamientos líquidos repartidos por Alii Drive, con la marca y sabores que te pondrán en el ironman.

Este primer día, nado en esas aguas cristalinas, donde nada más tirarte vas sobre corales y peces de colores. Antes de las 7 a.m, ya hay montones de triatletas nadando en el mismo lugar. El agua está a la temperatura perfecta y una vez sales del Pier hacia mar más abierto, suele moverse bastante.

Incluyendo el día del Ironman, he nadado cuatro veces antes y una después del mismo allí, y puedo decir sin dudar, que es lo que más echaré de menos de allí. Curiosamente, donde peor me fue y donde normalmente menos a gusto me siento... o sea, que el embrujo empieza a hacer de las suyas...

Me voy corriendo casi con lo mismo que he nadado por Alii Drive, pero aún no conozco el lugar y la media hora prevista se convierte en una hora completa... buscando el hotel. Sudada importante desde el minuto 1.

DIA 3. MARTES. Entrenamiento y algo de turismo.

Foto: .... muertos de frío....con Roberto, de Burgos, un tio cojonudo y gran deportista.

Sigo sin bici. Hoy me he despertado a las 3:00 a.m, y pienso que es por el nerviosismo de no tener aún la bici... pero después de dos semanas allí, sé que no era solo eso. En Hawaii, el sol sale sobre las 6-6:30 a.m y se pone a las 6:00 p.m en punto, tras eso, no hay nada que hacer. Cenas a las 7 u 8 y los párpados te caen como telones de acero. Despertarte a las 4:00 a.m no es malo, si piensas que ya llevas 8 o 9 horas durmiendo, mucho más que cualquier día normal mío aquí.

Foto: ¿cómo ostias se pone uno estoooo?

Los de Oceans, nos llevan a la costa este de la Big Island, a ver volcanes en activo, tirando lava al mar. Una vez allí, el clima ha cambiado totalmente, hace viento, llueve y hasta pasas frío. No nos dejan bajar a la costa, porque por culpa de la lluvia, el humo que sale del cráter y de la lava enfriándose, no suben, y dada la toxicidad de los mismos, acercarse es muy peligroso. Seguimos ruta por varios parajes increibles, todo es hermoso y muy cambiante.

Foto: Inma en las cataratas de Akaka

Al volver por la noche, me dicen que la bici está en el aeropuerto, y me voy con ellos a recogerla.... por fin¡¡¡

Foto: Por fin mi "niña" conmigo.

En algún punto de Estados Unidos, me la han abierto, me han registrado, movido todo, dejado mal todo y aparte de rayarse la pintura y de romperme un bidón de herramientas, el resto está bien. Por lo visto, encima tengo que estarles agradecidos, porque según reza un papelito que me dejaron en el interior, la cosa podía haber sido aún peor y ellos... lo habrían sentido mucho... Pues nada, muchas gracias autoridades estatales y muchas gracias también a American Airlines por tener a mi bici tres dias haciendo turismo por ahí.

Al menos, mañana tendré un punto menos de intranquilidad, y espero que deje sitio a uno más de fuerza.