martes, 28 de julio de 2009

LAS DOS MANITAS.


Challenge Roth 2009. Toma 10.

En 2004, cuando terminé mi primer ironman, en Lanzarote, pensé que ya todo lo que tenía que hacer estaba hecho, pensé que el objetivo estaba cumplido, que había vivido lo más grande que un deportista enamorado de la larga distancia, de la soledad del deporte, de los entrenamientos y los cambios que producen en tu cuerpo… de todo eso, pensé que ya estaba, que ya lo había cumplido.

Ahora, seis años después, cumplo mi 10ª entrada a meta con sus diez maratones, diez cronos de 180, diez nadadas de casi 4 kms… y sólo recuerdo la sensación de haber terminado aquel ironman de 2004, en Lanzarote. Aquella fue la que se me quedó grabada para siempre, aquella ya no se repetirá por muchos ironmans que haga.
Desde entonces, me cuesta hacerme a la idea de que tengo que buscar otras metas dentro de la misma aventura y que la aventura, según donde la vivas puede no parecerse mucho, a la que me dejó marcado, salvo en las distancias.

9h44’46’’.
Esa es la marca final. Los números que tanto interesan últimamente, precisamente lo único que no me interesó en absoluto aquel 22 de mayo de 2004.
Reconozco estar feliz por esos números, es mi mejor marca, con 38 años la progresión sigue… (esto significa que cuando tenga 68 tacos, ganaré de calle todos y cada uno de los ironmans en los que tome parte..y con records mundiales incluidos…faltaría más¡¡)
El 12 de julio mejoré por poco mi parcial ciclista, mejoré mi tiempo en maratón… por poco también, y nadando…bueno, nadando digamos que como siempre… no me ahogué, que no es poco…Ahora, la pregunta tras esas mejoras es: ¿parciales mejorados comparados con qué…o màs bien con dónde?, la única comparación es y está en Roth, si vuelvo.

Conclusiones varias.
Si vuelvo, intentaré salir en la primera salida, si no lo consigo, intentaré no llevar casco aero, intentaré seguir dependiendo de los geles Keep Going, mano de santo, llevaba nueve ironman yéndome por la patilla, hasta éste, se terminaron los problemas.

Los números.
Gracias a ellos saco la motivación extra que necesito para entrenar duro, para hacer ése poquito más que me haga mejorar, bajar tiempos, subir puestos, mantener velocidades, medias…todo números.
Por culpa de ellos ya nunca viviré lo del primero, porque son como nubes que tapan el sol y no te dejan verlo… o lo que es igual, porque lloré de pura emoción al pasar por Timanfaya y por sus rios de lava el primer año, y los cuatro siguientes ya no lloré… falta de emoción quizás?, no, simplemente no tenía tiempo para mirar a mi alrededor, estaba demasiado ocupado mirando el reloj, el cuentakilometros y el pulsómetro…

Lo que me gustó de Roth.
Todos los recorridos, invitan a ir rápido, la natación es limpia gracias a las salidas por tandas, solo hay dos giros, buena para el buen y el mal nadador. El recorrido de bici, no es llano, pero las subidas no son duras y las bajadas son de pedaleo y largas, el viento aprieta lo justo, el domingo solo durante la 2ª vuelta. La carrera a pie prácticamente plana con muchas zonas de sombra, con mucho más piso de tierra dura que de asfalto, en fin, para correr si tus pies quieren.
La organización, de la que siempre tuve dudas antes de ir pues me parecía imposible controlar tanto con efectividad…. y efectivamente, controlan…otra cosa son los jueces en el ciclismo…
El ambiente. Ver para creer. Según fuentes locales, fueron 150.000 almas las que animaron el cotarro…hombre¡¡¡, yo no conté tantas, la verdad, pero si es cierto que jamás había visto tanta gente gritando al mismo tiempo, ni en un concierto de U2… (que te lo crees tú, el fin de semana pasado eramos muuuuuchos más en Dublín¡¡¡¡¡¡)


Pedro María.

Y por último, que me mojara la oreja el chiquitin-debutante-aguileño de los cojo… Pedro María, impresionante la carrera que se marcó el nene y no, desde luego que no me alegro de que entrara delante de mí (ni soy hipócrita ni tonto vamos¡¡¡, soy competidor y no me gusta que entre nadie delante, ya te digo¡¡¡), pero antes de salir, lo de Pedro fue algo que envidié todas las veces que lo ví y compartí unos minutos con él, esos ojos abiertos como platos, esa risa nerviosa, verlo moverse como un crio con zapatos nuevos, eso es la primera vez, eso es la esencia de esto, eso es lo que tienes que intentar a toda costa no perder Pedro, porque la próxima vez será lo único que te sirva…como decía un alemán que hizo top 10 en su primera participación en Hawaii: “ la carrera no me ha servido de nada, no he tenido ningún problema, por lo tanto no he aprendido nada”…aunque, la verdad, puestos a elegir, preferiría salir de todos mis iromans ignorante como un recién nacido..

Lo que no me gustó de Roth.
Según cómo haces el recorrido en bici, la visión de la carrera puede ser muy distinta a la de otros, en mi caso, nadando mal, saliendo tan atrás del agua, me toca ir rebasando a gente desde el principio, por lo que veo muchas bicis, muchos triatletas, y mucho tonto..

Pues eso, que una vez más no me gustaron los no ironman, (por mucho que crean serlo), los no finisher, (por mucho que terminen la prueba), los de siempre y en todos lados, los chuparruedas: tramposos sin remedio, gente que nunca sabrá lo que es esto, gente a la que su conciencia, si la tiene, no le dejará enorgullecerse mínimamente de lo que valen, si es que valen algo.

Vas acoplado según has entrenado la posición durante semanas y semanas en tu bici, que aunque no sea de carbono, la sientes como la mejor del mundo, vas regulando tu esfuerzo lo mejor que sabes aunque no lleves powertap ni ningún otro caro sistema de esos (ojalá pudiera…), intentas no molestar y disfrutar lo que tanto te a costado conseguir, económica, física y moralmente: estar allí, y es entonces cuando comienza a pasarte una fila sin fin de auténticos descojonados (y no de risa, sino literalmente) con todo ese material made in NASA, para ir cogidos al manillar, no al acople, casco aero para acabar con tortícolis de tanto mirar para atrás a ver si viene la moto de los jueces y con culotte última generación alivia-partes-nobles, útil para tratar dicha zona castigada por ir kms y kms tocándose los mismísimos.
Intentas no mirarlos, no pensar, no cabrearte, pero llega el repecho y se acaban las tonterías, vuelven a ser ellos, vuelven a su velocidad verdadera y entonces te echas encima y te toca pasarlos…y por donde?? si no dejan sitio, sin son demasiados…entonces hago lo que no se debe hacer, cometo mi propia infracción, piso el carril contrario y ataco al grupo desde atrás y sin parar para que nadie me coja rueda...con lo bien que yo iba, con lo regular que llevaba mi pulsico, joder¡¡ que ya no entreno ciclismo, entreno ironman …yo ya no quiero eso, quiero depender de mis fuerzas y que los demás hagan lo mismo, quiero ver el espiritu ironman en el corazón de los deportistas, y no (con perdón) en el culo.

Lo que me queda de Roth.
Esta es fácil, como con todos los demás: ganas de volver, hacerlo y volver a sentirme un poquico más joven, como cada vez, como siempre.

lunes, 6 de julio de 2009

LA CATEDRAL DEL IRONMAN. ROTH 2009.

Deseos, que no rezos...
  • Que los hombros no se me carguen demasiado en los 3800 mts...

  • Que los pedales se muevan rápido, pero no más que otras veces, durante los 180 kms...

  • Que el estómago se deje de tonterías y las rodillas y tobillos aguanten los 42 kms finales...
Última entrada antes del bicho, cómo dice un buen amigo, hace días que estoy en capilla, como buen torero, aunque la verdad, ya no pido demasiado, ni siquiera creo que lo mio sean oraciones, mejor les llamaré deseos pero no rezos, que estas cosas de resultados, puestos y demás historias... no son para pedirlas al cielo.

Cada vez son menos los nervios que siento en la semana previa a los ironman, y no creo que sea falta de ilusión, ni mucho menos, es que noto me voy desprendiendo de muchas, como digo yo, necesidades innecesarias.

Suelo apreciar, cada vez más, lo injusto de mi comportamiento, cuando la presión aumenta según llegan los días.

A meses vista, me inscribo con la ilusión de ser finisher, sólo eso, y conforme van pasando los meses el motivo va cambiando, ya no me vale terminar, ahora quiero hacer éste o aquel tiempo, la ilusión es la misma pero la presión tonta que me adjudico yo solito, se convierte en una dura carga.

Esta vez, y a seis días, creo que ya no va a ser así, y es lo que más me alegra, lo que más me tranquiliza, es más, es lo que más me enorgullece, pues parece ser que con sólo 38 primaveras, ya empiezo a madurar…

Sea como sea, el abuelo Cebolleta, intentará en la medida de lo posible, que todo lo que consiga sea digno de una nueva Crónica de Món.
A ver si entre tanta gente, el domingo, me camuflo bien y la mal llamada, mala suerte, no me reconoce entre tanto bullicio.

miércoles, 1 de julio de 2009

Cuando llegue mañana.

Mañana, haré todo lo que hoy no soy capaz, sacaré el valor, la casta esa que se que no tengo, y que obviamente no demuestro, pero mañana sí.

Mañana, no hoy, empezaré a pensar solo en ése día, y olvidaré por completo, que nada más terminar empezará otro, mañana dejaré de pensar como hoy.

Y haré mi pequeña declaración de intenciones, como cada día, y la pondré en práctica, pues es mañana cuando quiero que todo cambie, es cuando quiero empezar de nuevo borrando lo malo, mejorando lo bueno.

Mañana es cualquier día, y cualquier día como ese quiero que llegue pronto, lo espero con ansiedad, la misma que ahora me ahoga, la misma que me hace tambalear por el día y no cerrar los ojos de madrugada, convirtiéndome en una especie de sonámbulo despierto que tras amanecer deja de ser persona.

La consciencia es extraña, cuando más crees haberla dominado, más te domina; cuando ya te crees por encima de casi todo, más abajo te encuentras.

Puede que el día once de julio, cuando me encuentre en Alemania, pensaré sólo en el día siguiente, pensaré como siempre que estar en la salida de otro ironman es la recompensa que buscaba, que todo lo que venga después será como un añadido, puede que lo haga, puede que lo piense.

Intentaré darle la importancia que se merece, y lo haré por todo el camino que he recorrido hasta ahí, ya poco importa cuestionar si esta vez solo han sido cinco semanas de dirección y preparación marcada… porque no preguntarme cuántas semanas tiene una vida, visto así, igual llego pasado de forma…

No me cabe duda de que me sentiré derrotado, si nada más terminar el ironman, cometo el error de decepcionarme por cualquiera de las mil razones posibles para ello.
A dos semanas para ese día, esa es mi única preocupación, porque de verdad que quiero estar allí, quiero volver a vivirlo, quiero meterme en las entrañas de la prueba y tambalearme durante horas entre pensamientos, sensaciones y sentimientos, quiero que no sea como hoy, que a dos semanas me veo tan lejos.

Y puestos a pedir, todo esto que deseo me gustaría que viniese con calma, con serenidad, sin mucho ruido, que no quiero molestar, no quiero darle importancia a tanta cosa que no la tiene.

Hoy, que ya es mañana, tengo clara mi primera declaración de intenciones: Intentaré preocuparme de todo lo que mi mano alcance, y dejaré lo que no consigo tocar, en manos de la fortuna.