martes, 30 de agosto de 2011

Guadalajara espera.




El próximo sábado, si nada lo “remedia”, tomaré parte en el Triatlón de Guadalajara, si no me equivoco, el triatlón más antiguo de España.

Es muy posible que desde que me inicié en esto del triatlón, Guadalajara haya sido la prueba esa a la que te apetecería ir siempre, pero siempre… también, por una u otra razón, nunca terminas de encuadrarla en tus planes o posibilidades.

Mi razón casi desde que estoy metido en esto de la larga distancia, ha tenido dos nombres, Embrunman y Titán, en los cuales estuve de forma consecutiva durante cuatro años y en los que intercalar una prueba como Guadalajara, se me hacía inviable, por cansancio y por todo lo demás.

Este año no está siendo muy prolífico en cuanto a número de pruebas. Apenas llevo los deditos de una mano, aunque dos de ellas hayan sido un Ironman y un ultrafondo de 101 kms, pero siguen siendo muy pocas. Por eso, Guadajara y su "hermano" Titán, son objetivos ineludibles.



Disfrutar sufriendo.

El verano ha sido complicado, en muchos sentidos y con muchas razones para asegurarlo, pero no voy a usar ni una sola para “excusarme”, si acaso hay algo de lo que tuviera que hacerlo…

Al poco de venir de Niza, comencé los entrenamientos, sin rumbo, sin fecha, sin objetivo… bueno sí, objetivo sí que había, el mismo que hoy, mejorar.

He tomado buena nota de muchas cosas durante estos meses, de cómo entrenarme para que esa mejora llegue o por lo menos, de cómo disfrutar de esa búsqueda… aunque la mencionada mejora no llegue jamás.

Elche y su medio ironman, de 2010, fue mi última prueba de ésta distancia, por lo que el tema “referencias”, lo llevo más bien mal. Niza ha sido el único triatlón en 2011, por lo que el tema “sensaciones”, lo más bien peor. Pero bueno, lo cierto es que siempre ha sido así, por lo que el tema “queja”, lo dejo para otro día.

Las dudas.

Cuando entrenas mucho y compites poco, a veces, entras en un círculo de sensaciones un poco inútil, porque te ves bien un día y te motivas, ves que hay progresión, y normalmente es así, siempre y cuando la preparación no sea extremadamente mala o las lesiones aparezcan, y luego hay otros en los que por un día malo, crees que no llegarás a tiempo o que la competición no será mucho más que un día de sufrimiento.

Yo, que siempre digo que me encanta entrenar, si se me permite, haré y diré lo de siempre, porque normalmente es así: me encuentro bien, he entrenado mucho y por ahora, incluso bien...(otra cosa es que sea suficiente) y espero obtener justo lo que merezca, sea lo que sea, ni más, ni menos.

El equipo.

Competiré con mi querida Cervelo P2C, utilizaré Compressport y me alimentaré con Keep Going. También llevaré la ropa Zerod, cómoda y ligera como no he visto otra. Y neopreno, si dejan, el Orca. A ver si a todos estos, incluyendo a mi equipo Urbiko, a Ciclos Carrillo y a Jordi Solé de Compressport, les puedo dedicar al menos, una decente y honrosa participación, que ya hay ganas, ya.

Guadalajara espera y yo espero lo de siempre, disfrutar sufriendo lo que me dejen.

sábado, 27 de agosto de 2011

Pasto del agua, del asfalto y de la tierra.

Escuchando, en silencio, cómo respiro... escucho a veces, todo lo que necesito.

No son tiempos de silencio, ni hay nada que se haya detenido. Sencillamente he dejado de hablar por unos días para ver si así escuchaba mejor otros sonidos mientras me vacío por dentro en cada entrenamiento.

Nada se ha detenido, ni siquiera en los cuatro míseros días de completo descanso que llevo desde hace mes y medio, porque en esos días, es cuando más corro o, al menos, más me imagino corriendo.

Nada me hace más ilusión..
Llevo la misma velocidad que antes, incluso diría que más que antes. Me gusta preparar la batalla aún más que batallar el día previsto. Devorar kilómetros y kilómetros cada día de buena mañana o cerca del ocaso... a veces incluso, con el "Lorenzo" sobre la coronilla de la cabeza.

Hace un año, preparaba "a malas penas" el Ironman de los ironman... Hawaii. No podía ser de otra forma ni entonces ni ahora, porque nada en el mundo me hace más ilusión que lo que más ilusión me haga en cada momento, octubre es objetivo ineludible, y espero que lo siga siendo, al menos, por un lustro más.

Cuatro imperdibles.
Dentro de nada y fuera de todo... así me veo en ocasiones, esperando otro día para que me marquen con un número cualquiera y cuatro imperdibles. Dos ya tienen nombre.

Ya falta poco para que den la salida, apenas una semana y me pondré en marcha, sin prisa pero sin pausa, que Guadalajara ahora y los pinos pinsapos de Grazalema en octubre, esperan.

Solo es apariencia mi calma, mi tranquilidad y mi silencio. En el fondo y más arriba todavía, siempre tengo la sensación de que éste deporte me hace ser pasto del agua, del asfalto y de la tierra, y que en ellos, trozos de mí se van repartiendo y quedan tirados en pequeñas cantidades, y yo, tan iluso como siempre, me consuelo pensando que cuando quiera, volveré atrás para recogerlos... iluso, como siempre.

martes, 9 de agosto de 2011

Si se quiere, se puede.

Solo hay que sonreir...

Foto 1: Con Laure, momentos antes de despedirme... yo con 60 kms a su lado, él con 313 kms en ése momento y sabiendo que aún le quedaban unas horas más... eso no es reseñable, lo increible es su sonrisa...

Ni casualidades, ni azares del destino, ni nada por el estilo. Simplemente consecuencias de actos anteriores.

El pasado 30 de julio, de nuevo me tocó la lotería… precisamente en un mes aciago y de los que uno no querría acordarse durante mucho tiempo, pero tuvo que suceder y sucedió… porque las casualidades no existen.

Foto 2: Nada más incorporarme a la aventura. Flanqueado por los dos hermanos. Laureano a la derecha de la foto, con ropa blanca.

Acompañé durante 60 kms en bici a Laure, en su aventura de RM-400, o lo que es lo mismo, 400 kms en bicicleta non-stop, por la Región de Murcia.www.kilometrosolidario.blogspot.com

Una aventura destinada a dar a conocer a ASTRAPACE, La Asociación para el Tratamiento de la Parálisis Cerebral, con la cual colabora.

Acudí a la cita, cuando pasó por mi comarca, me incorporé a ése pequeño y hermoso grupo de corazones que le acompañaban, con coche de apoyo y sus hermanos que con sus bicis que se relevaban por tramos para no dejarle solo durante tantas y tantas horas de pedaleo.

Foto 3. Tramo Caravaca-Lorca... Laure llevaba 10 horas de pedaleo.

Mi misión, Laure lo sabe bien, ya sabíamos que no era solo ir a su lado, sino no parar de hablar… algo para lo que visto lo visto, estoy especialmente dotado… y perdón por esta falta de modestia. Y con mi charlatanería, hacerle algo más ameno el trayecto o al menos, que durante un tiempo dejara de pensar en las pedaladas y el sufrimiento.

He de decir, que si bien Laureano completó su RM-400, aquí... el Ironman de las Marismas, se quedó a gusto con su particular CL-200 (Comarca de Lorca 200 kms…..).

En su maillot, como yo llevo a Adica, Laure llevaba a Astrapace y la gente de ésta asociación le esperaba en los Alcazares cuando llegó el sábado cayendo la noche.

Pocas veces he visto a alguien con tal determinación, alguien que no se considera deportista porque dice que solo lleva tres años montando en bici… Laure, eres uno de los deportistas más grandes que he conocido nunca, eres deportista de corazón y con el corazón lo haces, con nada más.

 

Creo que, sólo, dando las gracias por tu llamada, me quedaría corto, porque de alguna manera sé que, estas cosas en el futuro, si algo han de traer, son más cosas buenas, y eso son sencillamente consecuencias Laure, ni mucho menos casualidades.

lunes, 1 de agosto de 2011

Hace un año, y me parece un día.

Dedico ésta entrada a Jesús Carrillo Martinez.
Amigo desde hace más de veinte años, con el que busqué hace poco más de un mes el sueño de volver a Hawaii, y de hacerlo en su compañía. Fue en el IM de Niza y aunque yo no estuve ni cerca del objetivo, él quedó a solo tres plazas de conseguirlo.
Siguió peleando, porque él es de los de la vieja escuela, de los de no parar hasta conseguirlo y ayer participó en el IM de Bolton, Inglaterra, donde de nuevo, la suerte le ha sido esquiva, esta vez por una sola plaza.

Dedicado a tí, porque como ya te he dicho alguna vez... si yo fuí...es porque se puede... o porque lo milagros existen... da igual,  porque yo sé que antes o después, tocarás con tus manos aquella tierra. Para la gente de buen corazón y alma limpia, siempre hay recompensa, aunque también es verdad, que a estos, siempre les toca esperar un poco más.

Un año de nada.
Hoy, 1 de agosto, se cumple un año de aquel día en el que conseguí el slot para participar en el Ironman de Hawaii.

Aquel sueño que no fue mío y que, aunque fui yo quien más lo disfrutó, no se debió tanto a cualidades físicas… sean las que sean, y ni siquiera a mi atolondrada cabeza.

El sueño se repartió casi a partes iguales entre las personas que forman el grupo Adica, y los familiares, equipo, amigos, seguidores de éste blog y todo aquel que quiso soñar conmigo.

Esa atolondrada cabeza, dejó de pensar en si misma durante un buen tiempo, y dedicó todos sus esfuerzos en mejorar un cuerpo de casi cuarenta años, para intentar llevarlo lo más cerca posible de su máximo. La causa, tal como hoy, lo merecía.

La dedicación y el mimo con el que preparé aquellos dos últimos meses el ironman alemán, aquel del que desconocía todo, pues era la primera vez que se celebraba, no era un tema ya de superación personal, ni de anhelos deportivos marcados, sino una cuestión de responsabilidad y de honradez conmigo mismo.

Hubo consecuencias de aquella hilera de palizas diarias que a la que me sometí, con gusto, por supuesto. Cogí anemia y aquello que hace años había deseado, aquello de preparar a conciencia nada menos que el Ironman de Hawaii... pues qué podía haber más motivador que eso... pues bien, aquello, tuve que dejarlo para mejor ocasión, tal era mi estado de fatiga.

Pero a la vista está que, absolutamente todo, valió la pena y no cambiaría ni un metro de aquellos entrenamientos por nada.

Puse a prueba mi amor por el deporte, por un deporte que ha querido más de una vez quitarme la vida y que más de una vez me la ha dado, cuando por momentos, mi mal estado ya no tenía remedio.

Puse a prueba mi fe, apartando mis ilusiones personales, mi ego, mi búsqueda de cimas y de pequeños éxitos aplaudidos. Y dediqué por un tiempo mi esfuerzo pensando que mis manos, mis piernas, mi cuerpo, mi alma, no eran mías, sino de ellos.

Quería saber si era capaz de hacer aquello que tanto amaba y no hacerlo por mí… y el resultado fue que sí, que podía, y no solo eso, sino que además podía hacerlo bien, mejor que nunca… y conseguír lo más grande que podía imaginar.

Hace un año, y me parece un día.