La casualidad hizo que ayer, justo en el mismo lugar, me encontrara con un jovenzuelo de Aguilas, y que ese encuentro, de no más de 20 kms, removiera mi entusiasmo y mi cabeza empezara a poner ya rumbo fijo hacia la prueba de Roth.
Es difícil describir como es la cara de quien espera su primer ironman con la ilusión acumulada durante años y años, es algo distinto a lo que yo viví, pero también es, sin duda, motivador y rejuvenecedor. También la casualidad va a hacer posible que esté en el primer ironman de quien me llamaba todos los domingos a medio día, el día después del Ironman de Lanzarote, algo que no olvido amigo Pedro.
Tengo que reconocer, que en tu caso, no siempre las tuve todas conmigo, vamos, que más de una vez…y perdóname, dudé de que esto llegara.
La ilusión por hacerlo bien, es grande, disfrutar, hacer una buena marca, sentirme fuerte…en fin, todo eso que todos sabemos, pero como te dije ayer, la única razón por la que me agradaría llegar antes que tú, es por verte la cara cuando levantes los brazos y por fin tengas el sueño que tanto has buscado.
Durante el último kilómetro de mi primer ironman, dos muchachos que no conocía, se me acercaron y trotaron unos metros junto a mí, gritando y animándome mientras yo, no contenía las lágrimas, me decían: ole tus coj…, disfruta, disfruta éste momento…que es tuyo¡¡¡… pues eso Pedro María, eso.