lunes, 29 de junio de 2009

Triatleta disfrutando.


Cuando hace unos días, aquel camión pasó más cerca aún de lo que ya casi a diario me pasan cuando salgo en la bici, tras el susto y el enfado iniciales, lo primero que me vino a la cabeza fue una vez más, el valor de las cosas, un valor cero si el camión se me acerca veinte centímetros más.

La casualidad hizo que ayer, justo en el mismo lugar, me encontrara con un jovenzuelo de Aguilas, y que ese encuentro, de no más de 20 kms, removiera mi entusiasmo y mi cabeza empezara a poner ya rumbo fijo hacia la prueba de Roth.

Es difícil describir como es la cara de quien espera su primer ironman con la ilusión acumulada durante años y años, es algo distinto a lo que yo viví, pero también es, sin duda, motivador y rejuvenecedor. También la casualidad va a hacer posible que esté en el primer ironman de quien me llamaba todos los domingos a medio día, el día después del Ironman de Lanzarote, algo que no olvido amigo Pedro.

Tengo que reconocer, que en tu caso, no siempre las tuve todas conmigo, vamos, que más de una vez…y perdóname, dudé de que esto llegara.
Somos muy distintos a la hora de plantear cosas como esta, y durante un tiempo, reconozco que pensé que tu sueño era sobre todo eso..un sueño que flotaba por ahí, sin rumbo fijo, ahora me alegro de haberme equivocado y de ver que siempre lo tuviste bien cogido.

La ilusión por hacerlo bien, es grande, disfrutar, hacer una buena marca, sentirme fuerte…en fin, todo eso que todos sabemos, pero como te dije ayer, la única razón por la que me agradaría llegar antes que tú, es por verte la cara cuando levantes los brazos y por fin tengas el sueño que tanto has buscado.

Durante el último kilómetro de mi primer ironman, dos muchachos que no conocía, se me acercaron y trotaron unos metros junto a mí, gritando y animándome mientras yo, no contenía las lágrimas, me decían: ole tus coj…, disfruta, disfruta éste momento…que es tuyo¡¡¡… pues eso Pedro María, eso.

viernes, 19 de junio de 2009

Un tupperware, por favor.


Faltan poco más de tres semanas para estar de nuevo en la salida de lo que yo llamo a veces: el bicho.
El bicho me espera el 12 de julio en Roth, con 226 dientes (kilómetros), con los que devorarme en un solo día bajo el cielo alemán.
Después de tantos ya hechos, si consigo terminar éste, tendré las dos manitas, y después de tantos intentos de explicar motivos e intenciones, al final puede que la única y básica razón sea esa…¿a ver quién devora a quién?.

Metidos en las últimas semanas, siempre es lo mismo, aparece el taper, como le llamamos aquí, nada que ver con el otro taper o tupperware de plástico donde llevamos alimentos…nada que ver? o sí…todo depende de cuanto lo llenes.

El taper o puesta a punto, es la fase donde se supone, uno entrena menos y algo más intenso, y donde las cargas van decreciendo para llegar al día clave en el mejor estado posible, tanto físico como anímico.
Es un error muy común, tratar a estas semanas como las fáciles, pues se suele pensar sólo en el aspecto físico y lógicamente, uno piensa que cada vez va a entrenar menos, y eso, resulta agradable, y más cuanto más dura haya sido la preparación.
He ido recopilando poco a poco, algunos términos dichos por otros, que explican mucho mejor de lo que yo lo haría, que es esto del taper y cual es la mejor manera de llevarlo a cabo. Con el tiempo iré mencionando otros.

Lo más importante lo resumo en dos puntos:
1. el taper es más un arte que una ciencia.
2.el taper depende por completo de la carga de entrenamiento que hayas llevado, por eso, ni se deben hacer siempre igual, ni nadie debería hacer jamás el de otro.

Hay quien empieza la descarga con tres o cuatro semanas de antelación, otros con dos y algunos, solo los últimos días.
Si para hacer un ironman, has entrenado una media de 12 a 15 horas semanales, díme tú, en qué quedará tu entrenamiento, y sobre todo tu forma física, si empiezas el taper tres o cuatro semanas antes, lo más seguro es que llegues tanto de tono muscular como de adaptaciones fisiológicas conseguidas durante meses, más que menguadas, desaparecidas.
O también puede que si solo haces la descarga con una o dos semanas de antelación tras haber entrenado de 25 a 30 horas semanales, no des tiempo a tu cuerpo a asimilar y supercompensar todo ese trabajo.
De una u otra forma, todo se puede ir al traste por no hacer medianamente bien éste periodo, por eso, a veces, nos cuesta entender como nos sale algo tan mal con lo bien que nos sentíamos entrenando, y otras sin embargo, la competición nos dá sensaciones mucho más agradables que todo el entrenamiento realizado.

En mi caso, he ido descubriendo poco a poco, qué me va mejor, y he encontrado que debo llevar un entrenamiento más o menos intenso hasta pocos días antes de la prueba, hacer esto es un riesgo evidente, pero prefiero pasar por ahí, y no por el sufrimiento psicológico que supone, estar tres o cuatro semanas, sintiéndome cada vez más lento y “apaciguado” y sin una mala carrera o entreno duro de verdad, donde liberar toda la ansiedad que ya de por sí se genera esperando al bicho.
Fotos:
Arriba: Taper mal hecho. Ronda.
Abajo: Taper bien hecho. Sueca.

lunes, 15 de junio de 2009

Al César lo que es del César.



Carta gratuita.

" Querido culotte:

Te escribo la presente para agradecerte públicamente todo lo que has hecho por mí durante el último año.
Es muy probable que tú no le des ni la milésima parte de importancia que le doy yo al asunto, lo cual es lógico, primero porque como siempre vas de culo y pegado al sillín…no te das cuenta de nada, y segundo, porque…siento tener que ser yo quien te lo diga…solo eres un trozo de tela ceñida encargada de marcar músculos y/o paquetes, más o menos firmes.

Mi agradecimiento es el fruto de los buenos resultados, sobre todo anímicos que estoy teniendo durante buena parte de ésta temporada mientras pedaleo por esas carreteras de Dios.

¿Y qué tendré yo que ver? ...te estarás preguntando.
Mucho, querido culotte, mucho, te compré el año pasado por estas fechas y te tuve durante meses metido en el cajón, pues tal y como te compré, intenté darte uso, y fue misión imposible desde ése primer momento, pues ni yo entraba ni tú cedías…

Gracias a ti, y a tu empeño de no entrenar conmigo hasta no ser digno de tus dimensiones, tuve que esforzarme durante semanas y meses, hasta que un buen día, nos hicimos amigos y dimos una vuelta, tú cediste un poco…algún hilo se te ha escapado…, y yo mengüé todo lo que pude las chichas de mis jamones y posaderas.

Tu inestimable ayuda me está llevando a sentirme otra vez ciclista, ahora, a mis tritantos, no estoy seco como una pluma ni me siento excesivamente liviano mientras subo puertos, pero ya no me rozan los muslos en la tija del sillín, que no es poco.

Te compré blanco y ya empiezas a ennegrecer, te voy a comprar un compañero de cajón, blanco también, talla M también, pero ni mucho menos tan importante como tú".

No, no estoy delirando ni nada parecido.
Ya no hay día que no abra una página, un blog, un foro, un artículo de revista, donde se empieza a perder el norte de todo éste mundillo que nos rodea.

Watios, ruedas marcianas, bicis de 5 kg, entrenamientos milagrosos, alimentación made in Nasa…..mil millones de historias que acribillan nuestra cabeza y que no nos dejan pensar, mil millones de necesidades vitales que no son tan vitales.

También yo entreno por watios, tengo ruedas de carbono, buena bici, me alimento lo mejor que puedo y entreno de mil y una maneras… pero cuando creo que empiezo a perder el norte pienso que lo primero, lo básico, lo vital, no es nada de eso, es el esfuerzo, trabajo, trabajo y más trabajo, esa es la única verdad, el resto complementa y te hace mejorar o empeorar un poco, pero nada como el trabajo duro.

Para saber la verdad, nada como mi culotte blanco que me estaba pequeño, por eso repito, al César lo que es del César.

jueves, 11 de junio de 2009

Motivos, problemas y soluciones.

El porqué de todo lo que hacemos se explica contando los motivos que cada uno tiene, motivos que utilizamos como excusas para enfrentarnos, a veces, a miedos y fobias interiores que… por otro lado, poco tienen que ver con los retos deportivos.
Foto: LOS MARCHADORES DEL PUERTO.
De izda. a dcha: Maturana, mi hermana Dori, Inma y Juanjo, antes de salir.


Esos miedos, y las dudas, y las angustias personales nos acarrean problemas a cada paso que damos, y con el tiempo, terminan por hacer que nos infravaloremos, que nos queramos un poco menos.

Siempre he pensado que la larga distancia es una locura…de las más bellas que existen, porque si sabes leerte bien el manual de instrucciones, si sabes ofrecerle tu esfuerzo con ilusión y sobre todo con humildad, puede darte algo que nadie podrá explicarte con una crónica en un foro, ni con un youtube que te motive a entrenar, ni con una música que te acelere el corazón mientras ves imágenes a cámara lenta de un finisher en cualquier ironman.

Si sabes leer entre líneas, lo cual es sumamente fácil, pues se trata de dejarte llevar y escuchar a tu corazón, la larga distancia se convierte en el motivo, en una nueva forma de enfrentarte a tus problemas y, en ocasiones, se convierte también en una hoja en blanco, donde puedes partir de cero, donde escribir y desear tus propias soluciones.

Habrá quien piense que esto es una locura, que llegar según a qué extremos, sobrepasa el límite del deporte y lo que significa, y estoy de acuerdo, en todo menos en lo de locura.
Que nadie se engañe pensando que veo bien llegar así, que esto, como dice un buen amigo: no es sufrir haciendo deporte, esto es simplemente padecer…, pero hay que conocer los motivos, y aunque Juanjo los conoce mejor que nadie, algo sé de su decisión de seguir a pesar de todo, de la determinación de que tenía que ser ese día y no otro, de que aquello no podía esperar otro año.


Foto 2. Secuencia de las Juanjoampollas y su tratamiento. Menos mal que no tengo fotos de cuando le aliviaron el dolor en las uñas...


Ese “bonito día” de lujuria deportiva, le proporcionó lo que yo he bautizado ya como las JUANJOAMPOLLAS, además de la pérdida total de tres uñas, las de los dedos pulgares y la de un índice, muchos días sin andar e incluso el uso de silla de ruedas.

El valor de Juanjo no se refleja en terminar los 101 kms de Ronda, ni siquiera en lo que yo más valoro siempre, el camino de esfuerzos que le llevó durante meses hasta la salida de aquel sábado, su lucha no era todo eso, todo eso no era más que la excusa, la batalla la libró durante todo ese tiempo en su interior, contra innumerables monstruos y fantasmas que se empeñan en decirle que él es poco, que él es menos, que junto al resto a él no se le ve, que su cabeza quiere pero no puede.

No creo que se pueda ser un luchador más digno de lo que él fue ese día, pues peleó hasta la extenuación contra el que es a veces nuestro peor enemigo… nosotros mismos, y de esto, amigo Juanjo, te aseguro que sé un rato...

Tú Juanjo, sin saberlo, has dado una lección de espíritu, y deberías saber que por una vez, has sido, al mismo tiempo, maestro y alumno.
Todos tus amigos esperamos que, y supongo, en especial tu mujer, hayas aprendido por fin, cuanto vales y que ya nada tienes que demostrarte.

Te lo dije cuando estabas en la camilla y te lo repito, mi más sincera enhorabuena.

miércoles, 10 de junio de 2009

De vuelta por casita...

...y con mucha lección aprendida.

Pues eso, que estoy vivo...todavía. Que aún queda algo de "chiche" que quemar entrenando, que se está haciendo durillo poner a funcionar la maquinaria otra vez, aunque ya está a punto para ir apretándole y sacar algo positivo de estas tres semanas que quedan de machaque y dos de asimilación.

Que ya sé que tengo esto muy abandonado últimamente y que la casa de uno no se debe descuidar de esta manera... pido perdón a los que hayais tocado el timbre y no os haya abierto, sencillamente...en muchos sentidos, me había ido.

Tengo la siguiente entrada en éste horno a presión que mi madre intentó crear como cabeza, en nada lo muestro.

La excusa para "abandonar" unos días el lugar fue que esperaba unas fotillos de Ronda, de alguien que lo hizo hasta la mismísima extenuación, por un lado física... ya veréis ya... Y por otro psicológica, y esto último intentaré explicarlo aunque dudo que lo consiga.

Como dije hace poco, uno nunca deja de sorprenderse, y a veces, lejos de cualquier sentido "competitivo", uno nunca deja de aprender lo que yo llamo lecciones de espíritu.






Os propongo un juego... os muestro una foto de mitad de la prueba del sujeto en cuestión: Juan José.

Hablamos de unos 50 kms hechos y otros tantos por hacer.

Juanjo, tiene que parar y mirar cómo tiene los pies pues el dolor ya empieza a hacerse "insufrible" (ya entenderéis las comillas luego...).

El juego es: ¿COMO TERMINARON LOS PIES DE JUANJO?

ah¡¡¡ y no me vale: hechos polvo...jodidos...no, no, quiero detalles, cómo imagináis que se hizo la mayoría de esos últimos 50 kms?

Una pista: mientras le curaban, pregunté a sus sanadores, los cuales me dijeron que habían visto ya muchas uñas perdidas y muchas ampollas, pero nada parecido a aquello....

Tenéis...ná, un día para responder.