jueves, 11 de junio de 2009

Motivos, problemas y soluciones.

El porqué de todo lo que hacemos se explica contando los motivos que cada uno tiene, motivos que utilizamos como excusas para enfrentarnos, a veces, a miedos y fobias interiores que… por otro lado, poco tienen que ver con los retos deportivos.
Foto: LOS MARCHADORES DEL PUERTO.
De izda. a dcha: Maturana, mi hermana Dori, Inma y Juanjo, antes de salir.


Esos miedos, y las dudas, y las angustias personales nos acarrean problemas a cada paso que damos, y con el tiempo, terminan por hacer que nos infravaloremos, que nos queramos un poco menos.

Siempre he pensado que la larga distancia es una locura…de las más bellas que existen, porque si sabes leerte bien el manual de instrucciones, si sabes ofrecerle tu esfuerzo con ilusión y sobre todo con humildad, puede darte algo que nadie podrá explicarte con una crónica en un foro, ni con un youtube que te motive a entrenar, ni con una música que te acelere el corazón mientras ves imágenes a cámara lenta de un finisher en cualquier ironman.

Si sabes leer entre líneas, lo cual es sumamente fácil, pues se trata de dejarte llevar y escuchar a tu corazón, la larga distancia se convierte en el motivo, en una nueva forma de enfrentarte a tus problemas y, en ocasiones, se convierte también en una hoja en blanco, donde puedes partir de cero, donde escribir y desear tus propias soluciones.

Habrá quien piense que esto es una locura, que llegar según a qué extremos, sobrepasa el límite del deporte y lo que significa, y estoy de acuerdo, en todo menos en lo de locura.
Que nadie se engañe pensando que veo bien llegar así, que esto, como dice un buen amigo: no es sufrir haciendo deporte, esto es simplemente padecer…, pero hay que conocer los motivos, y aunque Juanjo los conoce mejor que nadie, algo sé de su decisión de seguir a pesar de todo, de la determinación de que tenía que ser ese día y no otro, de que aquello no podía esperar otro año.


Foto 2. Secuencia de las Juanjoampollas y su tratamiento. Menos mal que no tengo fotos de cuando le aliviaron el dolor en las uñas...


Ese “bonito día” de lujuria deportiva, le proporcionó lo que yo he bautizado ya como las JUANJOAMPOLLAS, además de la pérdida total de tres uñas, las de los dedos pulgares y la de un índice, muchos días sin andar e incluso el uso de silla de ruedas.

El valor de Juanjo no se refleja en terminar los 101 kms de Ronda, ni siquiera en lo que yo más valoro siempre, el camino de esfuerzos que le llevó durante meses hasta la salida de aquel sábado, su lucha no era todo eso, todo eso no era más que la excusa, la batalla la libró durante todo ese tiempo en su interior, contra innumerables monstruos y fantasmas que se empeñan en decirle que él es poco, que él es menos, que junto al resto a él no se le ve, que su cabeza quiere pero no puede.

No creo que se pueda ser un luchador más digno de lo que él fue ese día, pues peleó hasta la extenuación contra el que es a veces nuestro peor enemigo… nosotros mismos, y de esto, amigo Juanjo, te aseguro que sé un rato...

Tú Juanjo, sin saberlo, has dado una lección de espíritu, y deberías saber que por una vez, has sido, al mismo tiempo, maestro y alumno.
Todos tus amigos esperamos que, y supongo, en especial tu mujer, hayas aprendido por fin, cuanto vales y que ya nada tienes que demostrarte.

Te lo dije cuando estabas en la camilla y te lo repito, mi más sincera enhorabuena.

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