miércoles, 30 de octubre de 2013

Conversaciones con Paco.

Paco empieza a ponerme mala cara. Dice que hace tiempo que no le propongo aventuras como las de antes.

Yo le digo que no me apriete... que ando ya peinando alguna cana que otra y que donde él quiere volver, la cosa está muy complicada. La gente más joven viene empujando fuerte y en el ascensor no cabemos todos. Es lógico que alguno como yo, vaya quedándose en plantas más bajas. 


Paco me pone cara de no entenderlo y yo... entiendo que la ponga, porque por momentos a mi me pasa lo mismo. Alguna cana más tengo, cierto es, pero no termino de sentirme viejo, lo cual supongo que es algo malo según para qué y muy bueno para muchas más cosas, aunque todas no las sé. 








"¿Y qué hay que hacer para volver allí?"... ("...madre mía, un mono de trapo preguntándome estas cosas...esto tengo que mirármelo..").


Pues mira Paquico, por entonces, así lo hice yo...

 
Lo primero fue IMAGINAR, y de la imaginación surgió eso que llamamos sueño, del sueño nació el deseo y del deseo la certeza de que antes o después lo conseguiría.
En segundo lugar - una vez hablamos mi locura y yo largo y tendido- fue ARROJARME al agua. Y de arrojarme vino el primer paso y detrás de él todos los demás.


En tercer lugar, lo que hice fue convertirme en hormiga, correteando mucho, haciendo poco ruido, tan poco que por momentos me creyeron perdido, y cierto es que perdido estaba, perdido en recoger piedras para fabricar el camino. El trabajo constante me trajo la confianza y de la confianza nació la fuerza.


El cuarto y último paso que te indico, llegó después de conseguir la propuesta... después de descubrir lo que había al otro lado, y al otro lado no había nada nuevo Paco. Yo era el mismo y mi gente también, acuérdate... tampoco tu cambiastes en nada. 
En realidad, el cuarto paso fue salir del agua sin miedo de no volver a tocarla.


"sí, vale, el ladrillo ha estado interesante (me dice bostezando) pero...¿entonces qué?"... pregunta el mono quisquilloso. 
A lo que le respondo: "... pues nada Paco, que habrá que intentarlo otra vez, pero para qué decirte la fecha, si ya la sabes".

Ahora sí que me lo voy a mirar...no tenía ni idea de que los peluches supiesen sonreír.

jueves, 24 de octubre de 2013

Sonríe.



De sobra sé que me entiendes, por poco que me conozcas. No quiero hablar alto ni escribir con mayúsculas, por que no quiero que pienses que creo saberlo todo. Ni todo sé, ni lo deseo… menudo aburrimiento de vida si la curiosidad muriera…
 
No tengo que explicarte que al igual que un mismo aroma lo podemos oler de distinta manera, las cosas que hacemos y como las hacemos, resultan tan válidas y correctas en ti y en mí, por poco que se parezcan.



Lo que vas a ver es la realidad que siento. La verdad sin tapujos.


Ya sabes que el otro día, tomé parte en una prueba deportiva, un triatlón de esos míos, esos largos...

La dureza de una competición me exige que el entrenamiento también lo sea. Me lo exijo yo. Es mi compromiso con la salud y por ende, con todas las personas que me rodean.


He llegado bien al día señalado y las rutinas que he ido modelando durante treinta años hasta el mismo momento de la salida, han sido correctas. Todo señala que va a ser un buen día. Un día de carreras completo, aunque en el fondo espero que no sea perfecto porque entonces... será el último.



Pero ha llegado el momento y mi cuerpo, mucho más listo y racional que yo, ha decidido que este no es el día y que ya decidirá él cuando toca. "Lo que tu digas" le susurro una vez termina la prueba... "ya me das suficiente cada día".



Y es entonces, a partir de ahí, cuando todo termina y miro atrás, repasando las últimas cuatro horas y media de esfuerzo, me aseguro de no haber fallado en los momentos más importantes....

...y para mi regocijo, compruebo que esta vez sí que ha sido un día de carreras completo... he dejado siempre las fuerzas justas pero intactas para sonreir.



Pero no quiero que escuches, quiero que lo veas, de principio a fin.


Mira. 

  A pocos minutos de darse la salida, durante la presentación. 
(Foto: Kia Kaha) 

Segundos antes de darse la salida. 
(Foto: Kia Kaha) 

 Justo a mitad del recorrido ciclista. 
(Foto: Triatloncabodegata) 

  
En el primer kilómetro del último sector, el de la carrera.
(Foto: Inma)

 En el sexto kilómetro de diecinueve totales.
(Foto: Kia Kaha) 

 En el km 17...  
(Foto: Kia Kaha) 

En el km 17... y 20 mts... 
(Foto: Kia Kaha) 

 

 En el km 17 y 21 mts.  
(Foto: Kia Kaha)

Y  tres kms después.  
(Foto: Conchip)


... y es posible que ahora, te sientas ligeramente decepcionado, pensando que no soy tan competidor como digo... y sin embargo... te digo, que lo soy más que nunca.

La felicidad no está en ningún lugar por hermoso que sea. 
Ni en nada que consigas por mucho que te llene. 
La felicidad está en tí y va contigo siempre. 
Buscarla y usarla es sencillo. Sonrie.

lunes, 21 de octubre de 2013

Carreras que son como bombones.


"My mother always said, life was like a box of chocolates...."
...tremenda frase de uno de los mejores filósofos que, literalmente, nunca han existido... la madre de Forrest Gump...de la que él hablaba en el banco del parque: "Mi madre decía, que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar."

Y así fue ayer, como casi todos los días, pero en un domingo de carreras.

En el triatlón de media distancia de Cabo de Gata, al que llegué posiblemente mejor preparado de lo que he estado en mucho tiempo y sin embargo... mira que me gustaría tener alguna excusa o razón (digo tener... que no: poner) para quedarme bien del todo, peeeero... sencillamente no la hay.
 
No ya por alegar un mal resultado, que para nada creo que lo sea, (si se me permite la falta de modestia), el 22º creo que es un buen puesto y las 4h28' también lo son, porque ya uno con estos años sabe perfectamente cuando ha hecho todo lo posible y ese resultado ayer era un 100% de lo posible, quizás más, lo pienso y lo creo, a pesar de que reconozco que estas cosas no me quitan el sueño por buenas o malas que sean o parezcan.

Pero y la diversión?, y el disfrute?, y el "gozo de sufrir"?... donde estaban ayer? quién se los llevó... porque yo... mira que busqué y no los vi...
Esa fue la espinita que me quedó al final, ese regustillo amargo en el paladar.
 

Me tocó un bombón de esos que lleva licor dentro... agggg... mira que me gustan poco...me lo como, pero agggg....pooor favoorr, con lo fácil que es ponerles más chocolate.

Menos mal que ahora, el pre-carrera y el post-carrera no te dejan pensar mucho en la carrera... :-D y el gustillo amargo de que las cosas salgan como normalmente salen, que es: nunca bien del todo, pues eso, que para dulce de verdad tengo yo lo de antes y lo de después.
Foto: Cortesía de Conchip.
 
De mi tropa, comentar la muy buena carrera de Juan Bastida consiguiendo un 12º lugar y mejorando notablemente sus prestaciones en el sector ciclista y en 15ª posición en la prueba de distancia olímpica sin drafting, enorme carrera la de Juan Francisco Rodriguez que poco a poco se va haciendo a su nuevo deporte, saliendo segundo del agua y con un parcial en ciclismo de muchísimo nivel para el tiempo que lleva. Este muchacho dará mucho que hablar.
 
Y por supuesto, la enorme alegría de ver a mi hermana, terminar la temporada de triatlón de este año con un media distancia, sufriendo mucho porque los comienzos, o los nuevos comienzos, nunca fueron fáciles, pero no penando. Desde el año 2008, cuando terminó su Ironman de Lanzarote, no se había vuelto a meter una prueba larga de triatlón o duatlón entre pecho y espalda.
Poco a poco, que dirían las hormiguitas, poco a poco se llega lejos.
 
Por mi parte, como no tuve problema alguno, poco que comentar, fui, hice y me vine, ni puedo llorar ni quejarme si estoy como ahora, sano y contento... que no satisfecho, por supuesto.

Que al día siguiente de una prueba con la dureza de la que hablo, no haya apenas molestias por el esfuerzo, reconozco que es algo a lo que estoy poco acostumbrado y sin embargo, ayer y como siempre, hice todo lo que pude o todo lo que mi cuerpo quiso.
 
Supongo que el bombón envuelto donde estaba la caja de cambios, ayer se derritió antes incluso de que comenzara la prueba y si acaso tengo dos o tres velocidades... ayer no entraba más que una y como decimos por aquí... "y demasiao que aguanté al tran tran...".
 
No si... quien no se consuela, es porque no quiere.
 
Por si acaso, ayer, nada más cruzar meta, me quedé mirando un momento a ninguna parte y pensé durante unos segundos si me seguía gustando el chocolate.
Ya tengo la caja de bombones repleta otra vez.

viernes, 11 de octubre de 2013

HAY UNA NOCHE DE OCTUBRE...

 ... durante la cual, no me gusta dormir.



Pues ahora que lo dices, y aprovechando que en pocas horas se celebra una vez más el Ironman de Hawai, te contaré lo primero que se me viene a la cabeza cada año por estas fechas.

Recuerdo cuando había quien contaba, que no dormía durante una noche de octubre, porque se quedaba viendo el Ironman de Hawaii atento a la pantalla del ordenador. Lo escuché y leí muchas veces y aunque lo podía entender y lo respetaba, nunca se me ocurrió pasar esa noche en vela, porque mis gustos, sueños o sencillamente, mis caminos, no iban en esa dirección. Uno dijo una vez, que viéndolo con su mujer, le dijo que al año siguiente quería estar allí. Desde ese momento puso mente y cuerpo manos a la obra y finalmente lo consiguió.

Creo que sabes que son diez años los que llevo metido en este mundillo del triatlón y de la larga distancia, pero no sé si sabes que volar al Pacífico solo lo desee una vez y muchas circunstancias, muchos factores influyeron y se aliaron para que al final pudiese ir. 


Sabía por entonces (2010), como sé ahora, que muchos mejores y con más condiciones que yo y muchos otros que lo soñaron y lo sentían también mucho más que yo, no tuvieron esa fortuna. 

Dos de esas personas, buenos amigos por otro lado, están ahora allí, Pedro María Campoy Cuenca al que conozco casi desde que era un jovenzuelo y cuya imagen es imposible separar de la palabra Triatleta por como ha vivido y derrochado ilusión por este deporte incansablemente, e Iván Tejero Vázquez, al que conozco desde hace menos tiempo, pero al que no hacia falta tenerle como amigo los años que lo somos, para darse cuenta en una simple conversación con él, el tipo de persona y deportista es y qué espíritu le mueve a luchar y perseguir su sueño.  

Por paradojas de la vida, están en Kona, y no para competir, sino para acompañar a sus respectivas parejas Mabel Gallardo y Patricia Bueno Pérez, cuya presencia allí,me consta que en pocas ocasiones se ha merecido tanto. A Mabel, más incluso que por Pedro María, me une el hecho de que es lumbrerense como yo y sobre todo por su familia, los Gallardo de toda la vida, amigos también, de toda la vida.

Creo que esa casualidad, la de esas dos parejas y la situación que están viviendo es bonita. 


Seguro que mañana por la noche (amaneciendo en Kona), tanto Iván como Pedro, tendrán sensaciones contrapuestas, pero no me cabe duda, y menos después de haber estado, que estarán y se vendrán satisfechos de haber conseguido lo más importante, más incluso que la propia prueba, que es vivir y saborear el ambiente, sentir lo que significa aquello. 
Los dos están tocando con los dedos algo que es real y como real que es, es posible. Antes o después, volverán y lo harán para hacer como hice yo, para cerrar el círculo y a lo mejor, como en mi caso, volver sintiéndome un poco más pequeño, pero muy lleno por dentro.

Lleno de gratitud por que se me brindara la posibilidad de estar allí y sobre todo por dejarme ver que todo no se reduce a la competición, al tiempo final, al puesto logrado, sino a mucho más. Y eso es algo que ya sabía desde mucho antes, pero que allí se me quedó grabado para siempre y para el resto de pruebas en las que estoy y esté presente.


Te diré que volví de allí con algo más en el zurrón, la convicción de que aunque había cumplido con una propuesta, ya no debía cerrar nunca más ninguna puerta a nada que deseara en esta vida, mientras esta vida me quiera con ella.

Para mañana, les deseo lo mejor, a los cuatro, aunque lo mejor, como digo, ya lo están viviendo cada día.

Y sí, a la pregunta que te hiciste al principio, te digo que si. Desde entonces, desde 2010 y cada año, hay una noche en octubre en la que me tomo algún que otro café para no dormirme mientras miro la pantalla.

viernes, 4 de octubre de 2013

Thanks!, Merci!, Gràcies!, Grazie!, Dank!, Eskerrik asko!!! 

Una temporada más, Gracias por vuestra amistad, compañía y confianza.