lunes, 18 de febrero de 2013

Un duatlón que no es ni eternamente largo ni corto como un suspiro.

La prueba de las Nodraftingseries celebrada ayer en Banyeres de Mariola, es posiblemente de las pocas en las que uno puede encontrar un "coctel" tremendo de escenarios y condiciones para "disfrutar" de un dorsal y un día de carreras.

Tiene la distancia justa para no ser eternamente largo ni corto como un suspiro y en sus 55 kilómetros totales, repartidos entre 15 de carrera y 40 de ciclismo tienes... por el precio de una prueba...:  un duatlón, una carrera de atletismo urbana, un trail de montaña con sendas, un cross sobre caminos, una rampa imposible... y en ciclismo, un circuito con puertos, con bajadas, con subidas tendidas para ir acoplado, bajadas de casi 90 kms/h, más rampas imposibles, pero estas sobre la bicicleta... niebla, sol, carretera seca, sombríos empapados... frío.. calor... bueno, calor poco.

Con tal cantidad de escenarios y superficies, la elección de material es algo muy a tener en cuenta. La mía fue:
Bici de ruta con acople corto
Camiseta, manguitos y perneras de COMPRESSPORT.
Short ZEROD.
Zapatillas SKECHERS, modelo GoRun Ride.
Geles y bebida energética KEEP GOING.
... con todo eso y un bizcocho... al final quedé el ocho...

En definitiva, es de esas pruebas donde encontrarse bien durante todo el recorrido es prácticamente imposible, aunque yo ayer, reconozco que casi lo conseguí (no como el pasado año que solo comencé a disfrutar del día.... a la media hora de cruzar la meta...). Ya he testado suficientemente mi nivel en las dos pruebas que llevo este año y en esta, tocaba "buscar mi lugar". Para ello, nada mejor que salir sin la presión de situarme en un grupo determinado corriendo o no llegar muy lejos de fulanico... de menos a más y buscando un ritmo para el que estoy entrenado, pero no más allá, porque ayer... más allá estaba el caos.
Se puede decir que mi 100% ayer fueron esas 2h27'20'', ese 8º lugar absoluto y ese 1º en mi grupo de edad (viejunos entre 40 y 44 años), ni más, ni menos. Anoche me tomé una cerveza bien fría para celebrarlo... hoy solo me queda el dolor de piernas.

En lugares como ayer, las "mentiras" tienen las paticas más cortas que en cualquier otro (en las pruebas de distancia ironman pasa algo parecido), y me refiero, no ya a la actitud de un competidor de cara a los demás (que también..) sino a la actitud con uno mismo. Llegar con una lesión, por leve que sea, o una enfermedad que aún le deje a uno ponerse el dorsal, es sinónimo de que tales males, crecerán tanto como el tiempo que dure la prueba. No es de esas donde uno pueda salir a "rodar".

Dicho de modo coloquial: llega un momento mientras estás compitiendo donde te acuerdas y te alegras de haberle dedicado un tiempo a esas sesiones de gimnasia postural que tanta tirria dan a veces, o esos kilómetros de cadencia en rodillo tras unas horas de bicicleta dándote el aire en la cara, o a esos minutos obligados cada día de preparación dedicados a los estiramientos que todo el mundo dice hacer y que apenas unos pocos cumplen.
Son todas esas cosas, las que aparentemente importan menos, las que si no se hacen, no complementan a las demás, y las demás, necesitan de todos esos soportes para mantenerse.

En fin, la prueba de Banyeres es, como prácticamente todo lo que lleva detrás el sello de Ximo Rubert, una de esas pruebas durante la cual, maldices tu decisión de tomar parte, reniegas de ella por siempre jamás, juras que no volverás y nada más cruzar la meta, deseas volver al  año siguiente.

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