viernes, 14 de agosto de 2009

EMBRUNMAN. El cielo justo al lado del infierno.

Este año 2009 está siendo raro en muchos sentidos para mí... más que raro, diferente.
Deportivamente hablando, las carreras y lugares que han ocupado gran parte de mi tiempo e ilusión durante los últimos 4 o 5 años, éste año no han entrado en el cesto de "mis posibilidades".
Mañana se celebra la 26ª edición del Embrunman, y tras 4 años acudiendo a la cita, éste año, toca verlo desde lejos, para mí, desde demasiado lejos.
Tengo el problema de la inconformidad grabado en los genes, y por ese motivo, casi nunca me conformo con mirar la prueba a la que voy sin más, la vida es finita y tanto el tiempo como las ocasiones para vivirlo intensamente, también lo son; por eso, me empapo de los lugares a los que voy todo lo que puedo y acabo dejando el ironman y los recuerdos de éste, casi al mismo nivel que los recuerdos de los sitios que visito, las imágenes que afortunadamente veo y muchas veces, la buena gente que voy conociendo por donde voy.
En éste caso, no sé si es no estar mañana a las 6 de la madrugada en la salida o no poder hablar a ratos con Denis, dueño del hotel Le Vallon (donde voy cada año), en mi pobre francés y en su nulo español, todo eso, o más bien, la enorme tabla de quesos que cada noche nos ponía como postre...no sé...
En cuanto a la prueba, y dado que me voy a estar dos semanas sin entrar por aquí, creo que nada mejor que copiar y pegar la crónica que escribí en 2005 sobre el Embrunman, era mi primera participación y ahora no sabría expresarme mejor.
Embrunman 2005:
"Mi dorsal? el 85. Según dicen, estoy encasillado en la categoría 30-34, pero sólo yo y unos pocos, sabemos que no tengo más que diez años y poco. Porque en ese mayo del 95 todo acabó, y todo que era mucho quedó en nada si lo comparo con lo que ha venido después del accidente.
También se dice que cuando tocas fondo, ya sólo queda un camino, y es para arriba, eso o rendirte del todo. Entonces, no tienes más remedio que mirar de frente a la realidad y ver que te ibas para el otro lado con el saco medio vacio, y eso si que no, si tienes otra oportunidad, debes aprovecharla e intentar que el saco se vaya medio lleno. Lleno de ilusiones en las que convierto mis retos y aventuras.
Como si de un presagio se tratara, también en mayo tres años después, en Posadas, a dos minutos de la salida del campeonato de España Absoluto de Duatlón, un abrazo y alguna que otra lágrima fueron mi agradecimiento a ALFONSO MARTINEZ, mi amigo y entrenador, una de las pocas personas que confió y supo que el deporte, al nivel que fuera, no se había acabado para mí, y con más valor que otra cosa me empujó hasta hoy, él es el "culpable" del Embrunman, los Ironman, y de hasta la última carrerilla de pueblo en la que esté en la salida, el tiene demasiado que ver en todo lo que pase desde ese dia, y sea lo que sea, tanto si es bueno como si no, será porque estoy aquí, por eso y por mucho más le estoy agradecido.
Antes o después tendré que parar un poco, aminorar la marcha, pero mientras tanto no quiero dejar nada en el tintero, si presiento que es en Lanzarote donde voy a respirar ese aire que pocos respiran, el de la satisfacción, el de la libertad, el de la felicidad al fin y al cabo, pues voy a Lanzarote si presiento que es en Embrun, a Embrun, el próximo?, no lo sé, y que más da, seguro que alguna otra locura llama pronto para llenarme los pulmones.
Embrun... Embrunman..., cuando te llames así, ya no serás un finisher, ni un hombre de hierro, ni siquiera un triatleta o deportista., no, si vas por primera vez, como yo, eres simple y llanamente un iluso, al que solo tira el corazón y la ignorancia. Si repites, pasas a ser un loco osado y valiente que ya sabe lo que quiere y lo busca, aunque sepa que le va a doler y mucho.
El lugar donde te dispones a dejarte algún que otro año de tu vejez, es tremendamente hermoso, pero eso solo lo verás uno o dos días después de la prueba. Si hubieras ido este año, si te hubieras llamado Ramón y fueses de Puerto Lumbreras, deberías saber que habrías dormido con fiebre hasta la tarde del día después, que cada escalón que subieras o bajaras te habría parecido como cualquier Col de los Alpes, que habrías comido sin horario ni medida durante dos días y que te habrías roto la sesera intentando ordenar ideas y sensaciones preguntándote porqué diablos lo habías hecho, habrías despotricado sobre lo inhumano de esa prueba, te habría sangrado la nariz por culpa de la altitud al bajar a la maratón, habrías clavado tus rodillas en la segunda vuelta mientras creías vencer la maldita cuesta del pueblo de Embrun y habrías intentado reconfortarte ante tanto sufrimiento sintiéndote víctima y preguntándote por qué te hacen eso, por qué tanta dureza, por qué, por qué.
Pero no paras, porque eso no te lo está haciendo nadie, en realidad lo estabas buscando, el dolor de piernas, el mareo, el vacio...todo eso y más es Embrun, si vuelves ya no serás un ignorante. Debería estar contento, bajar de 13 horas, por lo visto, está bien, pero allí en Embrun, eso solo son datos, datos que te pueden cambiar en cuestión de momentos, en el 24 estás acabado, y del 30 al 42 recuperas casi cincuenta puestos, (Dios!!!, pero si llevo doce horas intentando adelantar a los diez o doce de delante y casi muero en el intento).
Entré esprintando como un idiota, pues iba solo, y apreté el puño al entrar mientras se me escapaba un yaaaa!!! muy largo y algún que otro taco. Entré en meta enrabietado y no porque me fuera mal, no, si no porque esa locura ya se había acabado, todavía hoy, sigo diciendo que nunca más, que por nada del mundo quiero volver al Embrunman. Alguien me cree? "
....cuatro años después....como para creerme.

jueves, 6 de agosto de 2009

Abuelo Cebolleta al ataque…

Retrospectiva de Roth 2009. Toma final.
Acaban de llegarme las foticos, y con ellas, además, ganas de volver a "cascar" y zumbear por la cabeza de más de uno, en fin, es lo que tiene estar en dique seco, es lo que tiene ser un poco Abuelo Cebolleta.

Han sido diez días en seis años, diez ocasiones, diez aventuras, diez vidas, cada una más intensa que cualquiera de las otras nueve, y cada una tan distinta…

Supongo que solo es vértigo, y no otra cosa, recordar con más frescura mi primer ironman en Lanzarote que el último hace unas semanas, supongo que es vértigo y no el “chocheo” del que envejece.

Comparar, casi siempre, y casi con todo, suele ser una enorme y estúpida pérdida de tiempo, por eso me niego a comparar Roth con el resto, Embrun y Lanzarote, todas son caras distintas y al mismo tiempo bellas, sin embargo, y sin llegar a comparar, si puedo elegir o preferir, mi cabeza se va para las islas o para los Alpes.

Puedo hablar de sensaciones, de emociones, de plenitud al conseguir el objetivo buscado, en Roth, una marca, unos números….velocidad y sobre todo espectáculo; en Embrun, llegar siempre al límite de mis posibilidades…conocerme mejor; en Lanzarote, terminar y sentirme siempre especial, y muy afortunado de haber sido parte de ese día, en la isla….

Ahora, a toro pasado y sin haber dado aún ni una brazada, ni una pedalada, y casi ni un paso, hago balance de mi participación en Roth, y siento satisfacción, estoy contento, valoro mucho más lo que hice que cuando crucé meta, 9h44’ es todo lo que pude hacer y eso es lo que Ramón valía el día 12 de julio.
Y tengo que estar satisfecho, y tengo que hacerlo no solo por mí, pues volver a terminar cada ironman se convierte cada vez más en cosa de muchos, Antonio Luis, Alfonso Martinez, Juankar, los Trixantos, Juan de la Torre, los amigos del triatlón y del blog, y sobre todo la familia, siempre la familia…

Por otro lado (aunque el bueno de Juankar, un UrbikoMan para más señas, no me crea), soy consciente de que las adversidades, no se deben contar demasiado, no debe uno ponerlas como excusas, pues te conviertes en un llorica mantecas…bueno, ya sé que no siempre lo consigo, pero sí tengo claro que esos problemas son parte de lo que hacemos, todos los tenemos, y posiblemente en el regateo, en el esquive de los problemas está escondida la verdadera belleza y la emoción de estas hermosas locuras.

¿Acaso algún día dejaré de tener algún que otro problema?...alguna que otra excusa?...Válgame Dios¡¡¡ .. si ése día llega... será el Campeón del Mundo, y no otro, quien escriba.

Ále…

martes, 28 de julio de 2009

LAS DOS MANITAS.


Challenge Roth 2009. Toma 10.

En 2004, cuando terminé mi primer ironman, en Lanzarote, pensé que ya todo lo que tenía que hacer estaba hecho, pensé que el objetivo estaba cumplido, que había vivido lo más grande que un deportista enamorado de la larga distancia, de la soledad del deporte, de los entrenamientos y los cambios que producen en tu cuerpo… de todo eso, pensé que ya estaba, que ya lo había cumplido.

Ahora, seis años después, cumplo mi 10ª entrada a meta con sus diez maratones, diez cronos de 180, diez nadadas de casi 4 kms… y sólo recuerdo la sensación de haber terminado aquel ironman de 2004, en Lanzarote. Aquella fue la que se me quedó grabada para siempre, aquella ya no se repetirá por muchos ironmans que haga.
Desde entonces, me cuesta hacerme a la idea de que tengo que buscar otras metas dentro de la misma aventura y que la aventura, según donde la vivas puede no parecerse mucho, a la que me dejó marcado, salvo en las distancias.

9h44’46’’.
Esa es la marca final. Los números que tanto interesan últimamente, precisamente lo único que no me interesó en absoluto aquel 22 de mayo de 2004.
Reconozco estar feliz por esos números, es mi mejor marca, con 38 años la progresión sigue… (esto significa que cuando tenga 68 tacos, ganaré de calle todos y cada uno de los ironmans en los que tome parte..y con records mundiales incluidos…faltaría más¡¡)
El 12 de julio mejoré por poco mi parcial ciclista, mejoré mi tiempo en maratón… por poco también, y nadando…bueno, nadando digamos que como siempre… no me ahogué, que no es poco…Ahora, la pregunta tras esas mejoras es: ¿parciales mejorados comparados con qué…o màs bien con dónde?, la única comparación es y está en Roth, si vuelvo.

Conclusiones varias.
Si vuelvo, intentaré salir en la primera salida, si no lo consigo, intentaré no llevar casco aero, intentaré seguir dependiendo de los geles Keep Going, mano de santo, llevaba nueve ironman yéndome por la patilla, hasta éste, se terminaron los problemas.

Los números.
Gracias a ellos saco la motivación extra que necesito para entrenar duro, para hacer ése poquito más que me haga mejorar, bajar tiempos, subir puestos, mantener velocidades, medias…todo números.
Por culpa de ellos ya nunca viviré lo del primero, porque son como nubes que tapan el sol y no te dejan verlo… o lo que es igual, porque lloré de pura emoción al pasar por Timanfaya y por sus rios de lava el primer año, y los cuatro siguientes ya no lloré… falta de emoción quizás?, no, simplemente no tenía tiempo para mirar a mi alrededor, estaba demasiado ocupado mirando el reloj, el cuentakilometros y el pulsómetro…

Lo que me gustó de Roth.
Todos los recorridos, invitan a ir rápido, la natación es limpia gracias a las salidas por tandas, solo hay dos giros, buena para el buen y el mal nadador. El recorrido de bici, no es llano, pero las subidas no son duras y las bajadas son de pedaleo y largas, el viento aprieta lo justo, el domingo solo durante la 2ª vuelta. La carrera a pie prácticamente plana con muchas zonas de sombra, con mucho más piso de tierra dura que de asfalto, en fin, para correr si tus pies quieren.
La organización, de la que siempre tuve dudas antes de ir pues me parecía imposible controlar tanto con efectividad…. y efectivamente, controlan…otra cosa son los jueces en el ciclismo…
El ambiente. Ver para creer. Según fuentes locales, fueron 150.000 almas las que animaron el cotarro…hombre¡¡¡, yo no conté tantas, la verdad, pero si es cierto que jamás había visto tanta gente gritando al mismo tiempo, ni en un concierto de U2… (que te lo crees tú, el fin de semana pasado eramos muuuuuchos más en Dublín¡¡¡¡¡¡)


Pedro María.

Y por último, que me mojara la oreja el chiquitin-debutante-aguileño de los cojo… Pedro María, impresionante la carrera que se marcó el nene y no, desde luego que no me alegro de que entrara delante de mí (ni soy hipócrita ni tonto vamos¡¡¡, soy competidor y no me gusta que entre nadie delante, ya te digo¡¡¡), pero antes de salir, lo de Pedro fue algo que envidié todas las veces que lo ví y compartí unos minutos con él, esos ojos abiertos como platos, esa risa nerviosa, verlo moverse como un crio con zapatos nuevos, eso es la primera vez, eso es la esencia de esto, eso es lo que tienes que intentar a toda costa no perder Pedro, porque la próxima vez será lo único que te sirva…como decía un alemán que hizo top 10 en su primera participación en Hawaii: “ la carrera no me ha servido de nada, no he tenido ningún problema, por lo tanto no he aprendido nada”…aunque, la verdad, puestos a elegir, preferiría salir de todos mis iromans ignorante como un recién nacido..

Lo que no me gustó de Roth.
Según cómo haces el recorrido en bici, la visión de la carrera puede ser muy distinta a la de otros, en mi caso, nadando mal, saliendo tan atrás del agua, me toca ir rebasando a gente desde el principio, por lo que veo muchas bicis, muchos triatletas, y mucho tonto..

Pues eso, que una vez más no me gustaron los no ironman, (por mucho que crean serlo), los no finisher, (por mucho que terminen la prueba), los de siempre y en todos lados, los chuparruedas: tramposos sin remedio, gente que nunca sabrá lo que es esto, gente a la que su conciencia, si la tiene, no le dejará enorgullecerse mínimamente de lo que valen, si es que valen algo.

Vas acoplado según has entrenado la posición durante semanas y semanas en tu bici, que aunque no sea de carbono, la sientes como la mejor del mundo, vas regulando tu esfuerzo lo mejor que sabes aunque no lleves powertap ni ningún otro caro sistema de esos (ojalá pudiera…), intentas no molestar y disfrutar lo que tanto te a costado conseguir, económica, física y moralmente: estar allí, y es entonces cuando comienza a pasarte una fila sin fin de auténticos descojonados (y no de risa, sino literalmente) con todo ese material made in NASA, para ir cogidos al manillar, no al acople, casco aero para acabar con tortícolis de tanto mirar para atrás a ver si viene la moto de los jueces y con culotte última generación alivia-partes-nobles, útil para tratar dicha zona castigada por ir kms y kms tocándose los mismísimos.
Intentas no mirarlos, no pensar, no cabrearte, pero llega el repecho y se acaban las tonterías, vuelven a ser ellos, vuelven a su velocidad verdadera y entonces te echas encima y te toca pasarlos…y por donde?? si no dejan sitio, sin son demasiados…entonces hago lo que no se debe hacer, cometo mi propia infracción, piso el carril contrario y ataco al grupo desde atrás y sin parar para que nadie me coja rueda...con lo bien que yo iba, con lo regular que llevaba mi pulsico, joder¡¡ que ya no entreno ciclismo, entreno ironman …yo ya no quiero eso, quiero depender de mis fuerzas y que los demás hagan lo mismo, quiero ver el espiritu ironman en el corazón de los deportistas, y no (con perdón) en el culo.

Lo que me queda de Roth.
Esta es fácil, como con todos los demás: ganas de volver, hacerlo y volver a sentirme un poquico más joven, como cada vez, como siempre.

lunes, 6 de julio de 2009

LA CATEDRAL DEL IRONMAN. ROTH 2009.

Deseos, que no rezos...
  • Que los hombros no se me carguen demasiado en los 3800 mts...

  • Que los pedales se muevan rápido, pero no más que otras veces, durante los 180 kms...

  • Que el estómago se deje de tonterías y las rodillas y tobillos aguanten los 42 kms finales...
Última entrada antes del bicho, cómo dice un buen amigo, hace días que estoy en capilla, como buen torero, aunque la verdad, ya no pido demasiado, ni siquiera creo que lo mio sean oraciones, mejor les llamaré deseos pero no rezos, que estas cosas de resultados, puestos y demás historias... no son para pedirlas al cielo.

Cada vez son menos los nervios que siento en la semana previa a los ironman, y no creo que sea falta de ilusión, ni mucho menos, es que noto me voy desprendiendo de muchas, como digo yo, necesidades innecesarias.

Suelo apreciar, cada vez más, lo injusto de mi comportamiento, cuando la presión aumenta según llegan los días.

A meses vista, me inscribo con la ilusión de ser finisher, sólo eso, y conforme van pasando los meses el motivo va cambiando, ya no me vale terminar, ahora quiero hacer éste o aquel tiempo, la ilusión es la misma pero la presión tonta que me adjudico yo solito, se convierte en una dura carga.

Esta vez, y a seis días, creo que ya no va a ser así, y es lo que más me alegra, lo que más me tranquiliza, es más, es lo que más me enorgullece, pues parece ser que con sólo 38 primaveras, ya empiezo a madurar…

Sea como sea, el abuelo Cebolleta, intentará en la medida de lo posible, que todo lo que consiga sea digno de una nueva Crónica de Món.
A ver si entre tanta gente, el domingo, me camuflo bien y la mal llamada, mala suerte, no me reconoce entre tanto bullicio.