Y con ocho ratos de montaña este año, se terminan los dorsales de 2014.
Por orden de fecha, el kilometraje me resulta curioso ya que vengo de deportes con distancias más o menos fijas.
30, 27, 65, 45, 185, 101, 73 y los 42 kms del pasado domingo en la Ucam FalcoTrail Sky Marathon Tnf han sido las distancias de este año.
Como siempre digo, esto es mucho para unos y escaso para otros. Lo que importa es lo que supone para mí. Y para mí, es y ha sido más que suficiente.
En un año me he ido soltando a cada paso, no solo bajando sino también cogiéndole el truco a las subidas, a caminar y a elegir donde poner cada pie.
La montaña, toda la montaña, sea más o menos alta, más o menos arbolada, es hermosa y siempre diferente. Ahí está el placer de mezclarte con ella.
El pasado domingo, durante 5h02' sucedió de todo y un poco más, pero ni de todo me acuerdo ni voy a soltar cada detalle por aquí.
Una prueba bonita, muy dura. Para mí, quitando la CCC del Mont Blanc por desnivel y Trail Menorca Camí de Cavalls por distancia, ha sido lo más duro que he hecho (tampoco tengo mucho bagaje de "cabriteo" para comparar).
Creo que decir que terminé contento, sin más, es quedarme corto. Ha sido la primera vez que no he sentido al tío del mazo subido a mi chepa, la primera vez que he bajado con dolor de piernas pero con buena dosis de diversión, y de esas en las que no quedo con duda alguna de si lo habría hecho mejor o peor.
Lo que había esa mañana para dar, se dió. Y como buen diesel, gastando lo justo para no cruzar los ojillos y caer de boca como otras veces (eso sí, mis dos patadicas a piedras que no tenían culpa ninguna, sí que dí, y por ello... la enésima uña que se tinta morena este año).
Quizás me quede, como siempre, un pequeño "pero".
Competir con Juanjo Mateos, no es mejor que entrenar con él, pero se parece. Para mí, es una garantía si hablo de tranquilidad y de aprendizaje mientras le sigo. Ya lo dije hace un año y me reafirmo en lo dicho, después de lo que llevo aprendido gracias a él, y sobre todo después de ver la peaso temporada que se ha marcado.
El pero es que elegí mal el momento de "independizarme" de él y su ritmo. Me dejé ir para adelante con la única idea de abrirle hueco suficiente y poder parar, aliviar una tripa que me da más problemas de los que me gustaría cada vez que compito en montaña, y volver a engancharme a su rebufo. Esa era la idea.
Una vez paraba y no tenía suerte con el asunto... seguía a mi marcha y lo cierto es que debí parar del todo hasta que él llegara.
De todas todas, Juanjo no solo controla sino que además tira, y tira mucho. Habría sido imposible seguirle en el último tercio de la prueba, eso ya lo fuí viendo semanas antes, pero perdí la oportunidad de estar más tiempo con él antes de ese ultimo tercio y aprender como con pocos se puede hacer.
Mi prueba, buena. La suya, para mí genial.
Las posiciones finales en la montaña, son de lo más fluctuante que uno pueda imaginar.
La gestión de la prueba, de las fuerzas, del conocimiento del terreno, del uso de la paciencia como pilar básico para asegurarse una buena prueba, son cosas que están por encima incluso de la condición física con la que se llega a la salida.
El 14º final si me descuido en la toma de líquido o de comida a 10 kms de meta y bajando apenas nada mi rendimiento me podía haber costado diez puestos más... y en otras lo he comprobado.
Por eso, no mido la satisfacción por puesto conseguido, sino por desarrollo y trabajo hecho durante la prueba y sobre todo durante la preparación.
Obviamente, todo lo que sea mejorar es bienvenido. Pero al final, en los escasos treinta y tantos años que llevo de dorsales, me he ido dando cuenta que no hay manera de encontrar la satisfacción o felicidad completa. Ni siquiera venciendo porque... siempre se puede vencer de una manera aun mejor, sufriendo menos, llegando en solitario... el caso es no estar contento nunca. Pero bueno, a eso le pongo un nombre: ser competidor, sin más.
Se termina el año, las carreras y sin embargo, sin pensar en el salto de nochevieja, ya estoy inmerso en la preparación de un nuevo ultra trail, el GR-20 Xtrem de 92 kms en Valencia para dentro de nada... 10 de enero.
Tanto a la preparación, como al la prueba siempre parto de un poso de tranquilidad en cuanto a como equiparme. En la Falco, con un intenso frío durante toda la jornada, las prendas de Compressport me vinieron de lujo. El shirt on/off, increible. Orificios que se abren cuando respiras intensamente y se cierran cuando bajas y la respiración es pausada. La malla de compressión con inserciones de silicona para apoyar las manos en las subidas difíciles... y hubo muchas el otro día, hizo su trabajo de forma inmejorable. Seguiremos testando.
Y a partir de ahí, los neoprenos, gorros, ruedas y acoples pasarán a escena, si nada lo remedia. (ahora viene el emoticono que guiña el ojo).
jueves, 11 de diciembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
A rueda.
Del baúl de los recuerdos, en la esquina de 2009, acabo de encontrar unas imágenes de la primera prueba Tristar que se celebró.
Aún recuerdo el revuelo montado por el formato que tenia: 169 kms de ciclismo por toda la provincia de Cádiz, 1000 mts de natación cruzando el Guadalquivir en su desembocadura y 30 kms corriendo hasta Matalascañas sobre las arenas (y aguas) de esa inmensa playa de Doñana.
Aún recuerdo el revuelo montado por el formato que tenia: 169 kms de ciclismo por toda la provincia de Cádiz, 1000 mts de natación cruzando el Guadalquivir en su desembocadura y 30 kms corriendo hasta Matalascañas sobre las arenas (y aguas) de esa inmensa playa de Doñana.
El ciclismo se hacía tal cual, con drafting. Aquello y el orden de las pruebas, hizo que muchos se rasgaran las vestiduras y se tiraran de los pelos, aludiendo a la pureza y al espíritu del triatlón. Una herejía en toda regla.
Mae mía... si levantaran cabeza ahora y vieran los pelotones ironmaniacos que se forman... (en pruebas sin drafting)..
Me traen las fotos buenos recuerdos. Como se empezaba con lo "mío", disfruté mucho al principio. Primeros 80 kms escapado y el resto, hasta esos 169 finales, ya lo podéis ver, descarada... intencionada... y sobre todo, necesariamente a rueda. Siempre a rueda, y gracias.
Las fotos corresponden al km 100 donde entramos al Circuito de Velocidad de Jerez, le dimos la vuelta por la pista de servicio y salimos igual que entramos, a toda pastilla...
Una vez en San Lucar de Barrameda, la cosa era curiosa, porque te quitabas, entre dolores de cintura y calambres, las zapatillas y el casco para ponerte el gorro y las gafas. Ahí ya, me olvidé de los compañeros de grupo y dejé (a la fuerza, por supuesto) que se divirtieran por su cuenta y por delante. Algunos de ellos eran Marcel Zamora, Francois Chabaud, A. Santamaría, Victor del Corral...
No solo porque estuviera más kms que ellos escapado anteriormente y disputando premios intermedios, sino porque sencillamente eran superiores a mí (creo que esto, y con esos nombres, sobra explicarlo), la estrategia era clara y salió bien. Mi puesto al final creo que fue el 11º, pero mucho mejor que eso fue, ver que con casi 40, podía aún moverme y aguantar.
Con uno o dos relevos que hubiese dado, en menos que lo cuento habría ido solo, detrás, descolgado y con ganas de bajarme de la bici. Así jugué mis bazas, así salieron, y desde luego, si se hubiese presentado la posibilidad de mejorar mi resultado, no lo habría dudado ni un momento.
En ningún lugar está escrito que una competición no sea para competirla, hasta el final.
domingo, 23 de noviembre de 2014
Queriendo o sin querer, y no teniendo nada, sigo siendo afortunado.
No he dejado de escribir. Y casi todo ha sido para el blog.. aunque no ha sido publicado.
La razón ha sido no encontrar el momento para publicar, porque no cualquier momento es bueno, aunque sea para las cosas sencillas.
Curiosamente, es lo último que pienso lo que va a salir en primer lugar del horno.
A falta de una participación más este año, en la FalcoTrail Sky Marathon dentro de dos semanas, ayer me dio por repasar un poco las estaciones en las que el tren este medio oxidado ha ido parando.
Queriendo o sin querer (que no tengo claro yo cuando ha sido de una forma u otra...) el caso es que correr se ha llevado casi toda la dedicación que le he dado al deporte y ya puestos, la montaña ha sido donde más me ha apetecido dejarme caer (a veces literalmente...).
Seis competiciones de montaña y un reto (una borrachera de amistad y deporte, más bien). No han sido muchas para lo que a uno le gustaría, pero al menos, sí que han sido bien y acertadamente elegidas.
Las seis suman unos 480 kms con dorsal y unas 58 horas de competición... y luego está el reto.
Todas me han aportado mucho en todos los sentidos, diversión, aprendizaje, nuevas amistades, incluso pequeñas alegrías a la venilla competitiva esa que conservo en forma de resultados. Pero eso ahora, no es el tema, porque además de todo eso... ha estado el reto.
El reto no fue conseguir nada increíble, sino intentar hacer que lo increíble o imposible vaya pareciéndose cada día más a lo normal. Lo común.
Ayer volví a entrenar por Sierra Espuña y no dejé de pensar y acordarme de finales de marzo cuando fui uno más de un grupo de gente que, aparentemente ofrecía algo cuando en realidad no hicimos más que recibir.
Cada uno sabrá hasta qué punto le supuso aquel día y sus 11 horas de esfuerzo, algo útil a partir de entonces.
Cada uno sabrá hasta qué punto le supuso aquel día y sus 11 horas de esfuerzo, algo útil a partir de entonces.
Lo mío, ya lo dije. Me dio fuerza y mucha mucha tranquilidad. Hacía apenas unos días que me habían dado un pequeño "susto" en forma de preocupación por mi salud, por mi corazón y acudir allí, ya no fue cosa de compromiso adquirido, sino de necesidad personal.
Lo que un niño puede llegar a enseñarte, por años que tengas, es algo que solo se puede apreciar y entender si te cruzas en la vida y en el mundillo este del deporte con uno como Andrés y por supuesto, con el resto de su familia y en nombre de ella, su madre María Dolores Chumillas.
Ayer me acordé de aquel día, de aquellas personas y de Andrés, que sigue peleando por mejorar con la entereza que ya quisiera yo para mí y para muchos que entrecorchados con agonías inútiles y vacías, lloran cada dos por tres pidiendo a gritos alabanzas, valoración y aprobación del resto.
Llevo mucho visto y vivido ya, a pesar de no ser tan viejo como a veces quiero hacer creer y puedo decirlo, Andrés sin duda... como lo diría?... nos pasa a todos por encima... nos da mil vueltas y no necesita para ello, ni ponerse un dorsal siquiera.
La Vuelta a Espuña fue, con diferencia, la prueba donde más disfruté, más aprendí, más afortunado me sentí y desde luego, donde más estímulo para seguir peleando por lo que sea que tenga que pelear, me llevé.
El deporte y su esencia, hablan de vivir la vida intensamente. Mi suerte, mi fortuna, es que a veces lo consigo.
El deporte y su esencia, hablan de vivir la vida intensamente. Mi suerte, mi fortuna, es que a veces lo consigo.
martes, 14 de octubre de 2014
Solo y solamente contra el viento.
Cambian las cosas pero... ¿deberían cambiar las personas?
IRONMAN Lanzarote.
2004 fue el año que elegí, o más bien decidí que quería vivir la experiencia de completar un triatlón de distancia ironman.
Por entonces mi conocimiento de la distancia se basaba en recortes de revistas de ciclismo antiguas donde dejaban cada año una página para hablar del Ironman de Hawai y también de los videos y comentarios que me daba un amigo. Conocia Lanzarote, Hawai, Roth y poco más.
Volviendo a ese año de mi debut, dejaré caer unos apuntes rápidos para ir entendiendo un poco el hilo de la entrada.
No hablaré de marcas personales ni puestos. (Eso para otra ocasión).
1. Me inscribí en enero de ese mismo año. Podía haberme inscrito mucho más tarde aún.
2. Otro triatleta murciano hizo el Ironcat y fuímos los dos únicos de Murcia en completar la distancia ese año. Éramos "bichos raros", en el ámbito triatlético, en la federación, en el pueblo y por lo menos yo, hasta en mi calle...
3. En Lanzarote competimos 769 triatletas (621 más que en la primera edición de 1992, 12 años antes, donde fueron 148 participantes).
Entradilla hecha, vamos a la "miga" del tema.
En Lanzarote hay cosas que no cambian. La isla, hasta que a la tierra no le dé por reventar otra vez y la desplace un puñado de kilómetros, sigue y seguirá haciendo viento, calor y humedad.
Hay pocas carreteras y el circuito del ironman es, salvo contratiempos eventuales, siempre el mismo.
El ancho de la carretera tampoco ha cambiado desde entonces.
2004.
769 triatletas, saliendo desde Puerto del Carmen y hasta la circunvalación, implicaba no respetar o mejor dicho, no poder respetar la distancia mínima (tampoco la lateral) durante los dos primeros kilómetros, sobre todo si salías del agua a mitad del grupo. No fue mi caso porque saliendo en 1h26' no tuve mucha compañía en esos primeros kilómetros ciclistas.
2004. Lanzarote.
A falta de 178 kms, circuito a una sola vuelta y 769 triatletas con niveles muy diferentes, ibas todo el día "más solo que la una". Aquello me enganchó del todo.
2005. Lanzarote
Mi sexta y última participación fue en 2010.
Se "notaban" ya algunos cambios...
- De 769, pasé a compatir prueba, isla y carretera con 1386 triatletas, 6 años después. Esto son 617 más... prácticamente el mismo incremento en 6 años que en los primeros 12.
- De tener un asfalto donde ponerse de pie sobre los pedales y "bailar" la bici significaba rajar literalmente los flancos de las cubiertas o tubulares, durante un 80% del recorrido, en este año apenas quedaban dos kilometros que te recordaban cómo era rodar sobre agujas.
A día de hoy, aquel tipo de asfalto erosionado, no invitaría tanto a llevar bicis de crono y cascos aeros... entonces sobrevivir sin pinchar era lo primordial.
2010. Lanzarote.
Estamos en 2014.
4 años después de mi última participación.
De 1386, en 4 años se ha pasado a 2258... 872 más que en 2010 (solo con ese incremento se supera el nº de participantes de mi primera participación en 2004...).
Si este año hubiese ido, habría compartido el ironman con 1489 triatletas más que en mi primera vez.
La isla es la misma. El recorrido también. El ancho de la carretera también. Sólo cambia el asfalto desde 2004 que ahora es bueno y deja rodar perfectamente con bicis aero y ruedas especiales para luchar contra el viento... contra el viento... contra el viento... contra el viento... y solo contra el viento. Así debería ser.
No hago ironman, hago larga distancia.
Mi nivel de natación no me permite salir antes de 1h u 1h05', me veo obligado a salir donde y cuando la mayoría y por delante ya son muchos cientos de triatletas los que me preceden. No me importa.
Tengo mi bici, mi entrenamiento, mi experiencia para regularme, mi estrategia de carrera y la motivación suficiente para verme capaz de luchar contra esos 180 kilómetros de recorrido. Suelo, o solia, no dejar de adelantar gente hasta casi el final del sector ciclista aunque algunos me adelantaban también.
2006. Lanzarote.
Me gustaría volver, alguna vez. Me gusta la isla, la prueba, la distancia, prácticamente tengo todo lo que necesito y no necesito ir a rueda. No porque me crea un superciclista, sino porque yo no hago larga distancia para ir a rueda de nadie. No hago ironman, hago larga distancia. Y eso, para mí, es lo mismo que decir, en solitario.
¿Cómo hago?
2007. Lanzarote.
¿Cómo hago entonces cuando llegue a un pelotón de decenas de triatletas?. ¿Freno para que me pille otro...? espero media hora hasta tener hueco en el centro de la carretera y ataco como cuando era ciclista...?, me pongo a 60 kms /h e intento mantener eso para que la serpiente multicolor aerodinámica no se me vuelva a echar encima...?
Asumo que algún día me sacarán tarjeta por drafting. Y la culpa será mía, pero no ese día, si no el que decidí inscribirme a algo que empieza a perder sentido.
Un sentido que en su momento hizo nacer y crecer al ironman, un espíritu, un sentimiento y una necesidad de conocernos que este deporte y esta distancia nos brinda y que en mi opinión, uno debe sentir, sino desde siempre, sí al menos a partir de un proceso.
872 más que en 2010. Esos son los que se han incorporado en 4 años. ¿cuántos conocen el significado y cuantos han tenido un mínimo proceso?
Un pelotón me absorverá. Llegaré a la altura de otro y cuando esté adelantando otros saldrán de su fila para hacer lo mismo justo delante mío. Iré casi por el centro de la carretera pasando a la fila de la derecha y habrá impacientes que me adelantarán a mí, en una tercera fila... y quedaré en el centro... me sacarán tarjeta, o peor aún, una foto estupenda...
Me adelantará uno y volverá a su derecha sin haberme rebasado del todo. Tendré que frenar para no tocar su rueda trasera... y antes o después, me sacarán tarjeta, o peor aún, una foto estupenda...
Me sentiré mal por haber elegido mal día y mal lugar, pero no sentiré la más mínima vergüenza personal porque tengo claro que no será intencionado.
No lo necesito en absoluto.
Tampoco creo que todos los que forman esos pelotones lo hagan intencionadamente, me resisto a creer que sea asi.
Aunque sigo pensando, que todos, ellos y yo, cometemos el error meses antes de estar en esa situación.
Esto es como ir a un mitin de tu partido político, tragarte todo lo que te prometen y descubrir más tarde que las cosas eran algo peor que medias verdades... (metáfora que imagino... porque nunca he estado en un mitin político).
No quiero un tiempo final que es una mentira. No quiero un puesto final que es una mentira. No quiero un slot y un viaje a Hawai que es una mentira.
Quien quiere todo eso y no le importa la forma de conseguirlo, no lo quiere realmente; solo quiere que todos os enteréis de que lo "ha conseguido"...
Me queda un poco de amor propio y tengo la infinita suerte de no hacer esto para los demás.
Mi
felicidad es algo muy serio, mire usted. Si la baso en palmaditas en la
espalda y felicitaciones que desaparecen cuando no tengo un buen día
entonces... no tengo nada.
Me gusta el triatlón, la larga distancia y muchos lugares donde me gustaría volver... y si no lo hago, que sea por falta de medios, de patrocinadores y dinero, que sea porque la salud me lo impida, pero que no sea porque no me dejan hacerlo en solitario.
A ver cómo lo hago... a ver cómo hago para volver a vivir lo que me enganchó desde el principio y que no fue otra cosa más que luchar contra el viento... contra el viento... contra el viento... solo y solamente contra el viento.
2010. Kona
Suscribirse a:
Entradas (Atom)