jueves, 7 de abril de 2011

Sobre lo anormal y lo subnormal.

A finales de la primavera de 2010, escribí esto que publico hoy. Una necesidad interior me pedía a gritos escribirlo sin más. Ahora, por diversos motivos, entre los que se encuentra conocer la situación de Emilio, un deportista cordobés que a menudo se pasa por aquí y que ahora lo está pasando mal por culpa de un accidente, me lleva a revivir sensaciones parecidas y a dejarlo caer sin más.
A quien le caiga bien el relato, será porque piensa igual, parecido o ni sí ni no, le es indiferente; a quien le caiga mal lo que digo, igual es porque se siente aludido, en cuyo caso, y metafóricamente hablando, espero que conforme le caiga, le aplaste.

Sobre lo anormal y lo subnormal.

"Cierto es que hoy no me he levantado con buen pie. En realidad, ni hoy ni ayer y mucho me temo que mañana tampoco, pues ya tengo la visita anual de las fascitis en las plantas de los pies.

Esto no ayuda demasiado a que rebose de ánimo y alegría, aunque tampoco es que el asunto me amargue demasiado.

Tenía escrito el siguiente relato sobre un hecho tristemente verídico, ocurrido hace unos meses en mi pueblo y más concretamente a un amigo ciclista al que valoro mucho, y no precisamente por sus cualidades físicas, que aún teniéndolas, para el caso, son lo de menos.

No lo expuse en su momento, y debí hacerlo entonces.

Contarlo precisamente hoy, se debe principalmente a dos razones, la primera es porque la conciencia ya no me deja tranquilo si no hablo, me quema la boca y me consume la rabia, y la segunda, porque últimamente es raro el día que salgo con la bici y algún descerebrado al volante no pone mi vida al filo de un último suspiro.

A Miguel, le llamamos por aquí “Farfán”, por su estatura y su forma de ir en bici, que recuerda mucho a la de aquel escalador colombiano que aún corría en la época de Indurain.

Como casi cualquier tarde de las que he salido a entrenar durante los últimos años, fuese verano o invierno, era rara la vez que no me cruzaba con Farfán y su bici.

Yo, como casi siempre, pensando en las series que tenía o en los puertos que subiría; él, como casi siempre, pedaleando tranquilo buscando algún compañero de fatigas para echar un rato de bici.

Quien conoce a Farfán, sabe que sus primeros juegos fueron sobre la bici de ruedas gordas y más tarde, “gracias” al bonito invento de la “mili”, cayó en un agujero tan profundo, que desde luego yo, no creo que hubiese salido sin ayuda.

Hasta donde sé, de aquello, él salió solo, y lo hizo por pura convicción, por aquello de más vale tarde que nunca, por los suyos y sobre todo, por sí mismo.

Desde entonces, cuando lo veo en la bici, y me cruzo con él, siempre pienso que más que a un ciclista, estoy viendo a un valiente con todas las letras.

Esta primavera pasada, al día siguiente de vernos y saludarnos, cada uno con su ruta en mente, me dicen que lo había atropellado un coche. Sin más datos que esos, lo único que llegué a sentir fue cómo se me encogía el corazón, nada más.

Poco a poco me fui enterando de cómo sucedió y sobre todo, de su estado.

Un coche, adelantando a otro en plena curva ciega a derechas, sobre la línea continua le golpeó con el espejo retrovisor lateral, de frente, en el brazo izquierdo.

Brazo prácticamente destrozado y a punto de perderlo, hueso roto, musculatura y nervio principal sesgados.

La última vez que hablé con él, tenía aún el brazo paralizado, en realidad, a malas penas mueve un solo dedo de la mano.

Lástima que sea el índice, y no el corazón, para enseñárselo con la punta hacia arriba a los anormales y a los no normales, cada vez que se encuentre con ellos.

Estar por debajo de lo normal, es algo sub-normal, y por otro lado, algo que no es normal, es simplemente, a-normal.

Hay estudios que afirman, que la mayoría de los niñatos que conducen nada más sacarse el carnet, mostrando lo que para ellos son cualidades al volante, porque aceleran, corren, hacen chirriar las ruedas y llevan la música a mil con las ventanillas bajadas, aunque fuera nieve, esos, esos tienen una parte del cerebro que aún no se ha desarrollado totalmente, esa donde está escrito que es mejor ser un gallito por muy ridículo que se muestre uno ante los demás, y esa donde el riesgo se trata como algo fácilmente controlable.

Evidentemente, el niñato gallito energúmeno descerebrado y cobarde que casi mata a Farfán y al que posiblemente deje discapacitado del brazo izquierdo (rezo a quien sea, pero rezo para que no suceda), ése delincuente tiene una parte de su pequeño y mísero cerebro por debajo de lo normal, o lo que es lo mismo, es un SUBNORMAL.

Algunos saben ya de las subnormalidades de éste elemento, entre otras, la de darse a la fuga con el coche ante un control policial, otro acto glorioso del cabeza hueca, sucedido semanas más tarde del accidente con mi amigo.

Pues bien, ni por una cosa ni por otra, está el despojo éste entre rejas, o con arresto domiciliario, o al menos sin carnet durante un tiempo hasta que se celebre juicio… no, que va, sigue conduciendo su buga como si nada hubiese sucedido.

Esto es, cuando menos, algo que no es normal, y si no es normal es anormal, y si quienes permiten que esto suceda, o sea, las autoridades competentes, sí… esas de trabajo público que paga el Estado… y mira tú por donde, al Estado éste al que le pago yo con mis impuestos precisamente para que no permita estas cosas, las permiten, pues permítanme a mi entonces afirmar, que quien deja que lo anormal suceda, algo como dejar a éste sujeto libre y tan peligroso como cualquier terrorista con pistola en mano, entonces, esa o esas autoridades están obrando de forma anormal y a menudo hasta por debajo de lo normal.

Bendito hemisferio desarrollado y primer mundo en el que me ha tocado vivir".

Nota: Diez meses después de escribir todo esto y algo más de un año después del accidente, hace unos días tuve la inmensa suerte y alegría de encontrarme a Miguel (Farfán), vestido de ciclista y dispuesto a salir con la peña en la ruta del sábado.
 
Tu estatura no te hace justicia amigo, eres muy grande.

4 comentarios:

Emilio dijo...

Lo voy a resumir porque no me sale o no se hacerlo de otra forma desde este pequeño espacio y solo con letras asi que solo te puedo decir lo que siempre te digo desde que leí la primera vez tu blog y me motivo muchísimo para seguir entrenando : MUCHISIMAS GRACiAS.
Espero dartelas en persona muy pronto, ojalá fuera por ejemplo en la plaza de zahara

Cristobal Diaz Navarro. dijo...

A Farf´´an lo ha salvado su potente musculatura jajajaj, ya fuera de coñas, si lo ves te asustas jajaja pero cuando lo conoces te das cuenta que es una gran persona, vamos, pocos km que me he hecho yo en mtb o en sierra nevada con la de carretera con el y con el gato. Lo de los coches puesssssss yo ya es que intento no pensarlo porque es que se pone uno peor, hay gente para todo.

Matola dijo...

Por desgracia Ramon tienes toda la razon, pero las autoridades se han inventado esta puta mierda de democracia para proteger todavia mas si cabe a los delincuentes, asesinos,......... por que claro, pobrecitos, tienen derechos y, nosotros que pagamos sus sueldos podemos rezar para que no nos toque encontrarnos con alguna situacion de estas.
En fin animos para Miguel.

Anónimo dijo...

FARFAN: MUCHAS GRACIAS RAMON.NADIE MEJOR QUE TU PODRIA DEFINIR LA PALABRA SUBNORMAL.HE EMPEZADO DE NUEVO A SALIR Y LA VERDAD ES Q TENGO Q AGRADECEROS A TODOS EL ANIMO QUE HABEIS DADO DESDE EL PRIMER MOMENTO
GRACIAS AMIGO