jueves, 10 de mayo de 2012

Los regalos de los cumpleaños.

El sustento de mi alegría.
 
Foto1: 2007. Camp. del Mundo de Powerman Zofingen. El día anterior con mi hermana Dori.

Siempre he entendido que la importancia del deporte al nivel que intento practicarlo, (y entiéndase este nivel como cualquiera menos profesional) está muy por debajo de la importancia que le doy al verdadero sustento de mi vida, que lo componen la familia, la amistad sincera y la convicción de que se puede hacer un mínimo esfuerzo para que éste mundo sea cada vez un poco mejor.

Intento que mi forma de hacerlo, de entrenarme y de competir contra mi mismo, se mueva siempre dentro de esas tres premisas, familia, amistad, solidaridad. 

No siempre fue así. Fuí joven y tuve otro tipo de aspiraciones cuando aún me quedaban años donde buscarme un hueco entre aquellos que hacían de su pasión su trabajo. 

No lo logré y por suerte, fuí capaz de entender que si no conseguí llegar, no era por ninguna otra razón más que mi insuficiente nivel para lo que pretendía. Excusarme no era una opción, más bien una pérdida de tiempo.
Foto 2: Zofingen 2007. Uno de los mejores momentos como deportista que se pueden tener. Con mi hermana y mis amigos, acompañados por Majo e Inma y formando un grupo al que llamamos Trixanto a punto de tomar parte todos, como una piña, en la prueba de duatlón más dura y bonita que existe. Powerman Zofingen.

A veces, aceptar no es resignarse, y mi amor por el deporte nunca se vino abajo por tener que aceptar aquello.

Tengo claro que he nacido para caerme mil veces y levantarme una menos... obviamente.. la mil me será imposible.

Poder competir y aprovechar mi esfuerzo para ayudar a otros, ya lo dije hace tiempo, no es, por mucho que uno se empeñe, algo altruista. 
En cuanto empiezas te das cuenta que la sensación de bienestar interior supera con creces lo que tu puedas dar a cambio. Se recibe mucho más de lo que se da y eso engancha. 

Cada vez te sientes mejor y cada vez te olvidas más de los resultados y ves que la única importancia y valor de estos, se basa únicamente en tu propia, silenciosa y humilde satisfacción interior. Te has vuelto a vencer a tí mismo y de alguna manera, le vences al paso del tiempo, y por un segundo, también a la muerte. 
Te sientes muy vivo, y no necesitas que nadie lo sepa. A esto, yo le llamo plenitud aliñada de madurez, tanto de deportista como de persona.

Como dice Mercé, la vida se va con los regalos de los cumpleaños... y solo quedan los que nos amaron... porque se pierde lo que no se da.

Correr por otros, no es dejar de correr por uno mismo, es darle un valor añadido a tu esfuerzo y sentirte reconfortado siempre, sea cual sea el resultado. 

Ahora que llevo así unos años lo entiendo, y qué pena no haberlo hecho antes. La gente ha dejado de alegrarse por los efímeros y modestos resultados de Ramón el competidor... ahora se alegran más, si cabe, por verme sonreir. 

Pocas victorias pueden superar a eso, porque eso no es ganar un trofeo, ni vencer a ningún semejante, es sencillamente, vencer en la vida, al paso del tiempo, y por un segundo, también a la muerte.

5 comentarios:

MªJosé dijo...

Por la parte que me toca, que bueno que hubiera una continuación triaxantera...ainnsss que tiempos mas buenos.

Anónimo dijo...

Te digo de todo corazon que da gusto leerte, de verdad. Espero verte en bilbo. Un abrazo.
Endika Gallarreta

Moncho Valles dijo...

Com siempre Chapeu por tus palabras!!!Muchas gracias de todos los que amamos y sentimos este deporte dentro de nosotros!!!!Un abrazo!!!

ramón dijo...

Pues sí Majo, lo pasamos bien y desde luego, eso es lo mejor de todo, que se pasen los años y recordemos los buenos momentos y la amistad.
Los resultados, como pasa siempre y como le pasa a todo el mundo, se olvidan y se pierden, pero lo real continúa.

Endika, si no pasa nada raro, allí nos veremos. De verdad, no dudes en darme un toque me veas donde me veas, que yo soy muy despistado. un abrazo.

Moncho, gracias a tí y tus comentarios. Precisamente, comentarios así son los que confirman y sustentan lo que he intentado decir en la entrada.
Un abrazo

Javi dijo...

Totalmente de acuerdo con endika. Tengo 20 años y cada día me sorprendes con lo que escribes. A ver si se me pega algo de tí. Tiempo me queda.
Nos vemos en bilbao!! Un saludo