jueves, 22 de noviembre de 2012

El teatro sigue abierto. El deporte: la función y yo, el actor secundario.


No hace falta decir (pero lo digo) que me ha costado arrancar a escribir un poco estos días por una razón que no termino de definir, pero que tengo clara. 
Sencillamente, desde los días en los que escribí la anterior entrada, en mi cabeza apenas ha habido lugar para nada que se acerque remotamente en importancia a las últimas palabras que dije.

No me aparto, ni mucho menos, de lo que me gusta y hago desde siempre. Casi la totalidad de mis recuerdos son pedaleando o corriendo... como apartarme de la memoria que me da forma..?

Las cosas ya no son ni serán lo mismo. Siempre supe que sería así y siempre desee que así fuese.

Supongo que seguiré hablando de mi veteranía, vejez o decaimiento deportivo como siempre, pero no lo haré en tono lastimoso, y si así lo pareciera... espero que alguien me recuerde estas palabras.

Esos años míos, esos que voy cumpliendo, a pesar de lo que muchos piensen cuando me lean, son para mí bendiciones que me van haciendo más y más feliz mientras llegan. 

Estoy aquí por que una persona, un amigo, un hermano de sangre desde entonces, un ángel, me encontró medio muerto en los montes y me salvó la vida. Un rato más tarde y... esto no se leería. 
Así de terriblemente sencilla es nuestra existencia.

Por eso, hacerme viejo es, desde entonces, como ir cumpliendo un sueño cada día.
Tengo que tirar como todos, con las cosas malas que van llegando, pero siento que disfruto de las buenas con mucha más intensidad de la que una vida sin problemas me habría dado. Doy gracias. Siempre lo hago.

Ciclismo, atletismo, triatlón.. duatlón... ironman... deporte al fin y al cabo, han sido, son y serán ejes de mi mover y actuar... cada vez que haya función, cada vez que entre al teatro, tenga ganas de respirar fuerte e intente expresar de la mejor forma posible, el papel que haya aprendido en mil y un entrenamientos.
Si la obra sale bien o mal, sinceramente, poco me importa, todo es secundario. 
Mi papel real está fuera del teatro.

El deporte solo es puro si uno lo siente con pureza, y ahí no caben malas caras, malos gestos o malas palabras. 
Llamo competidor o adversario a quien intento vencer... pero vencer donde?... en un juego, en una afición que compartimos, un entretenimiento que no da sino que cuesta dinero, nada más. 

A veces, se que escuecen mis palabras, cuando distingo entre aficionado o profesional y digo que soy incapaz de verme superior a otro aficionado como yo, por muy delante que quede o por muy bien me vaya; y de la misma manera, soy incapaz de verme inferior. Cada uno con su ilusión y posibilidad, que mañana... mañana todos calvos.

En próximos capítulos,  retomamos con fuerza la línea de siempre, la del abuelo cebolleta contando batallas batalladas, actuales, futuras o pasadas, que para el caso... de igual manera sirven, si algo hay que alguien utilice y, además, le valga.  

Aunque sea para reirse de alguna que otra chorrada... qué sentido tendría nada si no nos pareciera un poco insensato, un poco ridículo o un poco sin sentido?

1 comentario:

stani dijo...

Acho!!!, te ha costado arrancar?, jajaja, que bueno!!!