lunes, 29 de abril de 2013

100.000 visitas que cambio al instante por 100.000 gracias.

Ganas de no estar solo.
 
Un buen amigo, me dijo hace tiempo que este blog tenía buena y bastante culpa de que volviésemos a estar juntos, y no es que nos hubiésemos separado nunca, pero sí nos habían distanciado las cosas del día a día.
Ahora no nos vemos mucho más que antes, pero de alguna manera, volvemos a estar juntos.
No tiene por qué hacer un comentario a una entrada para que mi cabeza imagine que la ha leido, y eso que, a menudo, no pienso que la haya leido, o hasta según qué entrada haga, espero que no lo haya hecho.
 
El me decía, que ahora sabía de mí, de las locuras estas que hago y de mi forma de vivirlas, mi forma de vivir, que me conocía un poco más y que simplemente, ahora siempre sentía que yo, estaba ahí.
 
100.000 visitas no es algo que premie lo que escribo ni como lo hago, no creo ni que de a entender que este blog guste más o menos.
Ese número es, en todo caso, un signo evidente de la cabezonería que me gasto, y sobre todo, del placer o necesidad, o la mezcla de ambas cosas, por escribir cuanto me viene a la cabeza.
Soy deportista, y buena parte de lo que escribo habla de deporte.
Soy competidor y me gusta la batalla, el juego, el intento de mejorar y superar los límites que tengo, por que son muchos, como a muchos le sucede... prácticamente a todos.
Apenas hablo de cuanto entreno, porque no creo que sea más interesante que lo que otros hacen. Entiendo que al nivel que sea, todos nos dejamos mucho en este vicio del deporte. Mucho tiempo, esfuezo, dinero a veces, mucho sacrificio. No sé lo que el resto hace, pero... por qué he de pensar que hacen menos que yo?... no tiene sentido.
Tampoco lo tiene que de más valor a los pequeños caramelos en forma de premios que consigo, no ya porque están a la vista de todos y pequeños son, sino porque esas cosas se van como el humo y cuando deje de ser mínimamente competitivo, qué quedará de mí entonces?... no, no tiene sentido.
 
No me gusta que nadie me suba más alto de donde estoy, porque estoy donde todos. Tengo 42 y pico y las ansias o necesidad de ser endiosado para llegar a ser un buen profesional, quedaron en los años de mis veinte o veintitantos.
Pasar los treinta y algo y no tener claro que quedé para la reserva, sería sinónimo de dos cosas: no enterarme de que los treinta pasé o tener un problema de autoestima demasiado evidente.
Por suerte, nada de eso sucede y disfruto del deporte en plenitud. Por suerte, soy deportista y antes de eso, persona.
 
Ahora, más en serio aún...
No imaginé nunca que vería esa cifra, aunque también es cierto que igual... la mitad de las visitas son de mis hermanas...
 
Bromas aparte, me siento especialmente complacido, contento y de alguna manera con cierto orgullo, de poder decir que durante la vida de este blog y el periódo que comprende esas cien mil visitas, excepto en casos de verdadero enfado por algún amigo que ha estado a punto de morir atropellado o por temas relacionados con la seguridad del ciclista, no han salido de este blog comentarios de mala fe intencionada, ni reclamaciones de lo que no es mío, ni maldad.
Si así ha sido en alguna ocasión, no soy ni seré menos por pedir perdón a quien se haya sentido ofendido, si acaso he ofendido.
 
En todo este tiempo, he dejado libre la ventana de los comentarios y de todos , en una sola ocasión eliminé, a ojos de todos por supuesto, una serie de comentarios que si empezaron mal, mal estaban discurriendo y mal tenían que terminar. Mi blog no es un escaparate para las bondades de nadie, al menos no, si nadie me lo pide por anticipado. Tampoco lo es para que nadie me desmerezca, faltaría más. Sería extremadamente iluso si permitiera tal cosa. Mi blog no es un lugar de debate, ni de disputa, ni de insultos, ni de malas sangres, y menos si nadie me pide permiso antes para tales usos. Permiso que no daré nunca, por supuesto.
 
Me gustaría que siguiera así. Hablando yo de lo mío, de otros a los que no se les oye, de las personas con discapacidad, de los que no tienen medios ni apenas fuerzas para soñar ni un poco de lo que yo sueño. Ojalá siga así... sí... hablando yo de lo mío y no parándome a imaginar quien puede estar detrás leyendolo. La libertad de expresión se basa en no estar condicionada y prefiero no saber si lo leen dos o doscientos, aunque confiese que a muchos que no veo, les intuyo la cara y hasta el pensamiento cuando les imagino leyendo.
 
Son 100.000 visitas que cambio al instante por 100.000 gracias. Gracias por estar ahí, por interesaros por un cualquiera (que cualquiera soy, tal como el resto), por entender que se puede mostrar alegría si uno está alegre, tristeza si uno llora, rabia si uno la siente y que todo eso se puede enseñar al mundo sin miedo a ser menos. Y es que si lloro y digo que a veces lloro, es porque estoy vivo. Bendita debilidad entonces esto de ser sincero.
 
Gracias por respetar algo que pueden parecer ganas de ser claro u honesto, cuando en realidad, son unas ganas enormes por ser libre. Libre y feliz. Ganas de no estar solo.

3 comentarios:

BURGUERA dijo...

Hola Ramón, qué tal la nueva faceta de papa? Imagino que bien.
Es cierto eso que dices, tu blog destila algo positivo que siempre engancha. Yo lo descubrí allá por 2009, cuando ganaste el DLD de Sueca, y desde entonces no ha habido entrada que se me haya pasado.
Sigue así, contándonos batallitas, y con ese estilo y esa línea con la que lo haces.
Saludos.

Javi dijo...

Felicidades Ramón por estas 100.000visitas. Espero poder leerte otras tantas más.
Un saludo.

XabierOrio dijo...

Egunon, gracias a ti Ramón, siempre es grato leerte, GRACIAS. Besote para tu peke.