martes, 16 de febrero de 2010

Deporte útil. TODOS GANAMOS.

CARRERA POPULAR ARRIGORRIAGA.

El próximo 28 de febrero, la gente del Urbiko organiza en Arrigorriaga la primera de las tres competiciones anuales con las que amplian su ansia deportiva, aparte de entrenar y competir.
Igual, con esta entrada, le respondo a más de uno, que me ha hecho saber, directa o indirectamente su extrañeza ante la decisión y las ganas de ser parte, modestamente, de éste equipo llamado Urbiko, por la lejanía y demás menudeces.
Creo que está claro, quien me conoce sabe que no sé esconder mis ganas de alejarme cuanto pueda de la falsedad, la hipocresía y los prejuicios, como tampoco se callarme demostrando mi alegría por intentar estar cerca de gente de bien.

Entiendo lo lejos que se nos antoja Arrigorriaga a los de por aquí, pero, haciendo o no acto de presencia, sí que me gustaría explicar algo que, tristemente no abunda, con lo poco que cuesta.

Metidos de lleno en éste boom increible, en cuanto a proliferación de pruebas deportivas ya sea de atletismo, duatlon, triatlón y qué sé yo... y sobre todo metidos en una ceguera contagiosa que no deja de meternos la propia mano en el bolsillo para pagar cuanto nos pidan por competir en cualquier sitio, (cualquier sitio vale, si el vecino va...y no voy a ser yo menos...), es curioso observar como todo crece menos las iniciativas más humanas y por qué no decirlo, iniciativas deportivas (atendiendo al significado verdadero de la palabra deporte).

La prueba de Arrigorriaga es algo así, como lo es la carrera de Petrel en Alicante en el mes de diciembre o como lo es la media maratón de montaña en Cuevas del Almanzora.

En Arrigorriaga, no hay premio alguno en metálico, no se da trofeo al que gana, pero tampoco pagas por correr.

Corres porque te gusta, corres gracias a unas personas que han trabajado para ofrecerte el marco ideal para hacerlo, tu presencia y la de otros terminan por crear el ambiente.

Y aunque vas para disfrutar, además, lo haces para que otros ganen... en alegría y dignidad.

Durante la inscripción se recogerán alimentos, los que quiera uno llevar (una bolsa de pasta vale alrededor de 50 céntimos...), y todos irán destinados a los campamentos de refugiados de Tinduf, en el Sahara.

Excepto para aquel competidor que crea que ganando una prueba popular de cualquier pueblo, ya tiene la vida o la honrilla o el ego colmados, para el resto, no hay mejor razón en el mundo para ponerse un dorsal. Esta prueba es un ejemplo más de que si se quiere, se puede.

No hay comentarios: