Este es mi deporte. Balance de un año lleno de ilusiones.

En pocas ocasiones, uno tiene tan claro qué quiere decir y cuánto desea expresar, como la que se me presenta en esta entrada. Y sin embargo, apenas diré nada, porque necesitaria diez blogs como éste, días de 25 horas y contar con una mínima capacidad literaria para narrar cada cosa.

La anterior entrada mostraba el balance de dorsales puestos y pequeños frutos recogidos durante la campaña. No deja de ser deporte.

La importancia de esos puestos, podiums y trofeos, ya que son míos, creo sinceramente que soy el más indicado para valorarlos y que mi puntuación prima sobre todas las demás que puedan venir, sean mejores o peores.


Para valorar hay que comparar, pero que nadie crea que voy a caer en el error de compararme con otros, que ni estoy aquí ni hago esto con ese cometido. Me parecería una inutilidad como un templo, perder el tiempo en hacerle creer a nadie que soy de lo mejor que sus ojos hayan visto, cuando apenas soy un mediocre entre los de mi barrio.

Nunca gané una olimpiada, ni un Tour, ni un mundial de nada. Nunca gané ni una moneda más que las que gasté para mantener mi devoción por el deporte. Por eso, nunca pediré respeto alguno por lo conseguido o por cuanto me haya costado conseguirlo, por poco o mucho que sea. Nadie me obliga a hacerlo y a nadie debo perdir cuentas. 

El respeto lo pido y lo doy, por hacer lo que hago con ilusión y sin hacer daño a nadie. Prefiero que me "insulten" llamándome juvenil e inmaduro, que cualquier halago interesado y poco sincero que me ponga a una altura diferente a cualquier otro. Eso sí que seria de iluso e inmaduro. Una mentira en toda regla. Nada más.

"Apenas diré nada..."... si nunca antes entraste a éste blog, verás que soy de poco fiar... si de hablar poco se trata.

Esas doce competiciones y todos sus resultados, apenan valen nada si los comparo con las cosas que el propio deporte o mi "visión deportiva" de todo esto, me aportan constantemente.

Deporte es esto.
Este año que termina, me ha dado mucho deportivamente. Me ha dejado ver y conocer gente nueva. Deportistas increíbles que le ganan a la vida todos los dias y no piden nada a cambio.

 Ricardo, en el duatlón de Caravaca.

 Javier Mérida, subiendo la durísima cuesta de Amatistas en el triatlón de Cabo de Gata.

 Victor, compañero. Alejado de la competición y casi de la práctica deportiva durante mucho tiempo por enfermedad, terminando el Medio Ironman de Bilbao y dedicando la carrera a su madre.

 Si, esto también es deporte, porque deporte es devoción y de esta,  estos saben mucho, mucho más que yo. Caminando, comiendo y durmiendo durante tres días y sus noches en el camino del Rocío.

 Compañeros de ilusiones. Locos que van logrando hacer su propio camino y me dejan que les oriente, por lugares que yo ya pasé. Emilio, Jose Angel, Pepe, Juan... son algunos de los que me hacen aprender cada dia un poco más.

 Niños. Niños que te miran con los ojos abiertos como platos y descubren lo que para uno ya parece no tener secretos. Las charlas en el colegio durante aquella mañana, quedarán en mi cabeza para siempre, igual que esos ojos abiertos como platos.

 Correveidile.
La más grande, importante, intensa, enriquecedora e ilusionante historia que haya tenido nunca con el deporte. 
No hay ironman ni prueba alguna que se pueda comparar con esos ocho días. No voy a nombrar a todas las personas que formaron parte de aquel sueño, necesitaría otra entrada y mil fotos más. 
Esta foto corresponde al paso por Puerto Lumbreras, durante la tercera etapa. Adica, la asociación de personas con Discapacidad El Castillo celebraba el bingo de cada martes y nosotros fuimos parte de los afortunados que estuvieron allí.
Mis hermanos de viaje, de motivo y de corazón, Jesús Vinaza, Jose Gonzalez y Emilio Molina sintieron como un trozo de ellos quedaba en éste pueblo. 

Ya nada es igual desde entonces.

Todo lo descrito, y mucho más, es lo que le da sentido al resto de cosas que a uno le suceden. 
"Estas más fuerte que nunca Ramón, con los años vas mejor..." me dicen algunos.
No. Les respondo. Estoy más tranquilo. Intento por todos los medios ser feliz.