martes, 28 de abril de 2009

XII ARRIGORRIAGAko DUATLOIA.

URBIKO TRIATLOI TALDEA


Los Caballeros del Norte.


-Que a nadie se le ocurra preguntarme si es o no verdad lo que voy a contar, que nadie ose dudar si lo que digo lo digo convencido o no, o si realmente es así como sucedió:

"Cierto es, aunque cueste creerlo, que existe una tabla redonda, mucho menos redonda de lo que nadie imagina, donde los caballeros del Rey Urbiko, se reúnen cada año nada más concluir la gran batalla, su batalla. Es de todos sabido, que en esa tabla, vuelan los panes y el vino pasa…tan rápido que si te descuidas, una de dos, o no lo ves pasar o tu vaso se llena sin saber cómo.

Es ahí, en esa cena de los caballeros del norte, donde se calman y rebajan los nervios y agonías macerados durante varios días atrás con un buen bacalao al pil-pil, o un extraño brebaje a base de zumo de naranja, helado y una “mínima” esencia de alcohol.

Caballeros nobles, buscadores desde hace doce años de su particular Santo Grial en forma de prueba duatlética, mimada, cuidada y honrada como si de un hijo se tratase, pues es así como me lo transmitió uno de ellos.


Por éste Santo Grial, por éste Campeonato de Euskadi de Duatlón de Larga Distancia, dejan las armas estos caballeros, por un día, apoyadas en la pared, para tener las manos libres y trabajar sin descanso ni demora en la misión que ese día se les encomienda…hacer felices a otros, a los demás, al resto… para que otros lleguen y encuentren todo a su gusto, para que los demás sean los que disfruten ése día del sabor salado del sudor… sí… ése que tanto nos engancha cada vez que lo degustamos, para que el resto sea el que se lleve los honores, los aplausos, los premios, el trocito de gloria.

Los caballeros trabajan sin pausa antes, durante y después de que el resto llegue, corra y se vaya, y lo hacen mirándonos de reojo, mientras preparamos nuestras máquinas en boxes, mientras nos atamos las zapatillas y calentamos las piernas para el rato de sufrimiento consentido que nos espera, nos miran de reojo y con la sana envidia que sólo un deportista sabe tener; y yo que los veo y lo sé, pienso en lo que darían ellos por estar en nuestro lugar y en su prueba, la más querida, la más cuidada y la más sufrida.

En ésta ocasión, donde a la dureza natural de la prueba se le unió la de la incómoda lluvia y el doloroso frío que te helaba de pleno si te descuidabas, se descubrió el verdadero valor de quienes la hicieron posible. Estuve allí para verlo, como también estuve en el brindis de la noche por el trabajo bien hecho, fui parte de aquella satisfacción compartida, observé la alegría reflejada en sus caras y fui yo entonces quien les tuvo envidia… envidia sana por supuesto, que soy deportista.





Caballeros del Urbiko Triatloi Taldea que me veis llegar de tierras lejanas cada año, y que cada año os esforzáis por hacerme sentir parte de vosotros, dejadme que os diga que no os esforcéis más, que ya lo soy".

1 comentario:

Inma dijo...

Aupa Urbiko!

MIL GRACIAS...