jueves, 18 de febrero de 2010

Cambios importantes.

Ya tengo colores para mi maillot blanco...













Un camino que se va terminando, y otro que empieza.

Desde que me metí en todo este mundo de la larga distancia (porque para mí es otro mundo), lo hice por y para mí. Siempre entrené y competí, para llenar más y más mi ego personal, mi satisfacción, mi felicidad. La excusa era la distancia y el premio la superación personal, el crecimiento interno, el conocimiento de mis limites.

La excusa no era poca y el premio tampoco, pero la verdad es que hace tiempo que me cuesta hacer estas cosas sólo por afán competitivo, sólo por mejorar y mejorar un resultado tras otro. Puede que ese afán ya haya caducado, y la temporada pasada, creo yo, fue el ejemplo más claro de todo cuanto digo.

Perder el norte.
Todo salió bien hasta que conseguí lo que supuestamente buscaba, y fue entonces cuando lo eché todo a perder. A medida que conseguía resultados notables en competiciones, mi caída cogía más y más velocidad..
Conforme ganaba, perdía. Perdía la ilusión primera que me impulsa y me llena.

Olvidé otra vez, que vencer no te lleva a nada, y que aún siendo la excusa perfecta para mejorar y darle sentido a las palizas diarias de entrenamiento, el camino hasta la victoria carecía de sentido, y toda la utilidad de mi esfuerzo y del sacrificio de los míos, se jugaba a una carta, a un resultado, a un solo día.

Mi causa, ya no es justa. Mis anhelos personales están cubiertos, mi ego desbordado y mi crecimiento como persona, en pañales.

Compromiso de ilusión.
Mi causa ya no será esa, será otra, será buscar poco a poco, de manera insignificante al principio, colaborar para que otros cumplan sus sueños, para que crezcan y sus egos se alimenten.

Ya sabéis de quienes hablo, de ADICA, Asociación de Discapacitados El Castillo, de Puerto Lumbreras y desde Lanzarote TriWWW, Asociación benéfica para ayudar a personas con discapacidad, por medio del deporte.

Tanto en blog como en la equipación quiero llevarles, y en otro lugar mejor, que solo yo sentiré.

Todo cuanto haga será con ellos en la cabeza, y sí, querré mejorar, querré ganar, querré que se me vea, que se me oiga, para que los oigáis a ellos, para que los veáis a ellos.

Quien me conoce bien, sabe que los motivos por los que, en cierto modo, me uno a ellos, no son caprichosos, ni casuales. Desde hace años, a veces, tengo la suerte de sentirme como ellos, afortunado por momentos con las cosas sencillas. Esas que no saben de intereses ni dinero.










Tengo el apoyo de mi equipo, Urbiko, de Jesús Carrillo y Carmen que me echan una mano hace tiempo desde su tienda Ciclos Carrillo, y sobre todo, tengo a toda mi familia.
A todos ellos los tenéis en la columna de la derecha, equipo, sponsor y “sponsorizados”.

1 comentario:

Morath dijo...

¡Sí señor! ¡Qué grande!
Este tipo de cosas son las que acaban marcando lo que realmente llevamos dentro.

Y, bueno, independientemente de lo que podemos ofrecerle a otros haciendo este tipo de cosas, pensando un poco en el rédito que podemos obtener (además de la propia satisfacción personal), hay que tener en cuenta que las marcas no son ciegas ni tontas y también se dan cuenta de que merece la pena hacer un esfuerzo por ese tipo de gente o, aunque sea un poco egoista, que obtienen más beneficio apoyando a una causa como esta, que hace un poco más de ruido que alguien que "sólo" cultiva la faceta deportiva.

¡Ánimo y mucha suerte con este proyecto!