miércoles, 28 de julio de 2010

EL PESCADOR DE SUEÑOS.

Un domingo cualquiera.
Dedicado a la de enfrente.
-Hace unos días ya, que pasé pedaleando por esa carretera que roza la arena de la playa.

El sol se estaba poniendo, pero no tuve prisa en llegar, todavía quedaba algo de luz y yo, con pedaleo suave y tranquilo, relajaba músculos a la vez que cabeza antes de dar por terminado el cotidiano y consentido martirio en el que se están convirtiendo los entrenamientos estos últimos días.

Fue esa tarde de domingo, un domingo cualquiera, o dicho de otra forma, un día tan especial como uno quiera que sea.

Los últimos playeros rezagados se apresuraban por llegar a casa, en televisión daban la final de un mundial de… fútbol, creo.
Por eso, por una vez, mientras las carreteras se iban quedando desiertas, y los ruidos de los motores iban desapareciendo, tuve la extraña y reconfortante sensación de ser yo el normal, y especial el resto del mundo (algo que pocos compartirán conmigo… eso también es normal).

Cuando pedaleas así, en silencio, sosegado y junto al mar, la mirada se te va hacia ése agua tranquila, y al poco, tu interior se calma de la misma manera, (a veces, incluso, le pides al cielo que esa calma no se vaya nunca… y el cielo, como es lógico te dice que no está ya para esas menudeces)

El caso es que esa tarde quedó en pocos pero buenos recuerdos, el silencio, las gaviotas alejándose, el sonido suave del mar… y un pescador junto al agua.

Durante mi habitual ejercicio de imaginación, y aprovechando que mi mirada y atención ya no eran para la línea blanca de la cuneta ni para el esfuerzo, me dio por pensar… precisamente, en qué estaría pensando aquel pescador.

Sentiría él, que tanta calma, en tierra y mar, en calles y playas, en carreteras y veredas, no era normal, aunque sí una bendición.

Mientras miraba el sedal clavado en el agua, dejaba pasar el tiempo, y disfrutaba de una espera sin prisas ni sobresaltos… “¿para qué?” pensaría él, “si han de picar que lo hagan cuando quieran, que a los sueños se les busca, pero no se les fuerza para que vengan”.

El pescador aquel, parecía vivir tranquilo aquellos momentos, ajeno a tanta emoción e ilusión compartida por todos aquellos que no pestañeaban frente al televisor y que instantes antes se habían hecho invisibles a sus ojos.

La suya, su ilusión, no era ni más ni menos, ni mejor ni peor que la de los demás, simplemente era la suya, y aquella era su forma de vivirla, junto al agua, soñando qué sueño pescaría…

Para mí que estaría pensando algo así como: ”bueno… si pican, que piquen; y si no, no pasa nada, que no pienso entristecer, pues sé bien el camino de vuelta a estas rocas para mañana, sé usar la caña, poner el anzuelo, lanzar el sedal, y sobre todo, sé esperar…y sé ilusionarme como un crío…. mientras espero… imaginando que bajo el agua, están todos los sueños que alguien pueda desear, y entre ellos, ¿por qué no habría de estar el mío?”.

Pasado un centenar de metros, tras tanta imaginación y conjetura, algo dentro de mí, pidió que volviera la vista atrás, para volverle a ver, para alargar un poco más aquellos instantes de paz, sosiego y gozo interior…

…no hacía ni un segundo de mi paso frente a él, pero cuando miré, no había pescador alguno, ni nada que se le pareciera… solo necesité un segundo para darme cuenta… que aquella forma oscura junto al mar, de la que tanto imaginé y en tan poco tiempo, no era más que el final de una sombra alargada, que desde la carretera y hasta el agua, el sol que se dormía y mi cuerpo, enviaban.-
a mi mujer, Inma.

4 comentarios:

stani dijo...

vaya tiempazo, yo de mayor quiero ser como tú....

A ver si hay suerte para Octubre,

Juankar dijo...

HAWAII......

TE LO MERECES, HAY VECES QUE LOS SUEÑOS SE CONVIERTEN EN REALIDAD Y ESTA ES UNA DE ELLAS.

PIENSO QUE DEDICATORIA DE TU ÚLTIMA ENTRADA, HA TENIDO MUCHÍSIMO QUE VER.

Un fortísimo abrazo a los dos.
Tu familia del Norte.

ramón dijo...

La hubo Stani, la hubo..:-).

La entrada no fue cosecha de un rato, durante unos días la mastiqué para poder decir todo lo que la cabeza me pedía que dijera.

La dedicatoria, en efecto, tuvo mucho que ver, pero mucho mas aún de lo que imaginas.

Esperamos veros pronto.
Vuestra famila del Sur.

Anónimo dijo...

Tarde,como siempre, pero entiendo.