martes, 26 de junio de 2012

Ochenta y tantas mil miradas

Remando, que no es poco.
No me atrevo a decir qué porcentaje de gente lee este blog por que le gusta lo que escribo, o por como lo hago o si es relacionado con el deporte en general, el triatlón o solo por los ironman y mi amor por esta distancia. No lo sé. 

Tampoco tengo nunca la sensación de estar escribiendo para un "colectivo" en especial.

Unas veces opino, otras veces pienso en voz alta, otras comento retazos de mis sueños y alguna que otra, y sin el más minimo pudor, me desnudo y hasta dejo caer alguna lágrima en forma de palabras.  
No me preocupa demasiado lo que la gente piense, la verdad. No sería capaz de controlar tanto despilfarro de tiempo.

El camino es siempre el mismo.
Este próximo domingo, empezaré con la primera de muchas jornadas de ciclismo atravesando todo el litoral mediterráneo en un evento, Correveidile2012 que es de todo menos competitivo.

La mayoría de la gente que me conoce y sigue este blog, me imagina siempre con un dorsal puesto y con un ansia competitiva que resulta hasta un tanto rara, dada mi edad y mi aceptación de ser un simple aficionado al deporte que no busca más que placer en lo que hace.

Motivación
Meterme en un viaje como este, también puede resultar extraño, pues se puede pensar que esto no tiene que ver con lo que hago habitualmente y que, dentro de mis aspiraciones deportivas, esto no tiene hueco en la temporada o en la preparación de un objetivo.

Pues bien. Las explicaciones sobran, pero me apetece comentar la sencillez de algunos "imposibles" que la mente nos hace creer a veces.

He estado en 15 ironman y he terminado 14, sigo pensando que por mí, haría gustoso otros tantos. 
Sigo pensando también que puedo, a mi manera, mejorar en alguno de ellos y sigo pensando que me motivaría mucho volver a intentar el asalto a clasificarme para Hawaii. 

La razón no es otra más que la de ordenar de nuevo unas letras hechas con corales que seguro el viento ya habrá movido... (verdad de la buena...)

Creo que nací con una predisposición al reto personal constante y hay ocasiones que hasta tengo la sensación de buscarme alguna caida que otra con tal de tener otro motivo para seguir, el de levantarme.

Si tengo la posibilidad de competir, que nadie dude que lo haré, pero nunca a costa de complicar el resto de mi vida por una ceguera o una obsesión.

Creo tener la suerte de entender el deporte desde varias vertientes y de ver que, una caminata con mi mujer, un paseo a lo "Verano Azul" en bici o un reto solidario como el de Correveidile, repercuten positivamente en mi fuerza interior tanto como el mejor de los entrenamientos. 

Me gusta decir que nunca preparo nada en especial, sino que entreno para estar siempre preparado y que todo suma.

En mi cabeza, ya empiezan a zumbar los aleteos de las competiciones, algunas largas... alguna muy larga. Pienso en este año y tengo parte de las miras puestas en el que viene. Siempre es lo mismo por mucho que cambien los objetivos.

Aún así, no creo que sea tan importante el lugar hacia donde remes, como el hecho de no dejar de remar nunca.

Todos mis esfuerzos ahora están puestos en el viaje que comenzamos éste domingo. Tras ese viaje, vendrán otros tan grandes o motivadores, aunque quien "simplemente" me vea caminar junto a mi mujer, piense que no se puede comparar. 

Efectivamente, no se puede....

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