La rama frágil del árbol viejo.
Sucede que, en otoño, los árboles viejos tienen más hojas que los jóvenes, son más frondosos y, esa circunstancia, les hace menos vulnerables a los vientos y a los golpes en sus maltrechas y frágiles ramas.
Un árbol viejo sin ése acolchado de hojas, es el mejor candidato a romperse, allí por donde el golpe le llega.
Árbol viejo soy, por lo visto, sin hojas ni colchones, solo ramas, solo huesos. Uno de ellos no quiso o no pudo aguantar el envite contra un muro, éste pasado sábado.
Tengo una costilla, la octava, que no deja de gritar desde hace varios días. Dice que está fisurada la chica, que la deje tranquila, que ya está bien. Que si me pongo tonto se rompe del todo, que me lo dice en serio..
Dice que el sábado, tras el "accidente", se portó demasiado bien conmigo, dejándome acudir a la Cena Benéfica de Adica, y que incluso el domingo, estaba dispuesta a no darme más que leves avisos de molestias... pero que me pasé de listo corriendo la media de montaña el lunes... ¡ah no... eso sí que no!, ... se me cabreó la costilla maja, y desde entonces no me deja vivir en paz.
Graciosa la chica, dice que no me haga ilusiones baratas, que si Said el atleta me sacó 6 minutos al final, sin esa fisura, mi tiempo habría mejorado 10 o 14,5 segundos, "a lo sumo"... :-D
Me comenta que ahora tendré que esperar días, semanas y hasta algún mes hasta que pueda volver a empezar... una vez más... y ya van mil.
En fin, a lo que hay ya no se le pueden dar más vueltas que las que sirvan para recuperarse, no todo iban a ser buenaventuras.
Ni siquiera los accidentes son casualidades, todo te lleva siempre a alguna parte. Así me lo tomo. Tenía que suceder no?, pues ya está.
Ese punto de cocción que me falta, sigue haciendo que piense poco cuando algo quiero, aunque sea una cosa cualquiera, aunque sea una cosa de locos. Pero ese mismo hervor fallido, hará que vuelva antes o después a mis costumbres, a mi deporte.
¿Cómo era?... ¡ah sí!: "Pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte", puede que sí o puede que no... es algo que solo el tiempo dirá.
P.D: Yo creo que sí.
3 comentarios:
A ver, que no lo entiendo... ¿para qué carajo te andas intentando arrancar una costilla si tú ya tienes tu "Eva"?
Además, por experiencia, si luego no cuela y no te la "canjean" por más que les vayas con la costilla quitá :-D
Por favor, que no te dé por hacer como el que soltó esa frase, que no creo que le vaya demasiado bien a la costillica lo de ponerse a apalear sacos de carne congelada :-D
Cagüen diez, qué puñeteras son esas lesiones de "cosas que no se ven" porque, si hay "herida", uno puede ver cómo va curando, cómo de avanzada va la cosa, hasta dónde puede apurar, etc. pero, cuando está p'ahí dentro, no hay forma y, una de dos, o uno pasa olímpicamente de todo y pone a darle tunda al cuerpo sin preocuparse de que luego pueda volverse en rebeldía o, al revés, está todo el día medio acojonado y a la mínima molestia le entra el canguis.
Por si sirve de algo, yo votaría más por la segunda opción. O, bueno, digamos que en la frontera de las dos (siempre hay que conservar un puntito de locura) pero con un millón de ojos, escuchando al cuerpo más de lo habitual y teniendo muy claro que al mínimo minimísimo aviso, parón al canto.
Vamos, que es mejor un par de semanas de parón total y otro par muy suaves (o lo que digan los médicos y la costilla) que cagarla y tener que estar no sé cuántos meses parado por una fractura y encima, arriesgarse a que pueda quedar regulero.
Venga, ¡¡¡MUCHOS ÁNIMOS!!!
Gracias por los ánimos Rodrigo, y tienes razón en lo de tirar con paciencia y no forzar la situación, pues eso de entrenar medio acojonado y a medio pistón te aseguro que siempre lo he llevado muy mal, me desespera.
Lo dicho, muchas gracias.
pero que carajo has hecho ??
a ver si ahora voy a tener yo la culpa....
Cuidate y ya sabes que la mejor arma de un Ironman es la paciencia
abrazos
Fernando Gª Aja
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