martes, 4 de septiembre de 2012

Triatlón Olimpico de Carboneras. Juegos de niños y monos que cantan.


¿Me harías el favor de guardarme la llaves del coche mientras hago un triatlón? Le dije a la muchacha que trabajaba en aquel chiringuito de playa. Sin dudarlo, sonrió, dijo que sí y alargó la mano para recogerlas. 
¡Gracias! , espero volver a por ellas... le dije. Y apurado salí corriendo  hacia la cámara de llamadas en la que ya solo faltaba uno, el debutante en triatlón olímpico, el de las cuarenta y dos primaveras.

Las cosas... ¿son como son, o son como uno las cuenta?.

Finalmente, en Carboneras tomamos parte en el triatlón olímpico algo menos de cien triatletas... o dicho de otra manera: en Carboneras, tomamos parte casi cien triatletas¡¡¡

Quedé 9º de la general y 1º de mi categoría, Veterano I... o se podría decir: quedé en el Top Ten, sólo hubo 8 delante de mí y casi noventa detrás¡¡¡

Los puestos parciales fueron, 29º en natación, 6º en ciclismo y 4º en los 10 kms de carrera final. Bueno, pues los números ya están dichos y no me voy a extender por ahí que esto es lo de siempre y no considero que sea, ni mucho menos, lo más importante.

Lo importante:
Preparar el viaje a Carboneras con un tío tranquilo, Juan Bastida. Reirnos antes de salir y de vuelta para casa también.

Mirar el mar revuelto desde la arena y sentir otra vez el gusanillo de las carreras. Mi gorro puesto, mis gafas empañándose y viendo a malas penas, la primera boya a la que llegar.

Nadar sin tensión desde el principio, balancearme en un agua turbia como si de una montaña rusa de feria se tratase. Esperar que la ola me suba para mirar al frente y buscar al resto de triatletas o al menos, la siguiente boya. Divertido. Y eso, saliendo de un tronco de nadador como yo, no es decir poco.

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco en el mar.
 Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.
Correr dos minutos hasta boxes, coger la bici y hacer un triatlón con drafting… sin drafting.
Siempre solo y encontrándome con sensaciones de esfuerzo que creía olvidadas.
Buscar referencias con la gente que conozco y que siempre va delante de mí cuando el día a empezado en el mar, en el agua. Nada mejor que buscar a quien conoces para intentar encontrar tu sitio, tu ritmo, y por supuesto, para intentar darle caza. Esto es un juego y de jugar se trata. (y curiosamente, es algo que todo el mundo hace y nadie reconoce. Curioso).

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco sobre la bicicleta.
 Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.

Pasar miedo cuando ves al amigo en la cuneta. Juan Bastida bajado de la bici y esta sujeta con la mano. Piensas en lo peor hasta que él, te tranquiliza y te dice que ha sido una avería. Una rueda reventada mientras subía… (segundos antes bajaba por la misma cuesta y la rueda rota es la delantera… el no lo sabe aún, pero por segundos no ha tenido una caída… y no precisamente de las de "chapa y pintura").

Terminar el ciclismo, llegar a la transición con ganas de correr y hacerlo bien, me parece incluso fuera de lugar, hasta hace un año nunca sucedía esto, más bien lo contrario.

Correr rápido, muy rápido… teniendo en cuenta lo que para mí es rápido… y no bajar el ritmo en ningún momento, sintiéndome con energía, con ganas de tirar hacia delante, casi… casi llegué a sentir que tenía apenas... algo menos de cuarenta y dos años..

No es que lo hiciese muy bien, pero mal... mal tampoco durante la carrera. 
                                                                    Foto: Gentileza de Cristóbal Diaz Navarro.
No me fue mal, ni bien tampoco toda la prueba. 

Básicamente, jugamos.
Pero volví a jugar, a compartir mi día de juegos con otros. Un juego de niños donde nos dejan participar a los mayores.
Un juego donde ganar no significa hacer primero… si no eres profesional. Ganar significa que has conseguido el mejor resultado que tu esfuerzo y tu entrenamiento podía darte y eso, hablando de amateurs siempre debería quedar para uno mismo.

Jugué todo lo bien que supe y conseguí el mejor resultado que siempre espero: disfrutar. 
Y es que lo demás, a veces, son tonterías.

Me ha gustado y espero que no sea la última prueba “corta” que haga. 
Se lo puede pasar uno bien… si no mira demasiado el reloj .

...y sí... pude volver al chiringuito a recoger mis llaves, a dar de nuevo las gracias, a relatar un poco cómo me había ido y a ver otra vez como sonreía la muchacha mientras me escuchaba. Iluso yo, supuse que le estarían haciendo gracia mis palabras cuando... seguramente... en su cabeza había un mono con platillos que cantaba: "pero que mal está la gente... que mal..que mal"...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ramon,como siempre increible, me encanta leerte...
Endika gallarreta

Javi dijo...

Enhorabuena por énesima vez!
Saludos!

Ferran dijo...

Enhorabuena Ramón!
Por el tri como siempre pero más por la forma en que lo relatas!
Gracias por tus consejos en Sueca sobre cómo encarar el IM de Lanzarote, los apliqué a rajatabla y surgió efecto!!! :)

Un fuerte abrazo desde Zurich y a seguir dándole fuerte!

Ferran

Pablo Cabeza dijo...

Lo importante: disfrutar como solo tú lo sabes hacer!

Saludos!

ramón dijo...

Se agradece lo que dices Endika y a tí también Javi.

Ferran, me alegro de que te fuese bien por la isla bonita :-D.

Pablo, de eso... importante, sabes mucho más que yo y siempre será así.