2h20' de monte bajo. 20 kms.
Monte bajo es lo que tenemos por esta zona. A cinco minutos de casa ya puedo cabretear libremente. Son cuestas cortas, de poco desnivel. Las más altas de apenas 100 mts positivos.
Por eso, si pretendes acumularlos, no queda otra que subir y bajar como un Yo-Yo y hacerlo donde no te vea nadie o directamente llama a los loqueros para que frenen el mal día que estás teniendo...
Hoy no tocaba tanto, ni con tanta bajada.
Las subidas se hacen duras, aunque no duelen, pero con las bajadas las rodillas se resienten.
Estas antes nunca me dolieron, excepto en uno de los ironman de Lanzarote que hice, (que mal hice). Ahora no culpo solo a la montaña. Lo único que pasa es que no es cierto eso de que 20 años no son nada... hace 20 no se quejaban tanto.
Tocara o no, si tengo oportunidad de salir con Juanjo, no la desaprovecho.Y menos ahora, que de nuevo... sin querer queriendo... le he convencido a él y a Pedro Piñero para que disfruten de Menorca. Ellos harán la prueba de 55 kilómetros.
Hemos tenido la primera colleja de calor. Del calor que nos espera. Aún habrá algún día fresco (dicen que para Semana Santa), pero hoy ya pudimos ver algunas lagartijas con cantimplora, y eso es señal de que la tierra se acerca rápido al sol.
Con los 30 grados de hoy, un panocho se queda tan pancho, un madrileño no se lo piensa más y se compra un pisito para fines de semana, un vasco flipa de no ver una sola nube en el cielo y un inglés... bueno, a un inglés tocaría ingresarlo.
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Llegar a tu destino, a veces no se basa en coger el mismo camino que la mayoría, ni el mismo tren, ni en los mismos plazos de tiempo.
A veces también, el camino alternativo, aunque más largo, tiene cosas que la línea recta no, calma, aire nuevo y hasta un punto de regreso a la fe.
En realidad, sigo entrenando para un nuevo ironman en 2015. Si lo hago finalmente o no, tampoco es ahora lo más importante. Me basta con tenerlo en mente y saber donde se encuentra.
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Más allá de la victoria de Cancellara en el Tour de Flandes, me quedo con la actitud, la visión y la forma de correr del suizo.
En la Milán-San Remo terminó segundo... una vez más.
En Harelbeke, ganado por él el año pasado, luchó como nadie para... para hacer quinto... y quien no supiese que iban cuatro escapados, con nada menos que Peter Sagan entre ellos y a la postre vencedor, diría que Fabian aún pensaba ganar.... y no se equivocaría entonces, porque el suizo pensaba ganar... en Flandes una semana después. Y él no es ni de ganar ni de prepararse corriendo a rueda de los rivales.
Luchar así en busca de un objetivo, es lo que marca la diferencia. Encontrar el golpe de pedal en carreras importantes que bien sabe él, que otros años lo ha probado así, que son básicas para llegar bien a Flandes y a Roubaix. Las dos grandes del pavés. Ahora queda Paris-Roubaix y la seguridad de que ganarán Fabián o cualquier otro, pero no un cualquiera.
La estrategia en estas pruebas es clara. Ser el más fuerte.
Estas clásicas son, por suerte, de las pocas carreras donde el pinganillo actúa pero no hace aburrida la prueba.
Al final, todos marcan con una X la misma fecha, pero los caminos no siempre son los mismos, ni el mismo tren, ni se gastan los mismos plazos de tiempo para llegar a ella. Cada uno y su camino.
Los muros en Flandes son cortos pero treméndamente duros. Sin apenas desnivel pero el poco que tiene, muy concentrado. Como los montes que tengo frente a mi casa.
En Bélgica vitorean el paso de los ciclistas y aquí... aquí llamarían a un loquero si me viesen cabreteando cada día...
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